Travel

Travel
Mama Chungu, Tanzania 2009

martes, 1 de mayo de 2012

Lagunas, Termales, Géisers y Flamingos a más de 4,500 m - Bolivia













Bueno arrancamos hacia Uyuni, desayunamos en el hostal, nos bañamos y en camino hacia Laguna Colorada. Empezamos a andar en el carro y son unos paisajes increíbles y bien bien áridos, tienen su parecido en la carretera de Marrakesk al Sahara en Marruecos, lo bueno de acá es que uno iba con conductor y vino boliviano a bordo y en Marruecos yo era el conductor, pero ser el conductor también tiene su encanto. Bueno uno se siente en Marte, todas las montañas rojas, nevados al fondo, buena música gracias al Ipods de Ana y muy buena actitud. Paramos en un par de pueblos, en las iglesias, caminábamos y parábamos en los sitios que queríamos para tomar fotos y descansar de la camioneta.

Llegamos a un sitio con unas piedras gigantes donde uno se podía parar caminar, saltar y ese fue nuestro punto de almuerzo. Nos dieron carne de llama, con leve sabor  a almizcle (nunca había escrito esta palabra) al final, Coca Cola y arroz. Cada uno cogía su pedazo de icopor, cubiertos, mayonesa con sabor a limón y se subía a una piedra y tenía el mejor comedor de la vida con la mejor vista. Nos quedamos un buen rato en nuestro almorzadero y otra vez para la camioneta. La composición de mi camioneta era Juanes, Pedro, Ana y yo y mejor road trip imposible. Uno ve vicuñas salvajes, los avestruces de acá y muchas llamas cada una con unos moñitos de colores que las usan para marcarlas que parecieran que tuvieran aretes y se ven bien chéveres. Seguimos por las carreteras, todas totalmente destapadas y sólo Toyotas 4x4 pasando por los dos lados.

Llegamos a una laguna increíble que tenía dos flamingos en la mitad del lago, a mi me gustan mucho los pájaros pero los flamingos me parecen algo increíble. Yo sólo los había visto salvajes en la Guajira en Colombia y a nivel del mar, nunca me imaginé que a 4500 m me fuera a encontrar con estos pájaros, y pues nada mejor que verlos salvajes y volando. En nuestro grupo aplaudimos un par o más veces para poderlos ver volar y sí valía la pena, ver a esos pájaros volar y sobre todo aterrizar en el agua es algo increíble. Bueno en ese lago Gabriel sacó su GPS, estábamos a 4,500 m y todos relativamente bien con la altura. De ahí siguió nuestro paseo hacia laguna colorada y estar totalmente solo aporta demasiado a un sitio comparado a tener 5,000 personas al lado. Y la mayoría de las veces estábamos totalmente solos en la mitad de este paraíso. Seguimos por las carreteras totalmente áridas por todas partes uno pasa el desierto de Dalí, que es prácticamente igual a uno de sus cuadros. Cuando estábamos muy cerca de la otra camioneta comíamos polvo si el viento no nos favorecía y Damian decidía y se iba por otra vía. Allá no había carreteras, los carros se meten por donde quieren y bien rápido. Se nota totalmente que los carros no son de los choferes porque los tratan bien mal.

Son varias horas de carro para llegar de un sitio a otro y mientras tanto charlar y sacar la cabeza por el sun roof, cuando era chiquito con mis primos siempre que viajábamos con mi papá, sacábamos los tres la cabeza por el sun roof y cuando decíamos ¨agüita pa mi gente¨mi papá nos echaba agua del limpia brisas. El sentimiento de tener medio cuerpo afuera es bien rico, obviamente uno pensaba que si se llegaba a volcar pues uno quedaba ahí, porque era bien común que la camioneta patinara un poco con tanta arena y en las velocidades que íbamos, finalmente llegamos a otra laguna con miles y miles de flamingos.

Esta laguna tiene unos 5 nevados al fondo, miles de flamingos comiendo, volando, mirándolo a uno en una sola pata y absolutamente nadie más. El contraste de colores es impresionante. El blanco de los nevados, los flamingos bien rosados y las montañas cafés. Ahí nos bajamos y nos quedamos un buen rato oyendo los sonidos de los flamingos, verlos aterrizar con sus dos patas, las niñas fuerona  un baño que había y otra vez para las camionetas hasta el árbol de piedra. Es bien chévere que de la nada empiezan a aparecer unas piedras gigantes con unas formaciones muy chéveres.

Llegamos al árbol de piedra y cada uno se empezó a subir a piedras diferentes, el ejercicio a 4,800 metros es completo, pero es complicado uno ver esas piedras y no quererse trepar. Había una bien alta y chévere y con Pradilla decidimos subirnos, hace un par de meses tuvimos una buena sesión de escalada en Suesca, donde conocí a Pirry (un periodista colombiano) y yo creo que nos sirvió mucho para Bolivia. Bueno después de la escalada finalmente llegamos al punto más alto de la piedra, para no incomodarme decidí no subir el trípode y en ese punto queríamos una foto saltando, (las fotos saltando no son tan sencillas como muchos creen).

Tratamos de poner la cámara en un punto estable, pusimos el timer, salté en un sitio bien peligroso y alto para llegar, finalmente llegué a donde Pradilla y el salto no funcionó, no quedó bien la foto, y pues obviamente tocaba repetirla. Pradilla fue el voluntario para poner el timer, fue otra vez puso el timer, corrió hacia donde yo estaba saltamos, parecía que la foto estaba bien y un viendo pesado pasó.

Estábamos a unos 15 metros del piso y en esas la cámara se cae del supuesto punto estable y empieza a rodar lentamente hasta la punta de la piedra, no saben todo lo que se me pasó por la cabeza en ese momento, y la cámara seguía andando y nada que paraba y no paró. Cuando la vi caer grité bien bien duro “Noooooooooooo”,  mi cámara se había caído 15 m hacia el piso. Para los que han leído juiciosos en Argentina se me cayó un tanque de buceo en mi cámara y se dañó. Lina Quijano siempre me molesta con el temas de mis viajes y las cámaras. Cuando estaba con ella dejé una en un taxi en Tailandia y perdí otra en Myanmar.

Bueno todos estaban bien preocupados por mi grito, Pradilla por que él la había puesto y en esas veo a Ana abajo y caminando hacia mi cámara. Fue me dijo que estaba bien rayada la pantalla. Le dije que la prendiera y que tratara de tomar una foto. La trató de prender y prendió y trató de tomar una foto y tomó. Yo  y Pradilla no podíamos de la felicidad, qué buena cámara, seguía viva para el resto del viaje. Bajé de una, estaba bien rallada pero el lente estaba perfecto, seguía teniendo cámara.

Para el carro y finalmente laguna colorada, otra laguna llena de flamingos, y roja roja, bien parecido al rojo de Caño Cristales. Ese era nuestro sitio de dormida. Nos dieron nuestro cuarto y había un comedor comunal lleno de extranjeros y ya era hora de conocer alguno. Cuando uno viaja solo conoce a 20 personas por día y entre más grande sea un grupo menos personas conoce. Bueno nos fuimos con los solteros y a buscar extranjeras, y había varias y bien lindas. Conocimos a unas holandesas y a una australiana que por estos días viene a Colombia. Las invitamos a nuestro cuarto, empezamos a hablar, llevaban viajando un buen tiempo y tenían los mejores cuentos de viajes y muy temprano decidieron irse a dormir y nos dejaron a todos los interesados como aburridos.

Salimos había una luna gigante, uno tenía sombra y todo pero un frío muy pesado y de ahí nos fuimos a dormir en unas camas cómodas y unas 20 cobijas (en Bolivia no entienden el término)/frazadas/mantas que pesaban unos 10 kilos, uno sentía que tenía todo el peso del mundo encima. A las 5 AM llegaron Damien y Germán a despertarnos, cambiarnos (obviamente nada de bañarse, por el frío, la hora y porque había agua para bañarse) desayunamos unos pancakes y para los carros, Damian decía que estábamos a unos -10 grados C y yo creo que era bien factible, el vidrio del carro tenía hielo y el frío era impresionante. Nos subimos a las camionetas antes de que saliera el sol y hacia nuestro destino final, Laguna verde.
Después de unas buenas horas en carro llegamos a Laguna verde y es increíble como todos estos destinos superaron totalmente mis expectativas, esta laguna no tiene mucha fauna por ciertas propiedades que tiene, pero está al lado de una montaña nevada que se refleja totalmente en el agua, es algo impresionante. Nos quedamos un buen rato porque casualmente nuestra camioneta tenía dos llantas pinchadas y esperar mientras lograban arreglarla. De ahí salimos hacia unas termales naturales.

Las termales estaban con la temperatura perfecta y totalmente desocupadas para nosotros, nos cambiamos y para el agua, estaba bien caliente pero uno se termina acostumbrando rápido. Uno está en estas termales a unos 4600 metros, en vestido de baño, con agua calentada por los volcanes, unos 100 flamingos salvajes a unos 30 metros de uno, una laguna y nevados al fondo. Perfección absoluta, qué más puede pedir uno, teníamos todo eso exclusivamente para nosotros. Nos quedamos un buen rato, nos salimos, a uno se le van las luces bastante acá, nos secamos con la toalla de Ana y para el carro otra vez. Todavía nos quedaba un punto de interés, los géiser.

Este géiser está a 4,850 m, se llama el Sol de la Mañana y está entre los siete más grandes del mundo, yo nunca había oído de los géiser antes y son sitios donde el calor de la lava hace que agua y lava hiervan y todo el tiempo está saliendo muchísimo vapor y la lava salta por la temperatura, es impresionante hay un olor bien particular todo el tiempo y cuando uno pasa por debajo las gafas de sol quedan todas empañadas y con algunas gotas. En este sitio había unos charcos de lava que no paraban de hervir, cuando suba los videos lo pueden ver, todo el tiempo salían pedazos de lava y obviamente no había nadie cuidando que uno no se acercara mucho, y pues todos estábamos lo más cerca posible. Esto es lo chévere de estos países que uno puede hacer lo que uno quiera sin tener medidas de precaución. Damián y Germán nos llamaron y para el carro. Ya teníamos que devolvernos hasta Uyuni y faltaban unas buenas horas.

Nos devolvimos por otro sitio, volvimos a pasar por Laguna Colorada, nos quedamos un rato ahí y los flamingos volando se reflejaban en el lago rojo y atrás un nevado. Nos pidieron los tiquetes de entrada para salir del parque y salimos. En estas carreteras hay varios cultivos de quinua y le da un toque bien chévere porque es todo árido y en la mitad están estos cultivos rojos y amarillos. Llegamos al sitio del almuerzo nos bajamos y había un pasto que se veía bien bien rico.

Me fui de una a sentarme y toqué para ver si estaba mojado y me pegué una chuzada bien pesada, ese pasto parecía que fueran puras espinas. Pradilla llegó y le pregunté si él creía que el pasto estaba mojado y también se pinchó, no sé por qué es tan chistoso ver como la gente grita y se impresiona con el dolor de ese pinche pasto. Bueno no dijimos nada y cada vez que llegaba un miembro le hacíamos la misma pregunta, se pinchaban y todo pues reírnos. Nos sentamos a comernos unos sanduches de atúny llegó otro carro y lo que todos queríamos ver era como se pinchaban cuando se sentaran. Esperamos un rato, los otros turistas se bajaron y directo para el pasto, en serio se veía muy provocativo sentarse allá, una pareja fue a sentarse y ni siquiera tocó el pasto y dejaron caer todo el peso del cuerpo en este pasto y pegaron un salto bien chistoso, se pincharon la cola, al final ellos también se rieron y acabamos nuestro almuerzo.

Devuelta a Uyuni, siesta para recuperar energías y a las 7 PM nos esperaba un bus hacia Potosí, la ciudad famosa por la plata, que llegó en su momento a ser la ciudad más rica de toda América. Llegamos nos comimos unas pizzas en el restaurante más turístico de toda Bolivia y directo para el bus. Nos montamos y esperar unas 5 o 6 horas hasta llegar  a Potosí, había una buena luna y la película que pusieron por solicitud nuestra fue Ace Ventura, en una parada técnica me puse hablar con unas colombianas que iban en el bus y sólo me la montaron por haber pedido esa película, que yo ya estaba bien grande para estar pidiendo esas películas.

Llegamos tarde a Potosí, nos montamos en dos taxis y directo para el centro, los hostales más conocidos estaban todos llenos y encontramos uno muy bueno con cuatro cuartos para nosotros, mi compañero de cuarto fue Pedro, Juanes se fue con Pradilla porque estaba un poco celoso que yo hubiera dormido con él en Uyuni, a este par les encantó dormir juntos. Nos quedamos un rato hablando y a dormir.

Yo por lo general, o siempre, soy el encargado de despertar a mis compañeros de viaje,  queríamos hacer el tour de meternos a una mina y si lo hacíamos por la tarde era probable que no viéramos a ningún minero entonces desperté a todos para ir al tour de la mañana. Todos nos despertamos, desayunamos la pizza que habíamos traído desde Uyuni y directo hacia la mina. Primero tuvimos que parar por nuestra ropa, botas el casco, y parar en el mercado minero. Ahí a uno le explican como es el proceso de la dinamita, toda la coca que mambean los mineros, un trago de 96% de alcohol bien asqueroso, y ahí uno debe comprarles unos regalos a los mineros y para Cerro Rico (en la época de la colonia tenían las reservas de plata más grandes del mundo).

Llegamos a la mina y no había mucho minero rondando, prendimos nuestras linternas y para adentro, mientras entrábamos Juanes cantaba la canción de Blanca nieve y los siete enanitos de Hi-Ho. Bueno entramos nos tocó ver un par de mineros con los típicos carritos de minero y nos contaban como era un día normal de ellos, es una vida muy pesada y por la Pacha mama las mujeres no pueden entrar a las minas, creen que la Pacha mama se pone celosa y no le da al minero los minerales que está buscando. De ahí nos fuimos hacia donde quedaba el Tío de la Mina, un sistema que usaban los españoles para manipular a sus mineros, de poner un muñeco de un diablo al que los mineros le debían rezar y llevar regalos antes de empezar su trabajo. Y todavía funciona y creen mucho en él, si no le dan las ofrendas el Tío los castiga con accidentes que pueden ser mortales. Entonces los mineros le prenden cigarrillos y se lo ponen en la boca (En Guatemala me tocó ver un Dios muy parecido que tomaba y fumaba, en el mail de Guatemala está por si quieren recordar). Nos quedamos un rato ahí, le prendimos su cigarrillo y se nos estaba acabando el paseo.

Sólo nos quedaba una tarde y totalmente relajada en Potosí, la ciudad muy linda, muy colonial un poco abandonada y en las paredes había anuncios que decían “Zona Turística, Prohibido Orinar y echar basura” por el hecho de ser turístico no pueden orinar en las calles, es bien común ver a la gente haciendo pipi en la mitad de la calle. Dormimos siesta y a comprar Singali (el trago local boliviano) de despedida y a buscar una buena discoteca para terminar bien nuestro paseo.

En la ida paramos por unas porciones de pollo con papas bien grasosas y unas meseras bien queridas e interesadas en nosotros, nos preguntaron “ Disculpes, uds de dónde son?” les contamos que colombianos y nos dicen “están muy guapos” Mientras caminábamos nos encontramos con Stefanía, una argentina que conocimos en el hostal en Uyuni, nos pusimos a tomar y a caminar con ella. Lo que nosotros más decíamos era “Oruro-ruro-ruro” y ella al final también gritaba “Oruro-ruro-ruro” bien querida. Seguimos buscando algún sitio y no encontramos nada, nos recomendaron un sitio que se llamaba la Chaterrería, y más malo imposible, bien gótico y la música pésima. Muy parecido a un sitio que cuadra picha en Bogotá que estuve una vez. La argentina se fue a dormir y decidimos entonces enrumbarnos en el hostal, después de una sesión de, “Dame la P, dame la E… R…R…O “ , mientras Juanes las imitaba con todo su cuerpo hasta que Camilo alias el perro se tomara una buena porción de Singali.

Caminamos hacia el hostal todos sin parar de reírnos y para el cuarto de Juanes y Pradilla, el equipo de sonido era un parlante que Pradilla llevó que no sonaba mucho. Pradilla decía que si uno se lo ponía detrás de la cabeza en ánimo aumentaba y efectivamente aumentaba, todos por turnos esperábamos a que nos tocara un poco de música. Se nos acabó el Singali, nos quedamos hablando un rato y pusieron la canción más tranquila de Piero. A los 30 segundos empieza a sonar una mano de tiros como de pólvora dentro del cuarto. Pradilla no tuvo ningún problema en prender los totes que había comprado para Uyuni dentro de su cuarto. Todos nos tiramos en las camas como si nos estuvieran disparando y Pradilla cagado de la risa, después todos nos empezamos a reír y esos totes seguían explotando, yo creo que todo el hostal se despertó pero no dijeron nada. Y ya finalmente a dormir.

Nos despertamos temprano, nos fuimos directo a la estación de bus en busca de un bus hacia “Oruro-ruro-ruro” que acá de adicionaban el “Oruro ya saleeeee” yo creo que estas estaciones las diseñan para el que el ruido suene mucho más duro y todo el mundo grita, al final yo le ayudaba a gritar a la de nuestro bus y solo se reían. Nos montamos al bus y ya en camino hacia Oruro-La Paz y finalmente Bogotá.

En ese bus a Daniela y a Gabriel les tocó una familia con una chiquita que tenía que hacer popó en la mitad del viaje y no tuvieron ningún problema con que la niña hiciera popó en una bolsa plástica y tirarla por la ventana, bien particular. Llegamos a Oruro cambiamos de bus después de comernos una buena porción de pollo con papa grasosa y a Daniela y a Gabriel les tocó la misma familia del bus pasado de vecinos. En el bus nos pusimos a leer con Juanes un libro de los jesuitas muy interesante, y finalmente llegamos a La Paz, después de un día de unas 13 horas en bus. Ahí los trabajadores nos fuimos a dormir donde mis tíos y los otros a comerse un buen pedazo de carne.

Llegamos a la casa de los Botero, Roberto salió a comprarnos unas pizzas nos comimos las pizzas y teníamos 4 horas de sueño, a las 4AM pasaba el taxi por nosotros. Roberto nos despertó a las 4 nos despedimos y rumbo al aeropuerto internacional del Alto.

Pasamos migración, me hicieron upgrade a ejecutiva y a dormir para tener energías para trabajar. Llegamos a El Dorado todo el país preparado para la cumbre de las Américas y nuestro paseo se acabó.

Bueno señores, espero estar escribiendo pronto.

CHB