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Mama Chungu, Tanzania 2009

viernes, 22 de agosto de 2014

De Safari asiático sin mucho entusiasmo, Sri Lanka

Fotos al final


Me desperté temprano, el inglés se fue del hostal del todo sin decir nada... Desayuné con un delicioso Milo, en Colombia tomo Milo todos los días y acá se consigue en cualquier esquina. Tenía que ir a la embajada para entregar todos los documentos y fotocopias certificadas. Era hora pico, trancones pesados. Me subí a mi bus, sí uno tiene mucho tiempo en un bus toca aprovechar el tiempo al máximo, pasos a seguir hablarle a mi vecina de asiento. Ahí conocí a Tilina una Sri lankesa budista muy buena gente. Trabaja para Telecom Sri Lanka, gran parte de nuestra conversación fue sobre eficiencias en empresas del estado vs empresas privadas. Hasta de estos temas aprendo en este gran viaje, las cosas acá funcionan muy parecido a Colombia. Las empresas públicas tienen muchas limitaciones y burocracia asociada para poder competir con los privados. En Dubai es bien diferente "Emirates Airlines" es estatal y funciona lo más de bien... Bueno estos temas para otra ocasión. Charlé con ella como una hora de trancón, me contó de su familia, sus hijos, la vida en Colombo. Me enseñó una ruta más eficiente para llegar a la embajada y me llevó hasta la entrada, puse mis manos en posición de rezar para despedirme de ella, ella también hizo lo mismo y nos despedimos.

Llegué a la embajada, todos mis papeles en orden, filas, pagar 130 USD. Tuve que tomarme fotos recientes, sonreí, me dicen que no puedo sonreír... Debería ser requisito salir sonriente en las fotos de las visas. (Mi hermana Liza es experta sonriendo con los ojos). Es la primera vez que me tomo una foto de documento con una tupida barba, más fotocopias, le toman fotos a mis ojos, tengo que poner mis 10 huellas dactilares para que ellos tengan total registro de mi. No sólo de mi vida entera tienen registró, también mis aspectos físicos que me diferencian de otros seres humanos... 

Para la toma de huellas dactilares aclararan que los dedos no podían tener hena (muchas mujeres musulmanas se pintan cosas lindas en sus cuerpos con hena y los dedos les quedan bien pintados por días). Me dicen que en un mes me dan noticia vía e mail, para el servicio del e-mail tengo que pagar 5 USD adicionales, depronto los 130 USD no alcanzan para mandar el e-mail. Son momentos donde pueden cobrar lo que quieran como quieran y uno los tiene que pagar.

Ya mis labores en Colombo habían culminado, ya podía ir a conocer este país, volví a mi hostal. Mi ropa necesitaba una lavada. Normalmente uno le da toda su ropa a una señora por un par de dólares y después de un un día queda todo oliendo rico y limpio. Ya estaba muy encima si me quería ir al día siguiente para mandar a lavar, no había lavadora y TENÍA que lavar. Mi ropa venía de 3 semanas en India sin lavada alguna...

Me prestaron un balde, jabón y empezó mi sesión de lavandería a mano. Había tenido que lavar bóxers a mano por emergencias pasadas pero nunca había lavado todo tipo de ropa a mano. No es tan fácil como parece, mi espalda quedó bien cansada y eso que no restregué mucho... Tengo que confesar que fracasé en la tarea, el olor se fue pero las manchas y el mugre quedaron...

El manager me dice que llegó una gringa viajando sola con ganas de irse de Safari y así podríamos dividir costos. Me pareció raro, normalmente no conozco gringos en este tipo de planes, hostales y mucho menos viajando solos, estereotipos que uno se va creando. La gringa salió de su cuarto, efectivamente estaba viajando sola y quería ir a un parque nacional que la forma más eficiente de llegar es con un carro, me pareció buen plan y cuadramos nuestro carro. 

Más tarde llegó una australiana que reconocí por su acento, lleva viajando sola por 6 meses, empezó en Marruecos, República islámica de Mauritania y Senegal. Me le quito el sombrero a una mujer viajando sola por esos países. La invité a nuestro plan el día siguiente, me dijo que iba a pensarlo y me decía más tarde.

Me fui a ver el atardecer al mar, en en el camino paré en el restaurante del primer día, el dueño me dice que buscó mi apellido en el directorio y no encontró ni medio Byfield, por lo visto acá tampoco hay mucho pariente, tendré que cuadrar viaje a Jamaica, de donde es mi abuelo. 

Seguí a la playa, había un par de pescadores sacando tiburones bebés, el sol empieza a despedirse, el sonido del mar da la música perfecta para despedirse del sol. Me senté en la misma mesa en la que había comido con el CS la noche anterior. Traté de escribir algo, mi cabeza no daba mucho para escribir, me pedí una cerveza. En esas veo a la gringa y la australiana caminando en la playa descalzas viendo el atardecer. Las llamo por su nacionalidad, "Australia" me ven y se sientan conmigo, hablamos horas, si dos personas viajando solas tienen mucho por hablar imagínense a tres. Temas y ganas infinitas de hablar. Hablar con la arena en mis pies. Al final de la noche la australiana nos dice que se nos pega al paseo. Que se viene con nosotros al día siguiente.

El sol se fue, los grillos, ranas y mosquitos se despertaron. Los grillos y ranas cantaban. Los mosquitos nos picaban, que cantidad de estos insectos que tanto odio en Colombo, uno oye el zumbido a distancia y todo...

Teníamos un viaje madrugado pasarían por nosotros a las 6:30 AM para ver  buscar elefantes y otros animales salvajes que tiene este gran país.

Me levanté muy puntual, por el calor que está haciendo me meto de un sólo totazo al agua fría. Cuando no tengo agua caliente normalmente empiezo con un brazo y lentamente todo el cuerpo. Salí muy puntual, mis dos compañeras del paseo listas.

Mackenzie, australiana, 23 años, muy buena vibra y energía. Tiene una risa muy contagiosa que toca reírse cuando ella se ríe. Renunció a su trabajo, lleva 6 meses viajando sola por el oeste africano que no es nada fácil para una mujer, tiene unos buenos meses por delante de viaje.

Leyla, gringa, ella dice que es de California no de Estados Unidos, 22 años, viene de India de hacer su curso de profesorado en yoga. Tiene mamá iraní, muy buena gente. Obsesiva con el higiene, gotas desinfectantes para las bebidas, para las manos antes de comer. (Yo no uso nada de eso), viaja con maleta de rueditas.

Después de la conversación de la noche pasada teníamos las siguientes cosas en común.

Todos habíamos cargado nuestras piedras con la luz de la última luna llena.

Ninguno tiene una religión.

Ninguno sabía el día de semana en el que estábamos.

Todos somos intolerantes a la lactosa.

Ya el sol había salido, pájaros y demás insectos cantando. Tengo que vivir en una ciudad donde oiga naturaleza por la mañana y por la noche, nada que hacer.

Nuestro carro, un Tata Nano. Un carro que tuve que estudiar mucho en la universidad, el carro más barato del mundo, por ende pequeño y no muy amplio, tiene aire acondicionado eso si. Chevere haberlo estudiado, haber hecho un caso sobre ese carro y ahora estar montando. Leyla se fue en el puesto de adelante por lo que se marea amenudo. Maxkenzie y yo atrás, se nota que ahorraron mucha plata en la espuma de nuestro asiento, mi coxis lo sintió.

El conductor un Sri lankes sonriente que decía que hablaba buen inglés pero un inglés que ninguno de nosotros tres logramos entender muy bien.

Nuestro paseo empezó, pusimos el CD que me había dado un taxista en India, charlamos de la vida, hablamos mucho de las energías. Todo el paisaje es muy verde, todo tipo de árboles, cascadas, pájaros. Era la hora del desayuno, paramos en un parador, nos ofrecieron desayuno Sri lankes con señas y poco inglés. Yo me fui con mis huevos fritos y un buen banano que tanto disfruto. Mientras desayunábamos teníamos a dos hombres trabajando en el campo con sus búfalos, a medida que los búfalos pasaban las garzas volaban detrás "pescando" insectos que iban saliendo de la tierra. Todos analizamos lo que era comerse un banano y los sentimientos asociados al mismo, comer conscientemente. 

Seguimos el trayecto, el conductor nos dice que vamos a pasar por unas cascadas muy lindas, que podríamos desviarnos y conocerlas. Así fue. Llegamos a las cascadas, caminamos descalzos sobre el río hasta llegar a donde cae la cascada. Pura naturaleza y árboles grandes, ahí me conecté con un par de ellos.

Leyla y Mackenzie meditan todos los días, yo pocón pocón de meditación. Nos sentamos los tres en posición para metidar en un punto donde le caían gotas de la cascada a uno. Dicen que estos sitios donde cae agua naturalmente tiene una energía muy especial. Empiezo a enfocarme en mi respiración, empiezo a oír a Maxkenzie diciéndome, "enfoquese en el aire que entra a sus pulmones, como va oxigenando cada célula de su cuerpo, sienta las gotas de agua caer sobre su cara, el viento que pasa sobre sus dedos" a medida que me decía lo iba haciendo, es un sentimiento muy rico. Estar consiente que todo lo que el cuerpo está sientiendo. Ahí Mackenzie me dejó de hablar y cada cual siguió con su meditación, me gustó mucho. De ahí pasamos directo al carro para seguir a nuestro destino Udawale National Park.

Después de unas horas de pasar varios cultivos de caucho, se ven los cortes humanos en cada tronco de caucho. Por ahí sacan su látex que es su sabía gota a gota. Llegamos al parque, negociamos un carro de Safari, hacer un Safari acá cuesta una fracción de los que cuesta en África. Un detalle que no me gustó es que todo el parque está cercado con alambres eléctricos, eso es poco común en los otros parques que conozco.

Estábamos en nuestra camioneta abierta, entramos al parque. Pagamos los permisos y para adentro. En ese momento no paraba de pensar en mi papá, de chiquito siempre veía a mi papá como la persona más poderosa de todas. En la finca me daba miedo dormir solo, miedo que desaparecía inmediatamente cuando me pasaba a dormir con él. Siempre tuvo mejor estado físico que yo, caminaba y caminaba por esos potreros y yo detrás de él caminando bien cansado. Todavía es mucho más fuerte de lo que yo soy. Una persona alegre, buena gente, que baila, canta, que se goza la vida, todo el mundo lo quiere, para mi no era una posibilidad que esa persona estuviera enferma.

En un par de horas daban resultados de un tumor que le encontraron en el intestino... Yo al otro lado del mundo. Este fue el Safari que menos he disfrutado en mi vida, tenía la cabeza en otro lado.  Durante esos días no escribí ni media palabra, tomé pocas fotos, averigüe la posibilidad de cambiar mi tiquete y devolverme para Colombia, por cuestiones de visas no podía usar mi tiquete. Compraría uno nuevo directo a Colombia, muchas cosas se me pasaban por la cabeza, si algo he aprendido en este viaje es valorar en este viaje es mi familia, para mi no hay nada más importante que eso en este punto y espero que siga así por el resto de mi vida, que nada se interponga entre mi familia y yo...

Menos mal estaba muy bien acompañado y mis amigas de viaje se preocupaban bastante por mi, por mi estado de ánimo. En el Safari vimos buena cantidad de elefantes tranquilos pasteando, pavos reales machos con las plumas de sus colas bien cortas, esperando a que crezcan después del cambio. Martin pescador pescando, había zonas inundadas con árboles muertos sin hojas. 

Sobre un par de estos árboles había una buena cantidad de águilas pescando. Nos tocó ver como una pescaba y el pescado se movía entre sus garras antes de ser comido. Mucha tranquilidad, era el primer Safari de las dos niñas, al final veo unos búfalos marcados en sus orejas y en su piel. Le pregunto al guía sobre esos animales y me dice que el parque también tiene animales domésticos... En ese momento perdió muchos puntos desde mi punto de vista. Salimos antes del atardecer. Nos fuimos a un hotel que queda el frente del parque. 

Negociamos un cuarto para tres con mosquitero, en este país es obligatorio dormir con mosquitero, me siento como en una pequeña casa cuando duermo con mosquitero. Vimos unas bicicletas parqueadas, nos las prestaron. Salimos los tres a dar una buena vuelta en bicicleta. La mía estaba bien destartalada no frenaba, medio sonaba al andar. Leyla decía que el asiento de su bicicleta no tenía un buen cojín. En esta zona hay un tipo de chicharra que canta y canta sin parar, hay árboles que tienen cientos, se oye toda una orquesta. Ya estaba atardeciendo, yo pedaleaba, pedaleaba rápido para que mi sangre se moviera, es increíble como lo despeja a uno, lo despeja de todo. Mucha gente en sus bicicletas, saludan a sus vecinos, paran un rato, charlan de la vida se ríen. 

Estaría casi seguro que es más feliz una persona en su día a día con su bicicleta moviéndose, oyendo las chicharras, el viento y saludado a sus vecinos, que una persona en un Mecedes Benz pasando dos horas diarias en un trancón en una ciudad... Muy relajante mi tarde, es bien rico montar en bicicleta, sobre todo en sitios como este. 

En la noche también se oyen varios insectos cantando y uno se duerme bajo su canto. Esa noche (hora de Sri Lanka) operaban a mi papá.

Me levanté a las 5 AM, hablé con mi familia, siempre nos decían (a Liza y a mi que estamos lejos) que no nos iban a decir mentiras, que nos iban a contar todo como era. Ya mi papá había salido de su cirugía y ya teníamos resultados de la biopsia. Resultado: cáncer, un cáncer leve no muy agresivo. Cáncer, si que puedo odiar esa palabra. Una enfermedad que desafortunadamente ha estado muy presente en mi familia, en mi vida. Parecía que mi hermana en Australia y yo éramos los más preocupados... Lo que hace la distancia. Mis papás y mi hermana en Colombia estaban mucho más tranquilos, todo estaba saliendo como debía salir. Nos decían que no nos preocupáramos que no nos fuéramos a ir a Colombia. Es complicado, yo sólo pensaba en montarme en el siguiente avión para Colombia. Toda mi familia estaba muy pendiente de mi. Me llamaban, me escribían. Mil cosas por mi cabeza, lloré, lloré bastante.

Seguimos a nuestro próximo destino, Adams peak, un sitio muy famoso e importante en las montañas de peregrinación para varias relegiones. Paramos en un sitio con una vista muy linda, los rayos del sol se veían pasar entre las nubes pegando en las montañas. Me metí al pasto para tener una mejor vista. Me subo al carro, veo una sanguijuela pegada a mi pierna chupando sangre. Es un sentimiento cero emocionante, ver ese "gusano" bien gordo, gordo de sangre de uno. No son perjudiciales para uno, en muchos sitios las uds con fines medicinales, pero para mi mente me la tenía que quitar inmediatamente. 

En las entrevistas para entrar a mi ex trabajo preguntábamos "cuántas sanguijuelas se necesitaban para desangrar un humano" ahora estaba yo físicamente con una sanguijuela pegada. Ya se me habían pegado antes, en Nepal un par se alimentaron con mi sangre, lo importante: no halarlas, ya que no se van a querer soltar y por ende dejan sus dientes clavados que después se puede infectar. Todo a la fuerza resulta mal. 

Técnica para extraer sanguijuelas, usar fuego, sal o limón. Con esta técnica aplicada sobre el animal, ellas solitas sueltan sus dientes, dejan de succionar sangre y siguen su camino. El conductor me prestó su briquet, acerqué la llama, mis pelos de la pierna se quemaron, la sanguijuela soltó, empezó a seguir su camino y la maté, no la dejé seguir su camino. Tengo serios problemas con los animales que succionan sangre de mi cuerpo. Mi cuerpo siente puro odio hacia ellos.

Ya nos aproximábamos, muchas montañas, el clima mucho mas frío que las zonas más bajas, muchos cultivos de té. Inicialmente los ingleses sembraron café, les entró una enfermedad a las plantas y las cambiaron todo por té. Un par de templos hindúes, esta zona es muy hindú por la cantidad de indios que trajeron los ingleses para trabajar los cultivos. Se veían señoras recogiéndolo con sus manos, no como en Kerala que era con tijeras, acá es hoja por hoja con las manos de cada una de ellas.

Llegamos al pueblo más cercano de la caminata. Ya empezó el Monzón por la zona y es temporada muerta. Hay muchos hoteles y poca demanda. Acá nosotros teníamos el poder. Poder de negociación, lo podríamos llamar un monopolio a la inversa (monopsonio) donde nosotros decidíamos el precio y condición de la hospedada. Conseguimos un gran gangazo después de varias sesiones de negociación. Teníamos un cuarto con mosquiteros elegantes de colores, colchones grandes, baño brivado con agua caliente y una gran vista. La vista tenía un costo asociado que era subir un buen número de escaleras hasta poder llegar a nuestro cuarto.

Lo tomamos, en teoría nos teníamos que dormir temprano para levantarnos a las 2AM que empieza la caminata para ver el amanecer desde arriba. Conocimos a una alemana en el pueblo que se nos pegaria para nuestra caminata matutina. Oscureció, las luciérnagas salieron, Mackenzie nunca había visto luciérnagas antes, todos las mirábamos.

Nos tratamos de dormir temprano,

Los quiero,

CHB






















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