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Mama Chungu, Tanzania 2009

jueves, 8 de enero de 2015

"Ma, no vuelvo a Colombia en diciembre", Western Australia

Fotos al final

Me levanto con el olor de la fogata que Peter prendió, nos alistamos salimos directo para Portheadland, una ciudad puerto por donde sale gran parte de los minerales que produce este departamento. Llegamos a una ciudad no muy grande con flores de colores sembradas en sus jardines, cada cual tuvo un par de horas libres para hacer lo que quisiera, bien importante para respirar y descansar mutuamente de tanta intensidad. En el centro de visitantes dan internet gratis por media hora, lo usé para reportarme y mandar mi Mail. Muchos aborígenes, mucho más que al sur. Se ven en su vida cotidiana, menos borrachos que en las ciudades grandes pero sigo viendo muchos alicorados. Vi un par de letreros en almacenes que decían "No cash or cigarrettes kept on premiss". Nunca había visto un letrero así antes. En el súpermercado  hay letreros adentro recordando que robar es un delito, la policía los perseguirá.

Se ve el puerto, barcos atracando y desatracando con sus remolcadores, puros términos que aprendí en un proyecto de puertos en mi trabajo pasado. Me gusta poder entender algo que lo que está pasando. Veo los barcos salir, barcos gigantes cargados de minerales para suplir muchos países del mundo, me imaginaria que en especial, China.

Ya llevaba unos buenos días sin una ducha formal, puras metidas a piscinas naturales pero nada de jabón ni shampoo. En una de las playas, como en muchas en Australia hay duchas gratis, duchas que usaríamos muy a menudo en este viaje. Llegamos, había un par de carros en nuestras mismas condiciones, buscando una buena ducha después de mucho camping y pocas facilidades. Me alegra ver un chorro de agua, abro la ducha, tenía mi shampoo en la mano, sale agua y lo mejor de todo, agua dulce. Iba a tener una ducha de agua dulce después de dos semanas. Todos nos bañamos, salimos con el pelo y las uñas limpias, con buen ánimo. Me sequé bajo el sol, en la finca siempre trato de secarme debajo del sol en vez de usar una toalla.

Cargamos nuestros tanques con agua apta para tomar y seguimos nuestro camino. Ahora en busca de una zona de camping en camino a Broome, el sitio donde teníamos que dejar nuestro carro alquilado. Encontramos un gran sitio, pusimos nuestra carpa, fuimos a buscar cangrejos para comer sin éxito. Se empieza a ver ríos con agua, cacatúas volando. En el camino a la pesca nos cruzamos con un par de pensionados en sus caravans y nos daban suerte en nuestra pesca.

Prendimos nuestra fogata con un árbol seco que tumbó Yohan, la luna estaba en proceso de llenar, yo me fui a caminar un rato sin linterna, la luz de la luna era más que suficiente. Muy relajante caminar bajo esa luz, empiezo a tener una leve sombra, a medida que va creciendo la intensidad de la sobra aumenta. Se empiezan a sentir un par de mosquitos sacándole sangre al cuerpo de uno para alimentarse.

Ese sitio de acampada gratis tenía wifi, wifi que usé para llamar a mis papás a contarles algo que había decidido durante esos días: mi viaje se alarga. Muchas razones, estoy viviendo el mejor tiempo de mi vida, haciendo lo que me gusta y todavía tengo como. Mis papás me iban a caer a Sri Lanka y por el cáncer de mi papá se canceló, me he dado cuenta que para mi lo más importante es mi familia y tengo que actuar acorde a eso.

Mi hermana está embarazada de Jack James, mis papás vendrán para su nacimiento. En el camino a Australia me encontraría con ellos, viajaríamos juntos y después nos vamos los tres a pasar Navidad, año nuevo a Perth y estar para el nacimiento de mi próximo sobrino. Esa era la noticia a contarles. Hablo con mi mamá, le cuento, le parece un gran plan, reacción muy diferente al momento que le conté que iba a tener esta travesía. Creo que no sólo yo he cambiado la forma de ver la vida desde que empecé este viaje. La vida, hay que vivirla, la estoy viviendo, gozando, viajando y que mejor que con mi familia.

Ya no vuelvo a Colombia en diciembre, mucha gente que me he cruzado me decía que esto no sólo podría durar un año, al comienzo tenía muy claro que sólo sería un año, claridad que se va perdiendo a medida que uno se va sumergiendo en la vida que estoy viviendo. Ahora esperar un par de meses para estar con mis papás por territorio asiático y después ir a mi sobrino nacer a Australia. Estar viajando con mi familia por un par de meses, algo que nunca he vivido y no tiene precio alguno, decisiones de vida que alegran, que me emocionan. Einstein decía “I never think of the future. It comes soon enough.” Además uno no sabe en qué momento a uno le cae un coco en la cabeza y ahí queda... El mundo, su gente, sus creencias y sabias decisiones.

Hora de dormir, dormir y descansar viendo las estrellas, la luna y pensando en continuar con esto unos meses más.

Llegamos a nuestro nuevo sitio de camping después de un par de horas de manejada con mucho sol y calor, todos buscábamos una sombra difícil de encontrar para escondernos de sol. Peter puso una cuerda verde amarrada entre las dos camionetas. Cuerda que serviría de cancha para el primer torneo de volleyball de nosotros. Volleyball playa, equipos de dos, casi todos jugamos. Mi compañera Ruth, no tuvimos mucho éxito pero pasamos bomba, chocábamos cinco cada vez que ganábamos un punto. Jugar volleyball si es muy sabroso, se genera un ambiente muy bueno. En Bogotá siempre que llegaba gente nueva a jugar en nuestras sesiones de martes y jueves les contaba a los nuevos que aparte de las reglas de volleyball era obligatorio celebrar cada vez que el equipo de uno ganara, eso genera una muy buena vibra grupal, mi equipo del cual yo era capitán se llama, Towerfield, la unión de Torres y Byfield.

Así se nos pasó la tarde jugando rey de cancha, unos hacían barra, las niñas se limaban sus pies y callos. Ninguna quiso ayudarme con los míos, yo también tuve sesión de arreglarme mis pies, mi llaga del pie va curando a la perfección, creo que nunca me voy a dejar de impresionar con lo increíble que es el cuerpo humano. Atardecer espectacular un par de nubes que se iluminaban, el cielo se pone morado, la luz se va, nuestro juego se acaba, imposible ver la bola. Los ganadores Mick y Peter. Segundo puesto, Laurie y Yohan. Misty y Amy prefirieron no jugar.

Mis miradas en un espejo han sido bien esporádicas, Laurie es la encargada de detectarme cualquier cosa rara, sobre todo pelos incrustados, ella muy profesionalmente me los saca en menos de lo que canta un gallo. Los grillos empiezan a cantar, se oye mucha más vida nocturna por estos lares. Penúltima noche durmiendo en nuestra casa/carro, pensaba en eso y me daba pesar.

Teníamos que comprar todo tipo de elementos para seguir viajando, Laurie y Ruth nos solucionaron la vida. Yohan y yo usaríamos la carpa de Laurie, Justine la de ella. Respecto a colchones, Laurie me daría en el que ella durmió las primeras noches, y Ruth el de ella a Yohan. Estábamos hechos.

Nos acercábamos, se ven árboles mucho más grandes de lo normal, señal de tierras fértiles y agua. Llegamos a Broome, después de tres semanas de haber empezado este viaje, tres semanas de acampada, de plena convivencia con 9 seres humanos más que los conocí un par de días antes de empezar el viaje, ahora los conozco bastante bien y ellos a mi. Es convivencia pura y dura. Los integrantes teníamos que lavar el carro antes de devolverlo, fuimos a un lavadero de carros, acá ni pensar en tener a alguien que le lave el carro a uno. Nosotros seríamos los encarcados. En mi infancia traté de montar ese negocio, lavada de carros a los vecinos, muchos de ellos me apoyaban pero no duró mucho mi entusiasmo lavando carros.

Llegamos al sitio de lavar los carros, entro al baño, veo una toma de corriente, nunca me había emocionado tanto al ver una toma, corro al carro, pongo a cargar mi cámara. No sé que pensarían las otras personas al entrar el baño y ver una pila de cámara cargando con varios adaptadores puestos.

Acá tienen un sistema muy bueno donde uno mismo aspira con una máquina poderosa y después lo lava con mangueras a máxima presión. La aspirada cuesta la mitad que cualquier tipo de lavada con agua. Todo funciona con monedas, poca interacción con humanos, si una máquina puede hacer el trabajo, con seguridad estará la máquina puesta. Hícimos un gran debut, el carro quedó como nuevo, muchos rayones que ya tenia pero antes estaba rojo, lleno de tierra y adentro parecía una arenera. Ahora blanco y listo para entregar. Empezamos a extrañar el carro desde ese momento, estábamos viajando con mucho espacio, independencia y comodidad gracias a ese carro. Ahora se nos venía una etapa donde los tres estaríamos en la parte de atrás de una camioneta, emocionante pero mucho menos cómodo.

Fuimos almorzar, quería algo grasoso, con una bebida fría y un postre. Fui a Mc Donalds, sabe a gloria después de un buen tiempo de comer atún a diario y agua tibia reenvasada. Comí helado de postre. Yohan se fue por subway, Justine comió arroz que había sobrado la noche anterior. De ahí seguimos a comprar cubiertos, platos y sillas para poder continuar sin nuestro carro. Compramos platos de cereal, yo compré un plato también, Yohan y Justine comerían todas sus comidas en platos de cereal. Lujos que me doy.

Hora de la ducha, ya los demás carros se habían bañado, fuimos a las duchas gratis de Cable beach, una playa espectacular con un gradiente de playa muy muy bajo, que hace que cada ola que pase cree un espejo natural gigante. Nos metimos, si que es rico bañarse, el agua sale oscura después de pasar por mi cuerpo, Yohan siempre habla de echarse doble shampoo, eso hizo. Salimos, Yohan y Justine se pusieron a charlar por sus celulares, se ven camellos pasar. Ofrecen un tour de ver el atardecer en esta playa paradisiaca, llena de agua malas, a bordo de un camello. Me caminé gran parte de la playa y para el carro.

Después de nuestro aseó personal, veo en el mapa que hay unas huellas de dinosaurios, le propuse a mi equipo si íbamos, aprobaron y allá fuimos a dar. En el parqueadero vimos un carro conocido, con personas conocidas adentro. Los belgas que nos habían llevado de paseo en el parque 4x4 más al sur hace un par de semanas. Las coincidencias de esta vida. La belga que se reía a carcajadas me mira y me dice "Cafe Creme", se acordaba del libro con el que yo aprendí francés. Todos se quedaron charlando en francés, mi nivel da para entender dos o tres palabras, nunca una frase entera. Contaban que no tuvieron un buen tiempo en Karigini, les hizo mucho frío de noche. La belga le lloraba a su esposo y le decía "me voy a morir" esto lo contaba mientras se reía a carcajadas, me la imagino perfecto. Una alemana de unos 80 años se nos acerca, cuando se entera que soy de Colombia me dice en español, "hasta la vista" yo le digo que le puede adicionar el "baby", se ríe y sigue su camino.

Nos fuimos con Yohan a ver las huellas de animales que habitaban esta tierra hace 1,500 millones de años, no sé nada de dinosaurios, poco interés he tenido hacia estos. Se ven cuatro huellas, alrededor está el mar con sus olas. Las olas pegan contra unas piedras donde donde nos sentamos un bien tiempo con Yohan. A oír el viento y el agua pegar.

Nos devolvimos, Justine seguía charlando con ellos, también estregarían su carro alquilado al día siguiente y ya se devolvían para Bélgica. En su baúl tenían todo tipo de cosas que nos regalaron.

Una estufa con cinco cartuchos de gas
Una poderosa almohada
Una cobija
Cinco cajas de avena listas para preparar
Tres rollos de papel higiénico. Nunca me habían regalado papel higiénico, detalles que alegran la vida.

Les dimos las gracias, todos sonreíamos, la alemana pasa otra vez acompañada de su esposo apoyado en un bastón, se despide de mi diciéndome "hasta la vista baby" le respondí de la misma manera y hora de devolvernos a nuestro campamento. Campamento que los otros habían encontrado que aseguraban que a mi me iba a encantar.

La llegada a nuestro nuevo hogar estaba llena de tierra y con carreteras despavimentadas, nuestra lavada de carro se tendría que repetir nuevamente. Teníamos que alistarnos, ponernos nuestras pintas elegantes para una reserva que teníamos en un restaurante del pueblo para descansar de atún y vida de camping por una noche,

Los quiero,

CHB