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Mama Chungu, Tanzania 2009

miércoles, 25 de febrero de 2015

Corriendo en la selva para no llegar tarde a una reunión muy importante, Sumatra - Indonesia

Fotos all final...

Oigo algo caer sobre el techo, me levanto, hay un árbol lleno de fruta encima con muchos micos desayunando. Al dejar caer la pepa. pega contra el techo produciendo ese ruido, bonita forma de despertarse. Me acuesto en la hamaca, veo la pared de selva del otro lado del río, tendríamos un día de relajación antes de internarnos tres días en la selva en busca de nuestros primos lejanos.

Era día de mercado, todo el pueblo se pone su mejor pinta para ir de compras, para esta ocasión yo no me puse mi pinta elegante. Mucho caucho que no huele nada rico siendo cargado a los camiones, niños y niñas montados en buses en su interior y en el techo. Mucha vida en un mercado de estos, la gente sonríe, interactúa entre ellos, piden descuentos, ñapas, mucha interacción humana. Nos miran por ser blancos, nos sonríen, compramos frutas, platos típicos excesivamente dulces, tomamos fotos. Natalia se compra unas finas sandalias por 1 USD, ahí uno empieza a entender de donde saca plata Nike, Adidas y demás marcas para pagarles millones de dólares a sus "deportistas" para hacer publicidad de sus marca, algo que les cuesta menos de 1 USD se vende por 100 USD en otros países por la publicidad que tenemos en la cabeza. Publicidad que nos dice cuales marcas que tenemos que comprar, que hacen se Nadal juegue tan bien tennis.

Seguimos a nuestro siguiente destino, una cueva llena de murciélagos, en el camino nos encontramos con un amigo que Natalia había hecho un día antes. Stefan, 22 años, inglés, su papá francés, muy buen malabarista, lleva viajando sólo por 5 meses, va rumbo a Australia con su visa de trabajo por dos años, buena onda, todavía no tiene carrera. Prefiere viajar, disfrutar de la vida a esa edad y después volverse profesor de colegio internacional. Se come el maní con cáscara y todo. Dice mucho que uno viaja para conocer personas, no sitios. (Muy cierto)

Entramos a la cueva por nuestra cuenta, una cueva muy linda oscura y llena de murciélagos, su guano (popó) no olía a olor que tengo en mi cabeza del guano, quién sabe por qué será. Stefan me alumbraba con su linterna, tratábamos de tomarle fotos a los mamíferos voladores, Stefan los alumbraba, mi cámara enfocaba con mayor facilidad y los fotografiaba. Son tres compartimientos diferentes, cada cueva con un tipo de diferentes diferente. Unos bien grandes, otros más pequeños. Me gusta la vibra dentro de una cueva, paz, tranquilidad, solo se oye el"cantar" de los murciélagos.

En la última cueva veo algo raro, Stefan alumbra, es un nido con una mamá arriba calentando huevos, mamá golondrina. Eso me alegró mi día, no sabía que había golondrinas que hicieran sus nidos en cuevas, había muchas. En el techo murciélagos, en las paredes golondrinas, así les queda más fácil avisarse mutuamente si es de día para que ellas vuelen o de noche para que ellos lo hagan, no debe haber muchos estrellones entre las dos especies... Las dos tan rápidas, poderosos ojos tienen que tener esos pájaros para poder volar y hacer sus nidos en esas oscuridades. Stefan me cuenta que que al oír un click click producido por los murciélagos es el sonido que usan para localizarse y moverse.

Salimos contentos de una cueva de la que no esperábamos tanto, se nos cruza una poderosa culebra venenosa con alguna presa dentro de su cuerpo. Comimos cacao recién sacado se la fruta, Natalia sabe mucho de estos temas y aprendo mucho de ella. Las pepas son como pepas de guanábana y es originario de Sur América. Gracias a esa fruta se produce mi preciado chocolate que alegra día a día mi vida.

Nuestro hotel era atendido por una holandesa inmamable que decidió dejar todo y venirse a vivir acá. Para su visa de trabajo tuvo que sobornar a muchas personas, me decía "sin sobornos nada se mueve en Indonesia" en Indonesia y gran parte de este mundo...

Conocimos al guía, un tipo buena onda y sonriente, empezaríamos a caminar con él al día siguiente. Nos dice que por esta época hay mucha fruta en la selva, haciendo que los orangutanes estén muy dispersos, eso hace que verlos sea más difícil. Esa noche Natalia me actualizó con los últimos hits de música colombiana que me alegraron mi rato. Yo soy el encargado de mantener actualizada a mi hermana musicalmente cuando ella está en Australia y yo en Colombia, desde que salí no había tenido actualización musical. Estoy muy agradecido con la música en este paseo, me ha alegrado mucho mi año, mi vida.

Me levanto después de haber soñado toda la noche con los orangutanes, Natalia no estaba en la cama, había madrugado, horas antes me había despertado a media noche veía las estrellas desde nuestra ventana.

Finalmente el día había llegado, muchos vuelos, buses y caminata se requieren para tan importante encuentro. Me pongo a escribir, empacamos nuestras maletas que cada cual llevaría en su espalda por los tres siguientes días. Desayunamos como campeones para alistarnos para el trek por tres días por lo que queda de selvas del Norte de Sumatra, desde 1970 han tumbado el 70% de la selva para sembrar palma de aceite y cultivos de caucho.

Esta caminata fue el regalo de cumpleaños de mi hermana Denisse, yo la llamo "el amor", 35 años, colombiana, administradora empresarial, dedicada a sus dos hijos. No puede estar mas pendiente de mi, siempre recurro a ella cuando tengo cualquier problema. Cuando me metieron la tumbada en India en mi primer viaje ella me regaló todo mi tumbe. Nos reímos a carcajadas, es la que siempre le pone entusiasmo a mi familia a mi vida. En nuestra infancia nuestra relación no era la mejor, hace varios años no podemos ser más amigos ya que los dos maduramos. Cuando escribí contando que la cola de Liza era la más fuerte de las mujeres de mi familia, Denisse me responde: "Y que me dices de mi cola??? Hace rato no la coges porque yo estoy regia… y me describo a mi misma como:

Joven y bella
Fresca y descomplicada
Elegante y chick
Sexi y moderna"

Ahí me dio una buena ayuda con su descripción con la que estoy totalmente de acuerdo y podría agregar muchas cosas mas.

Empezaba la caminata gracias mi hermana linda que acabo de describir.

Nos encontramos con Baik, nuestro guía de cabecera, de Indonesia pero él se hace llamar que es de la selva, 39 años, tiene una risa pegajosa que usa todo el tiempo y lo hace reír a uno también, fuma como el 98% de los hombres de este país. Dice que la gente fuma para no vivir muchos años, él con 50 años vividos queda tranquilo, tiene dos esposas de siete que la religión le permite, habla siete idiomas, 6 idiomas de Indonesia e inglés. Se conoce esta selva como la palma de su mano. Guías que me han alegrado mi vida y él.

Habíamos pedido que metieran a Stefan a nuestro grupo y así fue, aparte de Stefan tendríamos unas compañeras más, dos alemanas de 18 años, una de ella con alguna enfermedad no identificada. Empezamos a caminar, Baik adelante y nuestro otro guía atrás. Pasamos un par de ríos puros, nos adentramos en la selva, pasando por cultivos de caucho. Baik nos cuenta que están tratando de cambiar los cultivos de caucho por palma de aceite ya que es mucho más rentable. Nos dice que Unilever es la que controla casi todo el norte de Sumatra, impresionante elpoder que tienen esas multinacionales. En esta zona de cultivos cientos de mosquitos lo atacan a uno, quieren chupar de mi sangre y un par efectivamente lo logró.

Entramos a la selva de verdad, el típico sonido selvático empieza a oírse, melodía que me alegra y no pararé de oír por los próximos días y noches. Empezamos a ver más grupos, un guía llamaba a su grupo de "smiley group" se nos acerca y nos dice, "no smile, no luck", de acuerdo con él. Más adelante dice "my smiley group in a couple of hours will be the smelly group", más adelante pensé en él.

El inicio de caminata fue intensa, serán días intensos, no hay planicies, son montañas que suben y bajan con pendientes fuertes. Es húmedo más no muy caliente. Mi maleta hace que la espalda y la zona de las tiras siempre este empapadas de sudor, mi camiseta verde siempre se vería verde oscuro. La selva muy bien conservada, nada de basura, árboles gigantes dándonos sombra, sombra de selva, hojas y raíces grandes en el piso. Las hojas las podemos pisar, las raíces esquivar. Empieza a sonar un sonido muy fuerte, un animal, cantando, gritando, más de uno. Nos cuenta que son gibones, una especie de monos. Los árboles son muy altos, hay varias capas y los gibones cantaban desde las alturas, difícil verlos. Llegamos a un punto con buena visibilidad, siguen cantando fuerte, muy fuerte. El guía señala, se ve el gibón, un mono sin cola muy muy ágil. Tiene sus manos blancas, parece un mono con guantes muy elegantes blancos, elresto de su cuerpo café. Cuelga todo su cuerpo sobre un brazo, después desde el otro, se pasa de rama en rama con toda la tranquilidad del mundo, es placentero verlo mover, toda la suavidad del mundo, su cuerpo se mueve, para, canta un rato y sigue. Es todo un debut, dan ganas de aplaudirle después de esa agilidad y canto.

Seguimos con el intenso recorrido, la alemana estaba mal, vomitó, se cogía la cabeza, le esperaban tres días intensos y si el cuerpo no le respondía bien la iba a pasar mal. Paramos un rato para ver si se recuperaba, nos dieron maracuyá muy dulce y sabrosa para que comiéramos. Deciden devolverse, Baik les dice que no habría ningún tipo de reembolso del trek, eso las hace cambiar de opinión, la alemana se toma una pepa. Se ve muy enferma, difícil situación, en mi punto yo me devolvería y volvería un par de días después, tengo libertad de tiempo, pero si uno tieneel tiempo contado en Sumatra, difícil no seguir para tan importante encuentro. Nos separamos, nosotros seguiríamos en busca de los orangutanes y ellas seguirían directo al campamento, cada grupo se quedaría con un guía.

El recorrido sigue, Baik nos señala, nidos, nidos grandes hechos de plantas que ya había visto este año, iguales a los nidos de los gorilas de espalda plateada. Me emociona ver eso, los orangutanes también hacen sus nidos a diario para dormir, nidos que se ven sumamente cómodos si fueran de mi tamaño. Son nidos de la semana pasada, por lo visto no están cerca, da emoción verlos, es como ver una huella o popó de tigre, señal que uno está cerca.

Empezamos a bajar, bajada empinada, Baik se agarra de una liana larga, gruesa y se manda, Baik vuela, aterriza más adelante. Yo tenía que hacer lo mismo, le pregunto si él cree que esa liana me soportara a mi, sonríe y dice que soporta su peso, él no sabe del mío. La cojo me mando, empiezo a volar, vuelo que duró muy poco por que esa pinche liana se soltó de donde estuviera agarrada, me voy para el piso, caigo parado con la liana entre mis dos piernas, nada de dolor, caída perfecta, pero no pasé la prueba de Tarzan. Baik no paraba de reírse, se reía a carcajadas, nosotros también, el recorrido siguió.

Pasamos un grupo que se habían encontrado las plumas más lindas que he visto en mi vida, unas plumas de unos 70 cm, llenas de diseño y varios tipos de formas, son del "great argus peason" un pájaro del que no sabía su existencia, la miramos, la tocamos y seguimos montaña abajo.

Llegamos a nuestro restaurante, el río, Baik empieza a preparar nuestro almuerzo, yo me quitó los zapatos las medias, meto mis pies en esa agua pura que fluye, sentimientos ricos y ese. Mis pies quedan agradecidos de la refrescada. Mi sudor en estas caminatas huele diferente, es un olor que se repite cuando estoy con maleta en estas condiciones, me acuerda mucho a otras caminatas de varios días que he hecho, sobre todo a Ciudad Perdida y al Kilimanjaro, no es un olor que me incomode, es un olor que me trae buenos recuerdos y que me recuerda que estoy haciendo algo que me gusta.

En ese río sería nuestro almuerzo, me dan mi arroz frito con huevo, me lo como con mi mano mirando al río, sin hablarle a nadie, conexión total con la madre tierra. Sólo sonidos naturales, al agua fluyendo entre los dedos de mis pies.

Acabamos el almuerzo, me pongo a escribir, en sitios como estos me inspiro pesado, era hora de ir montaña arriba. Escaladas intensas, siento mi corazón en el cuello palpitar, lo oigo, mi sangre está fluyendo a máxima velocidad al igual que mi corazón, estaba trabajado a 150 pálpitos por minuto, (cuando me despierto es de 65 ppm) eso se podría considerar casi sobrerevolucionado, es por una buena causa. Llegamos a la cima, por lo visto no están por la zona... Lo difícil de ver vida salvaje. Baik decía que para darnos garantía de ver un orangután, él nos llevaba al zoológico más cercano. En estado salvaje hay que ser "lucky", yo le respondía, "I'm lucky, very lucky".

El otro grupo manda un mensaje de texto, vieron a una mamá con su orangután, nosotros estábamos en la cima de otra montaña, lejos. He criticado mucho tanta adicción a estos celulares, en este caso fue nuestro aliado.

Le pusimos velocidad a las piernas, mucha velocidad. Corríamos por la selva, esquivando raíces, lianas, yo detrás del guía. Ahí mi cuerpo tiene que responder, caían gotas de sudor de mi pelo, muchas. Sentía la piel de mi cara hirviendo. Sudaba, estaba empapado. El guía nos dice que tenemos que caminar/correr 15 minutos. Estoy seguro que fueron por lo menos 30 o 45. Es de las veces que más le he pedido a mi cuerpo. Es muy intenso, pero con un objetivo muy enriquecedor, una mamá y un bebé orangután. Seguimos, Stephan y Natalia iban detrás.

En esas le meto un rodillazo a un tronco, corrientazos pasan por mi cuerpo, me tengo que sentar un rato, Baik se devuelve me dice que me la tome suave, la adrenalina de mi cuerpo hace que siga caminado, la rodilla me duele, prioridades de la vida. Seguimos, finalmente llegamos al río abajo de la montaña en la que estábamos, vemos a dos turistas, estaban contentos sonrientes, ya habían visto orangutanes. Los vieron montaña arriba, nos desearon suerte con la subida. Ellos estaban tomándole fotos al río y a sus tortugas, tortugas que espero volver a ver porque no les paré ni cinco de bolas por no perderme la cita con los orangutanes. Empezamos a subir esa montaña, son montañas muy empinadas, suben y bajan, poco terreno recto. Montañas llenas de vida con primates pelirrojos esperando por nosotros. Pasan muchos minutos, veo a muchos humanos con sus cámaras, me emociono.

Veo un animal negro, grande, de las familias de los monos, para mi no era un orangután, pregunto "esto es un orangután?" Me responden no es un gibón negro, los orangutanes ya se fueron. Se fueron, muchas cosas pasan por mi cuerpo, Baik nos dice, "dejen sus cosas acá, el otro guía los llevará para buscarlos". Dejar las maletas es un gran alivio, 5 kg menos en mi espalda. Mi cámara con sus lentes si tenía que seguir colgada a mi. La bajada muy empinada, el guía hace ruidos para llamarlos, nada de respuesta. Hay mucha tensión colectiva en ese momento, no podemos dejar que caminen mucho. El guía nos dice si queremos verlos tenemos que apurarle, difícil, íbamos a máxima velocidad y llevábamos a ese ritmo un buen tiempo caminando por una selva que está llena de obstáculos naturales y piso resbaloso, nadie habla, todo el mundo a la expectativa.

Pasa un buen tiempo, el guía para, dice "I hear an orang-utan", momentos que nunca se me van a olvidar, caminamos rápido, el guía para, sonríe, señala, miro a donde señala, veo un animal pelirrojo moviéndose de árbol a árbol, muy alto. Corro para estar cerca del árbol, si señores tenía un bebé orangután encima mío, al lado la señora y mamá orangután. Si quisiera tener una prueba de resistencia o iron man, debería tener un orangután de aliado esperando por mi, así quedo de finalista seguro.

Dan ganas de llorar, momentos muy emocionantes, me quedo quieto, escalofríos por mi cuerpo. Muchos, el bebé y su mamá. En las selvas del norte de Sumatra en Indonesia, qué le pasa a este año mío, mucha emoción en un solo año, amo mi vida, no puedo decir nada mas. Se empiezan a mover, de rama en rama, el bebé se le acerca a su mamá, la mamá nos mira con tranquilidad, yo sonrió, disfruto estar ahí parado.

El orangután:

Orang significa: hombre
Utan significa: selva

Orangután significa: (les dejó ese análisis a ustedes)

Yo sería Orang-Colombia

Comparten el 96,3% de nuestros genes.

Son el único gran primate afuera de África

Tienen una cris cada 8-9 años que hace muy difícil recuperar su población

Se pueden encontrar en Sumatra y en Borneo, son dos especies diferentes, los de Borneo son más grandes

Había dos personas más, personas sonrientes y emocionadas. Nos quedamos ahí un rato. Cada cual disfrutando de los orangutanes, juegan con las ramas, con las lianas, pasan de liana en liana con toda la agilidad del mundo. La mamá tranquila, nos mira, se queda en los árboles gruesos que la soportan. El bebé mucho más activo, con ganas de vivir, salta a donde sea, se rompen ramas que caen pero él nunca se cae. Tiene una cara muy achatada, un color de pelo espectacular (color que a mi hermana Liza le gustaría tener en su pelo). Hace varios sonidos, uno de ellos como mandando besos.

Muy tranquilizante, era en la punta de una de las montañas, más abajo pasaban ríos, ríos que sonaban y le ponían melodía a la película. Nuestro guía nos pregunta "ok, are you ready, enough orangutan?". Yo me río, las probabilidades que yo diga que estoy "enough" de orangutanes son nulas. Pasa un buen tiempo, son animales iguales a nosotros, las manos son exactas, las expresiones, los pezones de la mamá (iguales  a los de un hombre gordo). El bebé se acerca, estoy a menos de tres metros de él, su mamá baja hasta el piso, camina un poco y empiezan a irse montaña abajo por caminos que los guías no me dejaron seguir por seguridad a caerme.

Se fueron alejando lentamente, los árboles se movían a medida que ellos se iban, yo estaba tranquilo, contento, respirando aire puro, del mismo aire que nuestros primos lejanos, los orangutanes respiran. Ya no tenía ningún afán, si teníamos que caminar horas hasta el campamento para mi no era problema. Los dejamos de ver. Natalia emocionada, Stefan sonriente, choqué cinco con Natalia, sonó y todo. Sólo buena vibra en estas selvas. Respiraba miraba hacia el techo verde llenos de hojas de la selva, sonreía, respiraba, vivía.

Ahora teníamos que volver a donde habíamos dejado las maletas, una subida empinada poderosa, ahí ya hablábamos, comentábamos lo que habíamos vivido, nos reíamos. La caminata se puso intensa, llevábamos por lo menos cinco horas de caminata fuerte, el cuerpo empieza a pedir reposo. Pasamos un trancón de hormigas muy chévere, miles de hormigas marchando sobre un tronco, creaban la ilusión de un cinturón de hormigas andante. Oímos un ruido muy particular y fuerte en el cielo, miramos hacia arriba, pasan 10 "horned billed birds" volando, patrullando los cielos de esta selva. El mundo se confabula para hacerlo feliz a uno.

Caminamos casi una hora más, llegamos al final de la montaña, donde pasa un río por el centro. Baik dice, "men sleep with men, women sleep with the guide" todos nos reímos, él también con su risa contagiosa.

El río lindo, agua clarina clarina, se ven pescados nadando, el piso muy resbaloso, tan resbaloso que yo me fui de cabeza contra el río, mi cara tocó agua y todo, menos mal fue agua y no piedra. Ya mi cuerpo tenía que descansar, mis piernas estaban rayadas por los diferentes obstáculos, mi rodilla izquierda palpitando y los demás músculos cansados. Cansados pero por una justa causa, más que justa causa, el fin justifica todo el trabajo que se requiera.

Desde el río vemos humo salir, yo le había pedido a Baik que quería dormir sin más humanos cerca, de eso se había encargado a la perfección, llegamos después de seis horas de intensa caminata, vemos nuestro hotel/campamento. Dos ayudantes que se habían venido desde antes con los plásticos y comida, armaron el campamento y estaban esperando por nosotros. Elcampamento en la mitad de la selva con el río al frente, consistía de dos carpas hechas con un solo pedazo de plástico, un comedor y una zona para dormir.

Cascarás de fruta caían de los árboles después de ser abiertas por los micos. La zona de dormir es una "carpa" si así se le puede llamar, para nosotros cinco. Cinco mini mats de yoga que serían nuestros colchones y una vista privilegiada, al río y árboles. Hecha con pedazos de madera, plástico y amarres de cabuya.

Desde ese mini mat estoy escribiendo en este instante, con la vista que les acabo de contar, además está lloviendo, las gotas caen sobre nuestro techo de plástico negro y yo escribo. Los días intensos como este, los escribo el mismo día, los demás, máximo, una semana después.

Mi cuerpo necesitaba dos cosas apenas llegamos, quitarse los zapatos y un chapuzón en ese río. Estaba en un punto que salía vapor de mi camiseta, estaba empapada de sudor y mi cuerpo estaba caliente. Me quite mi camiseta, los zapatos, las medias, los pies están blancos, mucho más blancos que el resto de la pierna, me puse mi vestido de baño y nadar. Hay cascadas en elrío que le hacen masaje hídrico en la espalda muy sabroso y relajante, pasa un sapo, me da un saludo con sus cuatro patas en mi espalda y sigue su camino.

Algo me pasa en estas selvas, siento una conexión muy fuerte, me conecté con muchos árboles, me siento muy cargado, mucha gente dice que estos son los mejores sitios del mundo para cargarse energéticamente, yo lo podría confirmar. Dan ganas de vivir así por un tiempo, mucho mas que los tres días que me voy a quedar.

Nos avisan que el té y las galletas están listos, me salgo del río, directo a comer, mi cuerpo necesitaba energía, me como muchas galletas, me sirvo mi té con extra azúcar. Empieza a llover, gotas grandes empiezan a caer, algunas caen sobre mi té, rebotan, salen de mi tasa y pequeñas gotas de mi té caliente caían en mi pierna. Eso nunca me había pasado, creo que nunca había tomado bebidas calientes bajo la lluvia.

Me estaba mojando, mojando con agua que también estaba mojando a esta selva viva con todos sus habitantes, entre ellos el hombre de la selva, el orang-utan. Me quedé un buen rato ahí, me acosté sobre una piedra redonda grande, muchas gotas caían, caían en mi boca, en los párpados de mis ojos, me quedé hasta que me entró frío, hora de ir a mi cama, me cambié, me puse ropa seca, me puse a escribir esto que están leyendo. Viene Baik, pregunta que como está el hotel, yo le digo que perfecto, mejor imposible. Un buen entrenamiento tuve en Australia durmiendo sin colchón. Natalia dice "5 star hotel", Baik responde "a thousand star hotel, look at the sky and you will see" todos nos reímos. Este a sido de los sitios más mágicos donde he dormido este año. Nos espera comer algo lleno de calorías. Era hora de poner a nuestro cuerpo, que hizo una gran labor el día de hoy, a dormir, a descansar para que funcione bien los siguientes días.

Los quiero,

CHB




















jueves, 8 de enero de 2015

"Ma, no vuelvo a Colombia en diciembre", Western Australia

Fotos al final

Me levanto con el olor de la fogata que Peter prendió, nos alistamos salimos directo para Portheadland, una ciudad puerto por donde sale gran parte de los minerales que produce este departamento. Llegamos a una ciudad no muy grande con flores de colores sembradas en sus jardines, cada cual tuvo un par de horas libres para hacer lo que quisiera, bien importante para respirar y descansar mutuamente de tanta intensidad. En el centro de visitantes dan internet gratis por media hora, lo usé para reportarme y mandar mi Mail. Muchos aborígenes, mucho más que al sur. Se ven en su vida cotidiana, menos borrachos que en las ciudades grandes pero sigo viendo muchos alicorados. Vi un par de letreros en almacenes que decían "No cash or cigarrettes kept on premiss". Nunca había visto un letrero así antes. En el súpermercado  hay letreros adentro recordando que robar es un delito, la policía los perseguirá.

Se ve el puerto, barcos atracando y desatracando con sus remolcadores, puros términos que aprendí en un proyecto de puertos en mi trabajo pasado. Me gusta poder entender algo que lo que está pasando. Veo los barcos salir, barcos gigantes cargados de minerales para suplir muchos países del mundo, me imaginaria que en especial, China.

Ya llevaba unos buenos días sin una ducha formal, puras metidas a piscinas naturales pero nada de jabón ni shampoo. En una de las playas, como en muchas en Australia hay duchas gratis, duchas que usaríamos muy a menudo en este viaje. Llegamos, había un par de carros en nuestras mismas condiciones, buscando una buena ducha después de mucho camping y pocas facilidades. Me alegra ver un chorro de agua, abro la ducha, tenía mi shampoo en la mano, sale agua y lo mejor de todo, agua dulce. Iba a tener una ducha de agua dulce después de dos semanas. Todos nos bañamos, salimos con el pelo y las uñas limpias, con buen ánimo. Me sequé bajo el sol, en la finca siempre trato de secarme debajo del sol en vez de usar una toalla.

Cargamos nuestros tanques con agua apta para tomar y seguimos nuestro camino. Ahora en busca de una zona de camping en camino a Broome, el sitio donde teníamos que dejar nuestro carro alquilado. Encontramos un gran sitio, pusimos nuestra carpa, fuimos a buscar cangrejos para comer sin éxito. Se empieza a ver ríos con agua, cacatúas volando. En el camino a la pesca nos cruzamos con un par de pensionados en sus caravans y nos daban suerte en nuestra pesca.

Prendimos nuestra fogata con un árbol seco que tumbó Yohan, la luna estaba en proceso de llenar, yo me fui a caminar un rato sin linterna, la luz de la luna era más que suficiente. Muy relajante caminar bajo esa luz, empiezo a tener una leve sombra, a medida que va creciendo la intensidad de la sobra aumenta. Se empiezan a sentir un par de mosquitos sacándole sangre al cuerpo de uno para alimentarse.

Ese sitio de acampada gratis tenía wifi, wifi que usé para llamar a mis papás a contarles algo que había decidido durante esos días: mi viaje se alarga. Muchas razones, estoy viviendo el mejor tiempo de mi vida, haciendo lo que me gusta y todavía tengo como. Mis papás me iban a caer a Sri Lanka y por el cáncer de mi papá se canceló, me he dado cuenta que para mi lo más importante es mi familia y tengo que actuar acorde a eso.

Mi hermana está embarazada de Jack James, mis papás vendrán para su nacimiento. En el camino a Australia me encontraría con ellos, viajaríamos juntos y después nos vamos los tres a pasar Navidad, año nuevo a Perth y estar para el nacimiento de mi próximo sobrino. Esa era la noticia a contarles. Hablo con mi mamá, le cuento, le parece un gran plan, reacción muy diferente al momento que le conté que iba a tener esta travesía. Creo que no sólo yo he cambiado la forma de ver la vida desde que empecé este viaje. La vida, hay que vivirla, la estoy viviendo, gozando, viajando y que mejor que con mi familia.

Ya no vuelvo a Colombia en diciembre, mucha gente que me he cruzado me decía que esto no sólo podría durar un año, al comienzo tenía muy claro que sólo sería un año, claridad que se va perdiendo a medida que uno se va sumergiendo en la vida que estoy viviendo. Ahora esperar un par de meses para estar con mis papás por territorio asiático y después ir a mi sobrino nacer a Australia. Estar viajando con mi familia por un par de meses, algo que nunca he vivido y no tiene precio alguno, decisiones de vida que alegran, que me emocionan. Einstein decía “I never think of the future. It comes soon enough.” Además uno no sabe en qué momento a uno le cae un coco en la cabeza y ahí queda... El mundo, su gente, sus creencias y sabias decisiones.

Hora de dormir, dormir y descansar viendo las estrellas, la luna y pensando en continuar con esto unos meses más.

Llegamos a nuestro nuevo sitio de camping después de un par de horas de manejada con mucho sol y calor, todos buscábamos una sombra difícil de encontrar para escondernos de sol. Peter puso una cuerda verde amarrada entre las dos camionetas. Cuerda que serviría de cancha para el primer torneo de volleyball de nosotros. Volleyball playa, equipos de dos, casi todos jugamos. Mi compañera Ruth, no tuvimos mucho éxito pero pasamos bomba, chocábamos cinco cada vez que ganábamos un punto. Jugar volleyball si es muy sabroso, se genera un ambiente muy bueno. En Bogotá siempre que llegaba gente nueva a jugar en nuestras sesiones de martes y jueves les contaba a los nuevos que aparte de las reglas de volleyball era obligatorio celebrar cada vez que el equipo de uno ganara, eso genera una muy buena vibra grupal, mi equipo del cual yo era capitán se llama, Towerfield, la unión de Torres y Byfield.

Así se nos pasó la tarde jugando rey de cancha, unos hacían barra, las niñas se limaban sus pies y callos. Ninguna quiso ayudarme con los míos, yo también tuve sesión de arreglarme mis pies, mi llaga del pie va curando a la perfección, creo que nunca me voy a dejar de impresionar con lo increíble que es el cuerpo humano. Atardecer espectacular un par de nubes que se iluminaban, el cielo se pone morado, la luz se va, nuestro juego se acaba, imposible ver la bola. Los ganadores Mick y Peter. Segundo puesto, Laurie y Yohan. Misty y Amy prefirieron no jugar.

Mis miradas en un espejo han sido bien esporádicas, Laurie es la encargada de detectarme cualquier cosa rara, sobre todo pelos incrustados, ella muy profesionalmente me los saca en menos de lo que canta un gallo. Los grillos empiezan a cantar, se oye mucha más vida nocturna por estos lares. Penúltima noche durmiendo en nuestra casa/carro, pensaba en eso y me daba pesar.

Teníamos que comprar todo tipo de elementos para seguir viajando, Laurie y Ruth nos solucionaron la vida. Yohan y yo usaríamos la carpa de Laurie, Justine la de ella. Respecto a colchones, Laurie me daría en el que ella durmió las primeras noches, y Ruth el de ella a Yohan. Estábamos hechos.

Nos acercábamos, se ven árboles mucho más grandes de lo normal, señal de tierras fértiles y agua. Llegamos a Broome, después de tres semanas de haber empezado este viaje, tres semanas de acampada, de plena convivencia con 9 seres humanos más que los conocí un par de días antes de empezar el viaje, ahora los conozco bastante bien y ellos a mi. Es convivencia pura y dura. Los integrantes teníamos que lavar el carro antes de devolverlo, fuimos a un lavadero de carros, acá ni pensar en tener a alguien que le lave el carro a uno. Nosotros seríamos los encarcados. En mi infancia traté de montar ese negocio, lavada de carros a los vecinos, muchos de ellos me apoyaban pero no duró mucho mi entusiasmo lavando carros.

Llegamos al sitio de lavar los carros, entro al baño, veo una toma de corriente, nunca me había emocionado tanto al ver una toma, corro al carro, pongo a cargar mi cámara. No sé que pensarían las otras personas al entrar el baño y ver una pila de cámara cargando con varios adaptadores puestos.

Acá tienen un sistema muy bueno donde uno mismo aspira con una máquina poderosa y después lo lava con mangueras a máxima presión. La aspirada cuesta la mitad que cualquier tipo de lavada con agua. Todo funciona con monedas, poca interacción con humanos, si una máquina puede hacer el trabajo, con seguridad estará la máquina puesta. Hícimos un gran debut, el carro quedó como nuevo, muchos rayones que ya tenia pero antes estaba rojo, lleno de tierra y adentro parecía una arenera. Ahora blanco y listo para entregar. Empezamos a extrañar el carro desde ese momento, estábamos viajando con mucho espacio, independencia y comodidad gracias a ese carro. Ahora se nos venía una etapa donde los tres estaríamos en la parte de atrás de una camioneta, emocionante pero mucho menos cómodo.

Fuimos almorzar, quería algo grasoso, con una bebida fría y un postre. Fui a Mc Donalds, sabe a gloria después de un buen tiempo de comer atún a diario y agua tibia reenvasada. Comí helado de postre. Yohan se fue por subway, Justine comió arroz que había sobrado la noche anterior. De ahí seguimos a comprar cubiertos, platos y sillas para poder continuar sin nuestro carro. Compramos platos de cereal, yo compré un plato también, Yohan y Justine comerían todas sus comidas en platos de cereal. Lujos que me doy.

Hora de la ducha, ya los demás carros se habían bañado, fuimos a las duchas gratis de Cable beach, una playa espectacular con un gradiente de playa muy muy bajo, que hace que cada ola que pase cree un espejo natural gigante. Nos metimos, si que es rico bañarse, el agua sale oscura después de pasar por mi cuerpo, Yohan siempre habla de echarse doble shampoo, eso hizo. Salimos, Yohan y Justine se pusieron a charlar por sus celulares, se ven camellos pasar. Ofrecen un tour de ver el atardecer en esta playa paradisiaca, llena de agua malas, a bordo de un camello. Me caminé gran parte de la playa y para el carro.

Después de nuestro aseó personal, veo en el mapa que hay unas huellas de dinosaurios, le propuse a mi equipo si íbamos, aprobaron y allá fuimos a dar. En el parqueadero vimos un carro conocido, con personas conocidas adentro. Los belgas que nos habían llevado de paseo en el parque 4x4 más al sur hace un par de semanas. Las coincidencias de esta vida. La belga que se reía a carcajadas me mira y me dice "Cafe Creme", se acordaba del libro con el que yo aprendí francés. Todos se quedaron charlando en francés, mi nivel da para entender dos o tres palabras, nunca una frase entera. Contaban que no tuvieron un buen tiempo en Karigini, les hizo mucho frío de noche. La belga le lloraba a su esposo y le decía "me voy a morir" esto lo contaba mientras se reía a carcajadas, me la imagino perfecto. Una alemana de unos 80 años se nos acerca, cuando se entera que soy de Colombia me dice en español, "hasta la vista" yo le digo que le puede adicionar el "baby", se ríe y sigue su camino.

Nos fuimos con Yohan a ver las huellas de animales que habitaban esta tierra hace 1,500 millones de años, no sé nada de dinosaurios, poco interés he tenido hacia estos. Se ven cuatro huellas, alrededor está el mar con sus olas. Las olas pegan contra unas piedras donde donde nos sentamos un bien tiempo con Yohan. A oír el viento y el agua pegar.

Nos devolvimos, Justine seguía charlando con ellos, también estregarían su carro alquilado al día siguiente y ya se devolvían para Bélgica. En su baúl tenían todo tipo de cosas que nos regalaron.

Una estufa con cinco cartuchos de gas
Una poderosa almohada
Una cobija
Cinco cajas de avena listas para preparar
Tres rollos de papel higiénico. Nunca me habían regalado papel higiénico, detalles que alegran la vida.

Les dimos las gracias, todos sonreíamos, la alemana pasa otra vez acompañada de su esposo apoyado en un bastón, se despide de mi diciéndome "hasta la vista baby" le respondí de la misma manera y hora de devolvernos a nuestro campamento. Campamento que los otros habían encontrado que aseguraban que a mi me iba a encantar.

La llegada a nuestro nuevo hogar estaba llena de tierra y con carreteras despavimentadas, nuestra lavada de carro se tendría que repetir nuevamente. Teníamos que alistarnos, ponernos nuestras pintas elegantes para una reserva que teníamos en un restaurante del pueblo para descansar de atún y vida de camping por una noche,

Los quiero,

CHB