Bueno arrancamos hacia Uyuni, desayunamos en el hostal, nos
bañamos y en camino hacia Laguna Colorada. Empezamos a andar en el carro y son
unos paisajes increíbles y bien bien áridos, tienen su parecido en la carretera
de Marrakesk al Sahara en Marruecos, lo bueno de acá es que uno iba con
conductor y vino boliviano a bordo y en Marruecos yo era el conductor, pero ser
el conductor también tiene su encanto. Bueno uno se siente en Marte, todas las
montañas rojas, nevados al fondo, buena música gracias al Ipods de Ana y muy
buena actitud. Paramos en un par de pueblos, en las iglesias, caminábamos y parábamos
en los sitios que queríamos para tomar fotos y descansar de la camioneta.
Llegamos a un sitio con unas piedras gigantes donde uno se
podía parar caminar, saltar y ese fue nuestro punto de almuerzo. Nos dieron
carne de llama, con leve sabor a almizcle
(nunca había escrito esta palabra) al final, Coca Cola y arroz. Cada uno cogía
su pedazo de icopor, cubiertos, mayonesa con sabor a limón y se subía a una
piedra y tenía el mejor comedor de la vida con la mejor vista. Nos quedamos un
buen rato en nuestro almorzadero y otra vez para la camioneta. La composición
de mi camioneta era Juanes, Pedro, Ana y yo y mejor road trip imposible. Uno ve
vicuñas salvajes, los avestruces de acá y muchas llamas cada una con unos
moñitos de colores que las usan para marcarlas que parecieran que tuvieran
aretes y se ven bien chéveres. Seguimos por las carreteras, todas totalmente
destapadas y sólo Toyotas 4x4 pasando por los dos lados.
Llegamos a una laguna increíble que tenía dos flamingos en
la mitad del lago, a mi me gustan mucho los pájaros pero los flamingos me
parecen algo increíble. Yo sólo los había visto salvajes en la Guajira en
Colombia y a nivel del mar, nunca me imaginé que a 4500 m me fuera a encontrar
con estos pájaros, y pues nada mejor que verlos salvajes y volando. En nuestro
grupo aplaudimos un par o más veces para poderlos ver volar y sí valía la pena,
ver a esos pájaros volar y sobre todo aterrizar en el agua es algo increíble.
Bueno en ese lago Gabriel sacó su GPS, estábamos a 4,500 m y todos relativamente
bien con la altura. De ahí siguió nuestro paseo hacia laguna colorada y estar
totalmente solo aporta demasiado a un sitio comparado a tener 5,000 personas al
lado. Y la mayoría de las veces estábamos totalmente solos en la mitad de este
paraíso. Seguimos por las carreteras totalmente áridas por todas partes uno
pasa el desierto de Dalí, que es prácticamente igual a uno de sus cuadros.
Cuando estábamos muy cerca de la otra camioneta comíamos polvo si el viento no
nos favorecía y Damian decidía y se iba por otra vía. Allá no había carreteras,
los carros se meten por donde quieren y bien rápido. Se nota totalmente que los
carros no son de los choferes porque los tratan bien mal.
Son varias horas de carro para llegar de un sitio a otro y
mientras tanto charlar y sacar la cabeza por el sun roof, cuando era chiquito
con mis primos siempre que viajábamos con mi papá, sacábamos los tres la cabeza
por el sun roof y cuando decíamos ¨agüita pa mi gente¨mi papá nos echaba agua
del limpia brisas. El sentimiento de tener medio cuerpo afuera es bien rico,
obviamente uno pensaba que si se llegaba a volcar pues uno quedaba ahí, porque
era bien común que la camioneta patinara un poco con tanta arena y en las
velocidades que íbamos, finalmente llegamos a otra laguna con miles y miles de
flamingos.
Esta laguna tiene unos 5 nevados al fondo, miles de
flamingos comiendo, volando, mirándolo a uno en una sola pata y absolutamente
nadie más. El contraste de colores es impresionante. El blanco de los nevados,
los flamingos bien rosados y las montañas cafés. Ahí nos bajamos y nos quedamos
un buen rato oyendo los sonidos de los flamingos, verlos aterrizar con sus dos
patas, las niñas fuerona un baño que
había y otra vez para las camionetas hasta el árbol de piedra. Es bien chévere
que de la nada empiezan a aparecer unas piedras gigantes con unas formaciones
muy chéveres.
Llegamos al árbol de piedra y cada uno se empezó a subir a
piedras diferentes, el ejercicio a 4,800 metros es completo, pero es complicado
uno ver esas piedras y no quererse trepar. Había una bien alta y chévere y con
Pradilla decidimos subirnos, hace un par de meses tuvimos una buena sesión de
escalada en Suesca, donde conocí a Pirry (un periodista colombiano) y yo creo
que nos sirvió mucho para Bolivia. Bueno después de la escalada finalmente
llegamos al punto más alto de la piedra, para no incomodarme decidí no subir el
trípode y en ese punto queríamos una foto saltando, (las fotos saltando no son
tan sencillas como muchos creen).
Tratamos de poner la cámara en un punto estable, pusimos el
timer, salté en un sitio bien peligroso y alto para llegar, finalmente llegué a
donde Pradilla y el salto no funcionó, no quedó bien la foto, y pues obviamente
tocaba repetirla. Pradilla fue el voluntario para poner el timer, fue otra vez
puso el timer, corrió hacia donde yo estaba saltamos, parecía que la foto
estaba bien y un viendo pesado pasó.
Estábamos a unos 15 metros del piso y en esas la cámara se
cae del supuesto punto estable y empieza a rodar lentamente hasta la punta de
la piedra, no saben todo lo que se me pasó por la cabeza en ese momento, y la
cámara seguía andando y nada que paraba y no paró. Cuando la vi caer grité bien
bien duro “Noooooooooooo”, mi cámara se
había caído 15 m hacia el piso. Para los que han leído juiciosos en Argentina
se me cayó un tanque de buceo en mi cámara y se dañó. Lina Quijano siempre me
molesta con el temas de mis viajes y las cámaras. Cuando estaba con ella dejé
una en un taxi en Tailandia y perdí otra en Myanmar.
Bueno todos estaban bien preocupados por mi grito, Pradilla
por que él la había puesto y en esas veo a Ana abajo y caminando hacia mi
cámara. Fue me dijo que estaba bien rayada la pantalla. Le dije que la
prendiera y que tratara de tomar una foto. La trató de prender y prendió y
trató de tomar una foto y tomó. Yo y
Pradilla no podíamos de la felicidad, qué buena cámara, seguía viva para el
resto del viaje. Bajé de una, estaba bien rallada pero el lente estaba
perfecto, seguía teniendo cámara.
Para el carro y finalmente laguna colorada, otra laguna
llena de flamingos, y roja roja, bien parecido al rojo de Caño Cristales. Ese
era nuestro sitio de dormida. Nos dieron nuestro cuarto y había un comedor
comunal lleno de extranjeros y ya era hora de conocer alguno. Cuando uno viaja
solo conoce a 20 personas por día y entre más grande sea un grupo menos
personas conoce. Bueno nos fuimos con los solteros y a buscar extranjeras, y
había varias y bien lindas. Conocimos a unas holandesas y a una australiana que
por estos días viene a Colombia. Las invitamos a nuestro cuarto, empezamos a
hablar, llevaban viajando un buen tiempo y tenían los mejores cuentos de viajes
y muy temprano decidieron irse a dormir y nos dejaron a todos los interesados
como aburridos.
Salimos había una luna gigante, uno tenía sombra y todo pero
un frío muy pesado y de ahí nos fuimos a dormir en unas camas cómodas y unas 20
cobijas (en Bolivia no entienden el término)/frazadas/mantas que pesaban unos
10 kilos, uno sentía que tenía todo el peso del mundo encima. A las 5 AM
llegaron Damien y Germán a despertarnos, cambiarnos (obviamente nada de
bañarse, por el frío, la hora y porque había agua para bañarse) desayunamos
unos pancakes y para los carros, Damian decía que estábamos a unos -10 grados C
y yo creo que era bien factible, el vidrio del carro tenía hielo y el frío era
impresionante. Nos subimos a las camionetas antes de que saliera el sol y hacia
nuestro destino final, Laguna verde.
Después de unas buenas horas en carro llegamos a Laguna
verde y es increíble como todos estos destinos superaron totalmente mis
expectativas, esta laguna no tiene mucha fauna por ciertas propiedades que
tiene, pero está al lado de una montaña nevada que se refleja totalmente en el
agua, es algo impresionante. Nos quedamos un buen rato porque casualmente
nuestra camioneta tenía dos llantas pinchadas y esperar mientras lograban
arreglarla. De ahí salimos hacia unas termales naturales.
Las termales estaban con la temperatura perfecta y
totalmente desocupadas para nosotros, nos cambiamos y para el agua, estaba bien
caliente pero uno se termina acostumbrando rápido. Uno está en estas termales a
unos 4600 metros, en vestido de baño, con agua calentada por los volcanes, unos
100 flamingos salvajes a unos 30 metros de uno, una laguna y nevados al fondo.
Perfección absoluta, qué más puede pedir uno, teníamos todo eso exclusivamente
para nosotros. Nos quedamos un buen rato, nos salimos, a uno se le van las
luces bastante acá, nos secamos con la toalla de Ana y para el carro otra vez.
Todavía nos quedaba un punto de interés, los géiser.
Este géiser está a 4,850 m, se llama el Sol de la Mañana y
está entre los siete más grandes del mundo, yo nunca había oído de los géiser
antes y son sitios donde el calor de la lava hace que agua y lava hiervan y todo
el tiempo está saliendo muchísimo vapor y la lava salta por la temperatura, es
impresionante hay un olor bien particular todo el tiempo y cuando uno pasa por
debajo las gafas de sol quedan todas empañadas y con algunas gotas. En este
sitio había unos charcos de lava que no paraban de hervir, cuando suba los
videos lo pueden ver, todo el tiempo salían pedazos de lava y obviamente no
había nadie cuidando que uno no se acercara mucho, y pues todos estábamos lo
más cerca posible. Esto es lo chévere de estos países que uno puede hacer lo
que uno quiera sin tener medidas de precaución. Damián y Germán nos llamaron y
para el carro. Ya teníamos que devolvernos hasta Uyuni y faltaban unas buenas
horas.
Nos devolvimos por otro sitio, volvimos a pasar por Laguna Colorada,
nos quedamos un rato ahí y los flamingos volando se reflejaban en el lago rojo
y atrás un nevado. Nos pidieron los tiquetes de entrada para salir del parque y
salimos. En estas carreteras hay varios cultivos de quinua y le da un toque
bien chévere porque es todo árido y en la mitad están estos cultivos rojos y
amarillos. Llegamos al sitio del almuerzo nos bajamos y había un pasto que se
veía bien bien rico.
Me fui de una a sentarme y toqué para ver si estaba mojado y
me pegué una chuzada bien pesada, ese pasto parecía que fueran puras espinas.
Pradilla llegó y le pregunté si él creía que el pasto estaba mojado y también
se pinchó, no sé por qué es tan chistoso ver como la gente grita y se
impresiona con el dolor de ese pinche pasto. Bueno no dijimos nada y cada vez
que llegaba un miembro le hacíamos la misma pregunta, se pinchaban y todo pues
reírnos. Nos sentamos a comernos unos sanduches de atúny llegó otro carro y lo
que todos queríamos ver era como se pinchaban cuando se sentaran. Esperamos un rato,
los otros turistas se bajaron y directo para el pasto, en serio se veía muy
provocativo sentarse allá, una pareja fue a sentarse y ni siquiera tocó el
pasto y dejaron caer todo el peso del cuerpo en este pasto y pegaron un salto
bien chistoso, se pincharon la cola, al final ellos también se rieron y
acabamos nuestro almuerzo.
Devuelta a Uyuni, siesta para recuperar energías y a las 7
PM nos esperaba un bus hacia Potosí, la ciudad famosa por la plata, que llegó
en su momento a ser la ciudad más rica de toda América. Llegamos nos comimos
unas pizzas en el restaurante más turístico de toda Bolivia y directo para el
bus. Nos montamos y esperar unas 5 o 6 horas hasta llegar a Potosí, había una buena luna y la película
que pusieron por solicitud nuestra fue Ace Ventura, en una parada técnica me
puse hablar con unas colombianas que iban en el bus y sólo me la montaron por
haber pedido esa película, que yo ya estaba bien grande para estar pidiendo
esas películas.
Llegamos tarde a Potosí, nos montamos en dos taxis y directo
para el centro, los hostales más conocidos estaban todos llenos y encontramos
uno muy bueno con cuatro cuartos para nosotros, mi compañero de cuarto fue
Pedro, Juanes se fue con Pradilla porque estaba un poco celoso que yo hubiera
dormido con él en Uyuni, a este par les encantó dormir juntos. Nos quedamos un
rato hablando y a dormir.
Yo por lo general, o siempre, soy el encargado de despertar
a mis compañeros de viaje, queríamos
hacer el tour de meternos a una mina y si lo hacíamos por la tarde era probable
que no viéramos a ningún minero entonces desperté a todos para ir al tour de la
mañana. Todos nos despertamos, desayunamos la pizza que habíamos traído desde
Uyuni y directo hacia la mina. Primero tuvimos que parar por nuestra ropa, botas
el casco, y parar en el mercado minero. Ahí a uno le explican como es el
proceso de la dinamita, toda la coca que mambean los mineros, un trago de 96%
de alcohol bien asqueroso, y ahí uno debe comprarles unos regalos a los mineros
y para Cerro Rico (en la época de la colonia tenían las reservas de plata más
grandes del mundo).
Llegamos a la mina y no había mucho minero rondando,
prendimos nuestras linternas y para adentro, mientras entrábamos Juanes cantaba
la canción de Blanca nieve y los siete enanitos de Hi-Ho. Bueno entramos nos
tocó ver un par de mineros con los típicos carritos de minero y nos contaban
como era un día normal de ellos, es una vida muy pesada y por la Pacha mama las
mujeres no pueden entrar a las minas, creen que la Pacha mama se pone celosa y
no le da al minero los minerales que está buscando. De ahí nos fuimos hacia
donde quedaba el Tío de la Mina, un sistema que usaban los españoles para
manipular a sus mineros, de poner un muñeco de un diablo al que los mineros le
debían rezar y llevar regalos antes de empezar su trabajo. Y todavía funciona y
creen mucho en él, si no le dan las ofrendas el Tío los castiga con accidentes
que pueden ser mortales. Entonces los mineros le prenden cigarrillos y se lo
ponen en la boca (En Guatemala me tocó ver un Dios muy parecido que tomaba y
fumaba, en el mail de Guatemala está por si quieren recordar). Nos quedamos un
rato ahí, le prendimos su cigarrillo y se nos estaba acabando el paseo.
Sólo nos quedaba una tarde y totalmente relajada en Potosí, la
ciudad muy linda, muy colonial un poco abandonada y en las paredes había
anuncios que decían “Zona Turística, Prohibido Orinar y echar basura” por el
hecho de ser turístico no pueden orinar en las calles, es bien común ver a la
gente haciendo pipi en la mitad de la calle. Dormimos siesta y a comprar
Singali (el trago local boliviano) de despedida y a buscar una buena discoteca
para terminar bien nuestro paseo.
En la ida paramos por unas porciones de pollo con papas bien
grasosas y unas meseras bien queridas e interesadas en nosotros, nos
preguntaron “ Disculpes, uds de dónde son?” les contamos que colombianos y nos
dicen “están muy guapos” Mientras caminábamos nos encontramos con Stefanía, una
argentina que conocimos en el hostal en Uyuni, nos pusimos a tomar y a caminar
con ella. Lo que nosotros más decíamos era “Oruro-ruro-ruro” y ella al final
también gritaba “Oruro-ruro-ruro” bien querida. Seguimos buscando algún sitio y
no encontramos nada, nos recomendaron un sitio que se llamaba la Chaterrería, y más malo
imposible, bien gótico y la música pésima. Muy parecido a un sitio que cuadra
picha en Bogotá que estuve una vez. La argentina se fue a dormir y decidimos
entonces enrumbarnos en el hostal, después de una sesión de, “Dame la P, dame
la E… R…R…O “ , mientras Juanes las imitaba con todo su cuerpo hasta que Camilo
alias el perro se tomara una buena porción de Singali.
Caminamos hacia el hostal todos sin parar de reírnos y para
el cuarto de Juanes y Pradilla, el equipo de sonido era un parlante que
Pradilla llevó que no sonaba mucho. Pradilla decía que si uno se lo ponía
detrás de la cabeza en ánimo aumentaba y efectivamente aumentaba, todos por
turnos esperábamos a que nos tocara un poco de música. Se nos acabó el Singali,
nos quedamos hablando un rato y pusieron la canción más tranquila de Piero. A
los 30 segundos empieza a sonar una mano de tiros como de pólvora dentro del
cuarto. Pradilla no tuvo ningún problema en prender los totes que había
comprado para Uyuni dentro de su cuarto. Todos nos tiramos en las camas como si
nos estuvieran disparando y Pradilla cagado de la risa, después todos nos
empezamos a reír y esos totes seguían explotando, yo creo que todo el hostal se
despertó pero no dijeron nada. Y ya finalmente a dormir.
Nos despertamos temprano, nos fuimos directo a la estación
de bus en busca de un bus hacia “Oruro-ruro-ruro” que acá de adicionaban el “Oruro
ya saleeeee” yo creo que estas estaciones las diseñan para el que el ruido
suene mucho más duro y todo el mundo grita, al final yo le ayudaba a gritar a
la de nuestro bus y solo se reían. Nos montamos al bus y ya en camino hacia
Oruro-La Paz y finalmente Bogotá.
En ese bus a Daniela y a Gabriel les tocó una familia con una
chiquita que tenía que hacer popó en la mitad del viaje y no tuvieron ningún
problema con que la niña hiciera popó en una bolsa plástica y tirarla por la
ventana, bien particular. Llegamos a Oruro cambiamos de bus después de comernos
una buena porción de pollo con papa grasosa y a Daniela y a Gabriel les tocó la
misma familia del bus pasado de vecinos. En el bus nos pusimos a leer con
Juanes un libro de los jesuitas muy interesante, y finalmente llegamos a La
Paz, después de un día de unas 13 horas en bus. Ahí los trabajadores nos fuimos
a dormir donde mis tíos y los otros a comerse un buen pedazo de carne.
Llegamos a la casa de los Botero, Roberto salió a comprarnos
unas pizzas nos comimos las pizzas y teníamos 4 horas de sueño, a las 4AM
pasaba el taxi por nosotros. Roberto nos despertó a las 4 nos despedimos y
rumbo al aeropuerto internacional del Alto.
Pasamos migración, me hicieron upgrade a ejecutiva y a
dormir para tener energías para trabajar. Llegamos a El Dorado todo el país
preparado para la cumbre de las Américas y nuestro paseo se acabó.
Bueno señores, espero estar escribiendo pronto.
CHB