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Mama Chungu, Tanzania 2009

miércoles, 29 de enero de 2014

Nadando con tiburones ballena, Djibouti

















Djibouti, es el país más curioso en el que he estado. Antes de viajar, Valentina quería ir a dos países y no sólo Etiopía, nos pusimos a mirar el mapa, más o menos a dedo escogimos el destino. Djibouti es un país que tiene 30 años de independencia de Francia, diminuto y muy bien posicionado geográficamente para los intereses de muchos países. Estados Unidos, Francia, Japón, España, Alemania entré otros, tienen poderosas bases o tropas constantemente en este país y se estima que hay más de 7,000 militares internacionales constantemente en este país. Desde este punto están al lado de Somalia, Irán, Yemén, entre otros.  Además es el puerto para Etiopía, Etiopía no tiene mar y todo tiene que pasar por Djibouti.
 
El vuelo muy bueno, la visa la sacaríamos en el aeropuerto entrando. Llegamos, el aeropuerto como pequeño y a sacar la visa. En nuestro vuelo había pura gente de negocios, extranjeros que viven allá y una familia con una cámara de fotos a bordo. Ver otras cámaras o indicios de viajeros siempre genera satisfacción. 
 
En todo el proceso de la visa, la familia de la cámara estaba detrás de nosotros, les pregunté si era la primera vez en Djibouti, dijeron que sí, y en ese momento conocimos a nuestra familia adoptiva para los siguientes días en este país. La familia Noseda, compuesta por Vittorio, Antonella, Andrea(hombre) y Camila. Unos italianos muy queridos, que se conocen el mundo entero y también eran otros turistas. Esperando las maletas les preguntamos que donde se iban a quedar y nos señalan una foto del Kempinski, un hotel 5 estrellas, absolutamente espectacular. Nos preguntan donde dormiríamos y nosotros íbamos par el hotel más barato del país. 45 USD la noche, para términos africanos es muy caro, en Etiopía por un hotel así pagamos unos 10 USD. El poder de Francia sobre el país se fue parcialmente hace 30 años pero los precios parisinos se quedaron en el país. Todo tiene unos precios muy elevados comparados a sus países vecinos. (Estoy escribiendo desde Mekele, Etiopía, en días de total relax, sobre mi cama y una buena pulga acaba de saltarle a mi iPod... Vamos a ver cómo me va esta noche...)
 
Salimos del aeropuerto y un nuevo país, nueva religión (90% musulmán), vestimenta, moneda e idioma (francés, somalí y afar). El proceso de adaptación tiene que ser muy rápido. Mi francés tuvo algo de uso, pero la políglota oficial era Valentina. Llegamos a nuestro hotel, dejamos las cosas y nos pusimos a caminar. No había ni medio ser humano en las calles. Era 2do de enero y habían dado el día festivo, nos fuimos caminando al hotel Kempinski. Este es un hotel de 300 habitaciones de lujo absoluto. El precio de esa noche a nuestra pregunta de cuartos disponibles fue de USD 450. El 1% de los huéspedes son turistas y el restante 99% son militares y gente de negocios. Y así se ve, hombres y mujeres en camuflado, entran y salen, diferentes uniformes dependiendo del país, fuman adentro del hotel, gente de corbata. Muy raro, nos preguntaban que qué hacíamos en Djibouti y se reían con nuestra respuesta de "turismo". 
 
Logramos cuadrar nuestro plan del día siguiente con la familia Noseda, ir a nadar con los tiburones ballena. Este es de los mejores sitios del mundo para nadar con ellos y lo mejor de todo es que no es uno ni dos sino muchos. Suena la alarma, habíamos cuadrado un taxi que pasara por nosotros y directo al puerto. Nos subimos a un yate bien grande, estábamos nosotros, otras familias de militares de la zona y un local. Arrancó el paseo, estar en el mar en un plan de estos es una cosa de locos y de tranquilidad absoluta. Nada de olas, el sol encima de uno, había unos 30 delfines jugando a unos 500 m del barco, paz total. El yate iba remolcando dos lanchas más pequeñas que serían las que nos llevarían a nadar con los tiburones. Paramos, el dive master nos cuenta un poco de las instrucciones, no acercarnos mucho, tener cuidado con la cola del tiburón ya que tiene mucha fuerza, no tocarlos y lo más importante disfrutar. Ya todos teníamos nuestra máscara y las aletas listas para nadar. Escupir en la máscara para que nos se empañe, alistar la cámara de agua que me regalaron mis papás y cada uno para sus respectivas lanchas. 
 
En nuestra lancha iban los Noseda, una pareja de franceses, un Djiboutense (no sé si así sea el gentilicio), Valentina y yo. Me presenté con Gadichi, el local, y ya todos preparados esperando el "go, go, go" del lanchero para saltar. Arrancamos y se empiezan a ver las aletas por fuera del agua. Es algo muy emocionante.
 
El tiburón ballena es el pescado más grande del mundo (la ballena azul está fuera de concurso por lo que es un mamífero)
Sólo de alimenta de plancton
Puede llegar a medir 20 m
No se sabe mucho o nada, de su reproducción ni rutas de migración, les han puesto rastreó satelital pero se cree que por lo profundo que nadan el rastreador deja de emitir señales. Me parece raro que el humano a estas alturas no sepa mucho de este animal...
 
Llegamos a una zona de muchas aletas y nuestro lanchero da la señal. Todo el mundo para el agua con sus caretas y aletas. La temperatura del agua perfecta y uno abre los ojos y tiene a este monstruo de muchos metros al frente de uno. Es una sensación muy rica, de las cosas chéveres que he vivido y esta. Son muy tranquilos, abren sus bocas para filtrar el agua, comer y nadan. Uno empieza a nadar a máxima velocidad para verlos, estar cerca de ellos, verlos comer, nadar, vivir. Los primeros minutos son muy intensos, uno quiere seguirlos a dónde estén, una coletada de ellos son muchos braseos y pataleos de un humano y pues uno termina mamado. Pero no hay uno ni dos, había veces que había tres tiburones al alcance de mi careta. Tienen unos puntos blancos como de dálmatas, unas bocas gigantes sin dientes y producen una tranquilidad absoluta. Lo miran a uno y siguen sin problema su camino. A muchos pescados les gusta nadar cerquita del tiburón entonces siempre están acompañados. Y esto duró por lo menos por una hora. Uno se cansaba, empezaba a flotar y le pasaban por el lado. En unas de esas Valentina me dice cuidado, y uno se estrelló contra mi, la piel es como la de una lija, y nos contaban que en hace un tiempo los humanos la usaban como lijas. En el fondo había una tortuga de buen tamaño nadando por la zona, con sus cuatro patas, bien lento y tranquila, que le sumaba muchos puntos a la experiencia, a mi las tortugas me gustan mucho.
 
En todo esto Gadichi me pide el favor que sí le puedo tomar una foto con los tiburones ballena, le tomé unas buenas y seguimos nadando. Al comienzo estaba sólo tomando fotos y ya en punto dejé la cámara en mi bolsillo para disfrutar más el momento con estos animales. La gente se iba subiendo a la lancha hasta que ya todo el mundo me estaba esperando y tocó subirse. Ya tocaba devolverse al yate principal, hora de almorzar. Almorzamos y ahora nos tocaba sesión de snorkel en los corales y a los otros caretear con los tiburones. Pedimos sí podíamos repetir, había cupo y a repetir nadada se dijo. Esta vez no se veían tantos y hubo un incremento en la velocidad de la nadada de ellos. Uno me pasó al lado y tenía un anzuelo de unos 20 cm clavado en su ojo izquierdo y un pedazo de nylon de unos 6 metros arrastrando. Me dio bien duro, algo que me afecte a mi estado de ánimo y este tipo de cosas...esta vez no fui el último en subirme a la lancha. Vittorio se creía un pescado más y nado muchos kms persiguiendo los tiburones. Vittorio es un deportista por excelencia que hace súper maratones de cientos de kms de vez en cuando.
 
La devuelta muy tranquila, me puse a charlar todo el recorrido con Gadichi, un musulmán de Djibouti que no acabó colegio, aprendió inglés por su cuenta y terminó trabajando en el Kempinski, fue ascendiendo y ahora tiene un cargo importante en el hotel. Me contaba el impacto cultural que tuvo su trabajo al comienzo, gente tomando trago, (los musulmanes no deben tomar trago), parejas de hombres durmiendo en una cama doble y no en dos. Sus compañeros de trabajo habían estudiado hotelería en Suiza, de familias de plata y con unas prioridades de vida totalmente diferentes a las de él. Me contó de sus novias, de sus viajes de entrenamiento en Sur África, la primera vez que durmió en un hotel solo, sin ninguno de sus hermanos en el mismo cuarto. Le parecía muy chistoso que a mi papá le dijeran negro y que no fuera ofensivo. Una persona muy especial y todo esto en la parte de arriba del yate, echados mirando al mar. Ya entrando, nos acercamos mucho a un submarino francés, una lancha militar nos alejó y finalmente llegamos. Los hermanos de Gadichi nos recogieron en el puerto, su hermana con su pelo tapado, y nos llevaron a nuestro hotel. 
 
Ahora a nosotros nos tocaba cuadrar nuestro plan para el día siguiente, ir a Lakasal,  un sitio muy lindo de Djibouti. Vittorio averiguaba en su hotel y nosotros por nuestra cuenta. Finalmente conseguimos algo bueno, llamé a Vitorrio a su hotel, le conté y me respondía "Well done Christian, good Job" pasaron por nosotros a las 8 AM, fuimos por los Noseda y directo para Lac Assal. Habíamos alquilado una Toyota 4x4 con su guía y conductor para el paseo. A la salida mucha congestión de camiones en los puertos para llevar la mercancía a Etiopía, camellos listos para ser embarcados y exportados al Medio Oriente para que sacrificarlos y comérselos. Pasamos por un par de casas de Afares (locales) viven en unas construcciones muy bien hechas, donde en 10 m2 tienen su sitio donde dormir y su cocina. 
 
Después de unas horas y mucha charla con los Noseda llegamos a la zona volcánica. Este es el sitio más bajó de África, está a -155 msnmm. Con esto ya cumplí con el punto más bajó y más alto (Kilimanjaro) de este continente. El paisaje es bien seco y poca vegetación, uno pasa por unos pozos de agua hirviendo por el calentamiento de la tierra, hay un sitio donde están los pescados que se comen los callos de uno en su habitad. Metimos los pies, unos 100 pescaditos se le mandan a los pies de uno y a comer piel muerta. Es un sentimiento muy rico y mucho mejor en un lago natural que en un Spa en Vietnam.
 
Seguimos, Lac Assal es un desierto de sal, algo parecido al salar de Uyuni en Bolivia, menos grande y con un lago con unos colores verdes bien impresionante. En este momento llegó el momento del salto para la foto, los Noseda lo hicieron bastante bien. Nos pusimos las pantalonetas y para adentro. El agua es exageradamente salada y por eso mismo uno flota todo el tiempo, nunca me había tocado algo parecido antes, para flotar en agua normal era todo un esfuerzo pero acá todo se facilita. Nos quedamos un tiempo con Vittorio y nos salimos a quitarnos la sal con agua dulce y para la camioneta. Ya estábamos con hambre, nos fuimos a un sitio con un kiosko bueno tapando el viento y llegó la comida, todo muy rico y ya era hora de devolvernos. Llegamos como a las 6 PM y a dormir siesta para estar descansados para nuestra comida con Gadichi.
 
Gadichi llegó con su pinta ejecutiva y había cambio de planes, ya no íbamos a un restaurante sino a la casa de un amigo de Estados Unidos. Matt, lleva viviendo en Djibouti un par de años, trabajando como contratista para la base. El barrio de Matt queda la lado de la casa del presidente en un barrio muy bueno con unas casas bien lindas y grandes. Había una par de personas más muy queridas, hasta en Djibouti los locales hacen chistes de la droga colombiana... No mucha gente entiende que no es nada chistoso. Nos tomamos unas copas de vino charlamos y ya todos muy cansados a dormir. Matt nos dijo  que al día siguiente nos quería llevara a almorzar.
 
A las 12:15 pm muy puntual llegó Matt por nosotros a nuestro hotel, fuimos por su novia Kadra, y almorzar. Kadra y Matt no pueden ser más queridos, han vivido en varias partes del mundo y tienen unos cuentos muy buenos. Nos llevaron a un sitio muy local y pues como locales teníamos que comer con la mano derecha. Cabro, arroz y un par de Coca Colas, a la hora de pagar Matt dice uds son viajeros y no deben pagar por las cuentas. Y nos invitaron al almuerzo, aparte de salirse de sus trabajos, ir por nosotros e invitarnos... Increíble. Nos dejaron en el centro que estaba muerto, ( tienen 3 horas de almuerzo para la siesta) y teníamos que cambiar algo de plata. Todo el mundo nos decía que el cambio de hacía con "the woman" pues esta figura es que muchas señores se sientan en una silla tipo rimax al frente de los bancos y casas de cambio y dan mejores tasas. Todas con las mismas carteras llenas de plata y fajos de Euros, dólares y francos de Djibouti y nada pasa, eso da un sentimiento de seguridad bastante bueno.
 
A las 3 PM teníamos una cita con Vittorio y Antonella para una sesión fotográfica en la ciudad, Antonella es una gran fotógrafa y estaba estrenando cámara entonces nos fuimos de tour fotográfico tomando unas fotos muy buenas, pero repito que uno no viene a estos países de África por sus ciudades, esta definitivamente no es una cuidad que resalte por su belleza. Nos despedimos del todo de Vittorio y Antonella, creo que Colombia quedó definitivamente dentro de sus próximos destinos y nos fuimos a descansar al hotel. Esa noche teníamos comida con Gadichi.
 
Caminamos hasta el Kempinski, salió el gerente de ventas (Gadichi) muy encorbatado y elegante y nos invitó a unas copas de vino al lado de la piscina y directo al restaurante local. Un restaurante de comida de Yemen y puedo decir que puede ser de mis comidas favoritas, la Yemení, unos pescados como cocinados en un horno con mucha sabor, acompañados de unas masas con o sin miel, una salsa de tomate absolutamente deliciosa y de postre un crepe de nutella con banano. Todo esto obviamente con la mano, para la nutella con banano si no fui tan local y pedí unos cubiertos. No sé qué le pasa a mi cabeza pero llenarme la mano de nutella o algo peganchento no me llama mucho la atención. Esta vez nosotros invitamos a Gadichi. Valentina era la única mujer en nuestro recinto, hay una zona para mujeres y otra para hombres por sus temas musulmanes y por ende nada de cervezas.
 
Al lado de nuestro hotel quedaba el barrio de Etiopía y es el lugar perfecto para ir a tomar trago sin que el resto de la sociedad se entere. Gadichi toma, pero prefiere que su familia no se entere, fuimos a uno de estos bares y nos pedimos unas cervezas, la luna estaba ahí arriba y a charlar. Antes de venirme a este paseo tuve un año muy intenso en Bogotá, con mi trabajo, Styfield Seguros y Byfield Tours no tenía mucho tiempo para nada y mucho menos para mirar la luna todas las noches. En este viaje tengo muy buen tiempo y algo que estoy haciendo ahora es ver la evolución de la luna todas las noches, en este momento tenemos una luna llena bien linda y acá apenas está saliendo es más grande de lo que estaba acostumbrado.
 
Nos despedimos, estoy bastante seguro que en algún momento volveré a ver a Gadichi, y a dormir. Última noche acompañado por mi excelente compañera de viaje. En ese momento me empezó a dar una tristeza rara y algo de cosa de quedarme sólo... Nos levantamos directo para el aeropuerto y vuelo a Addis. Llegamos y llegó el momento de la despedida, nos fuimos a tomar nuestra última cerveza juntos y llegó el abrazo de despedida. Fue un momento particularmente fuerte para mi, ojos aguados y ya me quedaba sólo. Sino fuera por Valentina ya estaría de vuelta en Colombia prácticamente, las primeras noches me hacia terapia psicológica sobre mi estado de ánimo y se fue en un momento en el que ya estaba muy bien. Definimos que la primera semana es una semana de adaptación y asimilación, pero esa semana sólo arrancando en Addis Ababa no me la imagino nada amigable. Y ahora cada uno siguió con su camino, Valentina a estrenar trabajo en Colombia y yo para el norte de Etiopía, rumba al cráter de un volcán activo y zona de cientos de camellos en sus caravanas transportando carga.
 
Los quiero,
 
CHB 

domingo, 19 de enero de 2014

Gondar y Bahis Dar, Etiopía

Mi estado de salud ya está mejor que nunca,
El mismo bus que pasó por nosotros en las montañas, casualmente iba para Gondar, y por unos bires (la moneda de Etiopía) de más nos llevaba en bus privado, las personas de acá son muy muy amables pero también son unos negociantes empedernidos. Acá se negocia todo, absolutamente todo y a uno por ser forengi le empiezan cobrando unas cifras muy por encima de los precios reales. Es un juego de negociación que me ha tocado en varios países, pero es un juego que desgasta, que a uno todo el tiempo le pidan 4 o 10 veces el precio de algo es como mamón. (Hoy por un par de huevos me querían cobrar 5 USD y normalmente pago 1 USD) todo por el color de uno que en estos países resalta como un reflector por todas partes. 

Nos fuimos muy cómodos hablando con el conductor del bus, tenía nuestra edad (25 años) y por ahora no se quería casar, quiere tener máximo dos hijos, nos contaba que en el campo los hijos son una herramienta más de trabajo y que resulta muy útil tener muchos hijos, traen más agua, tienen más manos par trabajar el campo pero a la hora de heredar la tierra se vuelven las áreas cada vez más pequeñas, hasta un punto que no es suficiente para poder alimentar a una nueva familia...Llegamos al hotel, nos acomodamos y nos quedamos ahí toda la tarde con unas cervezas. Nos tomamos casi a diario una cerveza (Meta Premium o St George) que debe contribuir para nuestra alimentación diaria, al día siguiente fuimos a unos castillos y unas iglesias del año 1,200, pero definitivamente estos países de África no son par hacer turismo de ciudad. 

Se nos venía año nuevo y lo íbamos a celebrar en Bahis Dar, otra ciudad al lado del lago Tana, un lago muy grande con muchas familias de hipopótamos, iglesias y monasterios construidos hace cientos de años. Llegamos de noche, nos mostraron la habitación, esta demostración siempre incluye la prueba que el baño efectivamente tiene agua, entonces abren la llave del lavamanos y sueltan el inodoro y muy orgullosos lo miran a uno y sonríen. Pasó la prueba y a dormir. No sé qué me esta pasando en este paseo pero si que estoy disfrutando la sensación de empijamarme, puede ser que ya estoy con cama asegurada y ya puedo descansar tranquilo. Un punto importante de escoger hoteles es que queden algo alejados de las mezquitas para que los rezos de la madrugada no lo despierten a uno. Pues en Bahis Dar, nuestro hotel quedaba al lado de una iglesia que muy a las 6 AM pone su parlante a buen volumen con toda la locución de la misa, esto nunca me había tocado, se le copian algunas prácticas a los musulmanes.

Nos levantamos con alarma, desayunamos y nos esperaba un tour por el lago que habíamos negociado la noche anterior. En la lancha iban cuatro forengis más, dos españoles y dos holandeses. Y ahí uno empieza a conversar de viajes y de la vida. Terminaron siendo unos bacanes, los holandeses me decían que nunca en la vida me iba a arrepentir de lo que estaba haciendo en este momento, y en este punto estoy casi seguro de eso, que ellos en un momento de sus vidas lo habían hecho y fue la experiencia de sus vidas. Visitamos un par de islas, todas con sus iglesias y su respectivo cobro de 5USD para entrar a cada una. Ya todos estábamos con amplia experiencia en iglesias de la zona y no entramos a ninguna, fue más un paseo el lancha, finalmente nos llevaron a una zona de hipopótamos. Había unos 5 nadando, salían nos miraban, movían a máxima velocidad sus orejas y se volvían a sumergir, tranquilidad absoluta.

Esa noche era año nuevo (para nosotros) y ya teníamos combo para pasar nuestro 31 de diciembre. Llegamos y el hotel tenía preparada una gran fiesta para los forengis, acá esta es una fecha totalmente indiferente. Por sus diferencias en el calendario ellos lo celebran el 11 de septiembre. En el jardín tenían listas las mesas adornadas, había un DJ poniendo pura música en inglés de los 80. Y un menú muy rico para recibir el año. Nos fuimos a arreglar, para este año nuevo no daba para estrenar algo de ropa pero si para ponerme una camiseta, unos bóxers y unas medias oliendo rico y limpias, sin ninguna postura anterior. En este punto ya he repetido en varias ocasiones todas mis prendas, ya casi toca mandar todo a lavar.

Nos pedimos una botella de vino de Axum bien dulce y unas cervezas. Terminamos de comer y empezamos a poner nuestra música, Valentina y yo poníamos Joe Arroyo, Carlos Vives y reagetton pesado, con nuestras canciones los meseros se animaban y bailaban con nosotros, con las de los holandeses y españoles no había tanta emoción. Ya estábamos bien cansados pero como no estar despiertos para el año nuevo. Había un alemán loco y obsesivo que le gritaba al manager del hotel que apagara la música, que eso era un hotel y no una discoteca que iba a llamar a la policía. Muy chistoso creer que la policía en Etiopía tendría el mismo efecto que en su país contra la música de una fiesta. Increíble como muchas personas se pueden amargar por estas bobadas y se vuelvan tan cuadriculados. Llegó el año nuevo llamé a mis papás y a dormir. Otra vez se venía una alarma temprano. Desde el comienzo del viaje me impresionaba que nunca un reloj estaba cuadrado. Pues acá empiezan a contar el comienzo del día cuando sale el sol, a las 6 AM que para ellos es las 12 de la madrugada. Entonces siempre están 6 horas antes que la hora que nosotros usamos, y es bien importante dejar claro sí es "Ethiopian time" o "western time".

Sonó la alarma y nos esperaba un camino medio largo a las cascadas del Nilo azul. Para este paseo nos acompañaban los españoles, en esto planes es muy importante unirse con más personas para compartir gastos de todo tipo. La unión hace la fuerza. El viaje consiste en una camioneta 4x4 por 40 KM hasta las cascadas, el punto crítico es que muchas veces no cae ni media gota de agua. Hace unos años construyeron una hidroeléctrica y cuando está generando trasladan todo el curso del río a la represa y no cae nada de agua. Increíble como ya el humano juega con esas cosas, espichan un botón y alteran todo el ciclo del agua que llevaba miles de años en esas, muy parecido con varias represas en Colombia. Entre eso y que le llegue energía a las personas... Complicado juzgar. Llegamos y para felicidad nuestra no estaban generando energía y por ende caía agua de las cascadas. El guía nos decía "you are very lucky" y para que pero si son muy lindas e imponentes, creíamos que era un simple paseito más pero no. Caminamos hasta ellas uno se moja con el vapor o gotas de agua que salen del golpe con las piedras de abajo y es bien emocionante. Es esas cascadas hay una energía bien chévere. A la devuelta uno pasa por muchos pueblos donde la gente vende sus burros, sus productos del campo, cantinas para recoger agua, uno ve más o menos como es el tipo de vida de los locales.

Ya esa era la última parada antes de nuestro viaje a Djibouti, empacamos los backpacks y a volar a nuestro próximo destino. Este país bien chiquito que antes de este viaje nunca en mi vida había oído.

Los quiero,

CHB 

miércoles, 15 de enero de 2014

Siemen Mountains, Etiopía












Nuestro destino a las Siemens Mountains lo escogimos por charlas con otros viajeros y recomendaciones del libro. La ida era vía terrestre y duraría unas 12 horas cambiando varias veces de medio de transporte. Y en ese momento empezaba la primera experiencia de Valentina en usar el transporte público en un país africano con las características de Etiopía. La mía fue en Kenya y fue bien impactante.

El primer bus salía a las 530AM, acá la puntualidad no se da por la hora que dicen sino hasta que se llene totalmente el bus. El totalmente es literal en términos africanos. Donde hay silla para dos caben mínimo tres o cuatro y parados hasta que no quepa nadie más. El nuestro estaba casi lleno, logramos tener sillas juntas al lado de la puerta y arrancamos. Obviamente el olor característico y que es imposible de olvidar, el sudor de la zona, en varios mails lo he descrito muy juicioso, y el olor de las telas que usan para cubrirse que es bien particular y no muy agradable.

A medida que íbamos avanzando el bus se iba llenando, cambiamos de puesto para que Valentina estuviera en la ventana y yo en el pasillo para que todos los empujones fueran para mi. Esta primera carretera era totalmente destapada y después de un par de horas el coxis ya empieza a mandarle mensajes al cerebro de su incomodidad, ahí empieza uno a cambiarse de sentado para que no moleste. El hecho que sea destapado implica comer tierra y mucha. Acá uno termina con la cara, el pelo y la ropa llena de polvo después de un recorrido como estos. Por eso mismo me corté el pelo, así puedo pasar sesiones como esta y días sin bañarme sin que sea tan obvio. La dejada de bañar no es a propósito sino por condiciones que se puedan presentar en el viaje. El viaje largo en carretera es una experiencia donde uno se mueve como se tienen que mover los locales acá y ve mucho de la vida de ellos por la ventana.

El principal medio de transporte acá es caminar y largas distancias. Es bueno preguntar en tiempo cuánto es por que para ellos una caminata de 2 horas podría ser algo cerca...en estos trayectos siempre pasa que el conductor empieza a pasar bolsas plásticas para los puestos de atrás y varias y todas son para el vómito. De niños, adultos y viejos. Me imagino que no deben estar muy acostumbrados y se marean con facilidad, y en los mini buses ahí se agrega otro olor a la experiencia.

Terminamos llegando a una carretera pavimentada muy buena, nos cambiamos 4 veces de mini bus y en los últimos siempre nos íbamos en el puesto de adelante que hace que por nada del mundo a uno le metan más gente al lado y 12 horas después llegamos a Debark, el pueblo al lado de las Siemens. Llegamos muertos del hambre, mi comida del día se limitaba a 7 bananos, 2 naranjas y unas galletas. En estos paseos uno empieza a preocuparse por las necesidades básicas de un humano, comer, ir al baño y dormir....
Conseguir restaurantes en pueblos no turísticos es muy complejo por que los locales no gastan plata en eso y ni hablar de comprar un paquete de papas fritas. Tienen algo de variedad de galletas.

Nos levantamos temprano y directo a la entrada al parque nacional, cuadramos nuestro paseo.

Dos días caminando,
Un guardaespaldas (Jamer) que no habla ni media palabra de inglés y una escopeta del año de Upa que ni balas tendría
Dos porters encargados de nuestras maletas y equipaje
Una carpa
Dos colchones
Dos sleeping bags
12 litros de agua

Y empezó nuestro trek.

Una van nos subió hasta un punto y empezamos a caminar. El primer día fueron 6 horas de caminata dura y de pura subida. Llegamos a estar a 3,700 m, durante el día hace mucho sol y hace calor, por la noche todo lo contrario. En estos paseos es cuando uno se acuerda mucho de la mamá diciendo que se acuerde del bloqueador detrás de las orejas, el primer día a mi se me olvidó por completo. Durante la caminata hay muchas plantas muy parecidas a los fraelejones colombianos, tiene algo en común con uno de los paisajes del Kilimanjaro. De vez en cuando se oyen unos gritos y son de unos micos endémicos de esta zona con un pecho totalmente rosado. Muy parecidos a Rafiki del rey León. Son muy tranquilos uno les camina al lado lo miran y siguen comiendo.

Nuestra comunicación con nuestro guardaespaldas (Jamer) se limitaba a señas y a las palabras "walk" y "Ok". Jamer muy pendiente de nosotros, le llevó la maleta pequeña a Valentina. Uno se ensuciaba y cogía matas y nos limpiaba. Este parque tiene muchas montañas y la vista cuando uno va caminando es bien linda. Hay unos acantilados muy empinados y nos toco una familia de venados escalando uno de estos y cuando oían ruidos salían corriendo y saltaban como puro National Geographic.

Finalmente llegamos nos ayudaron montando la carpa y a comer. En el campamento nos prepararon una pasta y ahí empezamos a conocer a más viajeros viajando solos. Eso es un fuerte soporte para mis ánimos. Fabio, un italiano de 50 años que se conoce el mundo entero y un inglés que lleva 2 meses en Etiopía, ahí uno se pone hablar de viajes y puede hablar horas y horas y en cada sesión cambiar la percepción que habitualmente tienen de Colombia.

Empezó a anochecer y hacer mucho frío, yo me estaba sintiendo con una gripa rara. Salimos del campamento ya de noche para nuestra carpa y mi cuerpo no respondió adecuadamente, empecé a temblar como un loco del frío y nos devolvimos. No había chance que yo fuera a dormir en esa carpa con los implementos que habíamos alquilado. Estábamos a 3,700 m y la carpa parecía hecha para la playa y los sleeping bags también, alrededor de las 3 am hace un frío del demonio y en ese campamento había unas camas bien olorosas disponibles.
Paso a seguir, ir por nuestras maletas y dormir en esas camas.

Había un cielo absolutamente increíble pero por las condiciones de mi salud no estaba para mirar ningún cielo ni buscar estrellas fugaces. Llegamos a la carpa, le dijimos (con mímica) a Jamer que durmiera adentro del sleeping bag y la carpa y debió haber sido una gran noche para él. Normalmente duermen sentados con un trapo alrededor y esa es la noche de ellos allá arriba. A mucha gente acá le toca muy muy duro por ganarse unos cuantos dólares... Me metí a mi cama ya estaba con algo de fiebre mi espalda baja era la más afectada con los escalofríos, Valentina me dió unas pepas de mi botiquín y a dormir. Cuando estoy enfermo es lo más crítico de mis viajes, donde me da una casitis particular. Esa pepa me dopó y dormí bastante bien toda la noche.

Desayunamos con una vista muy buena, le regalamos una sprite a nuestros porters y yo creo que nunca habían tomado gaseosa, miraban la botella por dentro haber que tenía ese líquido que hacia sentir cosas raras en la boca que era el gas... Nos pusimos a caminar ya devuelta, serían unas 6 o 7 horas caminando. El paisaje mucho más seco y con menos animales. En esas caminatas uno tiene mucho tiempo para pensar mientras uno camina. Pasamos por unas cascadas con poca agua y finalmente llegamos, el último trayecto ya me estaba enfermando otra vez y no quería caminar mucho más. Jamer me vio bajó de ánimo y me quitó mi maleta y la botella de agua y la empezó a cargar él. Cuando finalmente llegamos un señor me dice "Mr Christian?" Y si ese soy yo. Ya nos estaba esperando el carro que nos iba a bajar del parque, para el carro y a dormir.

Tengo que confesar que a medida que los años pasan mis ánimos guerreros y de quedarme en lo más barato y viajar días enteros en bus no son tan fuertes como hace 8 años...

Nuestro próximo destino Gondar, una ciudad que fue la capital de Etiopía por un tiempo con unas iglesias y un castillo bien importantes y después Bahis Dar otra ciudad al lado de un lago muy grande.

Mis ánimos ya van muy bien, muchas gracias por esos mails de respuesta tan chéveres,

Los quiero,

CHB

lunes, 6 de enero de 2014

Empieza mi vuelta al mundo con un Feliz Año desde Etiopía






Les escribo desde Labilela un pueblo en el norte de Etiopía con un paisaje absolutamente increíble. Por acá nos hay ánimos de año nuevo porque lo celebranel 11 de septiembre entonces es un día como cualquier otro...

Hace un par de días empezó mi vuelta al mundo, mi idea es que dure alrededor de 1 año viajando hasta volver a Colombia. Este era un sueño que tenía hace rato y la gente que he conocido que lo ha hecho quedan felices con sus decisiones de vida. Es algo que puedo hacer en este momento y más adelante se me dificulta, no tengo hijos, hipoteca etc etc. Llevo trabajando casi 4 años y tenía una plata para invertir y que mejor que esta inversión.

Lo hablé con un par de amigos, uno de ellos me dijo que uno podía producir plata ya o a los 50 en cambio el viaje no, y tiene toda la razón. Tuve unas sesiones de coaching que también me apuntaron a esto y a cuadrar la ruta. No sé qué me pasa con África pero es un continente que me tiene enamorado y tenía que empezar acá. Primer destino Etiopía y la ruta sigue hacia el este.

Cuadre mi tíquete vuelta al mundo con Star Alliance, 16 paradas alrededor del mundo con sus aerolíneas con la única condición que no puedo volar de oeste a este, lo reservé. Apoyo absoluto de mi familia y lo compré. Simultáneamente Valentina Díaz, mi mejor amiga laboral también compró su tíquete para empezar el viaje conmigo durante dos semanas y en este momento no saben la felicidad que fue empezar el viaje con ella.

Los preparativos del viaje involucraban muchas visas y que el pasaporte pasara de embajada en embajada, mi pasaporte tenía una ruta crítica para poder estar los primeros seis meses sin problemas de visas. Todas salieron perfecto, mi pasaporte ya le dio la vuelta al mundo primero que yo y llegó la hora de la mía.

Las últimas semanas en Bogotá fueron como fuertes para mi estado de ánimo, pasar la carta de renuncia a un trabajo que quería mucho, despedidas laborales, con mis amigos, torneo de volleyball, y con mi familia. A uno se le pasan varias veces por la cabeza ser un irresponsable en dejar su estabilidad por irse a dar la vuelta al mundo... Pero hay que vivir la vida y hacer lo que a uno lo apasiona, y pues nada que hacer mi viaje no podía estar más firme. Con todas las despedidas me di cuenta de lo afortunado que soy de las personas de las que estoy rodeado (a veces uno como que no lo tiene muy presente ni lo agradece) y lo afortunado que he sido en mi vida en todo sentido. La familia que tengo, el colegio, universidad, amigos, el trabajo que tenía, el país en el que nací, todo me ha salido como muy bien y lo importante que es valorarlo... Bueno eso por la parte filósofica

Con mis papás, antes del viaje,nos fuimos una semana a pescar. Desconexión de Bogotá y bonding time total con ellos y ya a la semana siguiente arrancaba mi viaje.

Lina Quijano me regaló su backpack (que usó en nuestro viaje a Asia hace un par de años) la llené con mis 13 kg de equipaje, que será todo mi closet y pertenencias durante este año y para el aeropuerto. Hubo llanto por parte de mis papás y mío también, (esas semanas estaba bien sentimental) y llegó Valentina. Migración y paradas en Caracas, Frankfurt, Sudán y finalmente Etiopía.

Las conexiones perfectas, la de Frankfurt un poco corta y cuando pasé mi iPod por la máquina para entrar al avión sale un papel que decía "New Seat, Upgrade, Seat11H" si señores se me venía un vuelo de Lufhansa de 7 horas en ejecutiva. Me sentía como un rey, silla totalmente reclinable que se volvía cama, champaña de bienvenida, almohada de plumas grande y un vuelo largo. La comida deliciosa pato, ganso, salmón ahumado, jamón serrano, el baño tenía una flor amarilla para nosotros los ejecutivos. Un placer muy rico que nunca había tenido y de acá a que vuelva a tener pasará un muy buen tiempo. El vuelo muy bueno, hicimos una parada técnica en Sudán, en el aeropuerto un par de aviones de la ONU, por lo que está pasando en este momento. Y seguimos para Addis, ya empezaba a anochecer.

Llegamos a Addis, la mayoría de los turistas sacan la visa en la entrada, nosotros como colombianos tocó mandar todos los papeles a Washington. Estaba totalmente oscuro esperamos las maletas y no alcanzaron a conectar, fuimos a poner el reclamo y estaban en Frankfurt.

De ahí un taxi amarillo, los azules no son muy seguros, hacia la casa de nuestro Couch Surfer. Llegar a estos países de África de noche no es muy buena idea para los ánimos. Me pasó lo mismo llegando a Nairobi. Nos subimos al taxi, en general las personas muy queridas, llamamos al Couch Surfer para indicaciones y empezamos a meternos en la ciudad, el alumbrado público es bien precario o nulo, muchas veces las luces del comercio y las casas son las que alumbran, y las calles llenas de huecos. Arrancamos por una pavimentada y a unos kms nos metimos en una llena de huecos y paramos. Ahí teníamos que esperar al house keeper del CS. Es impactante y asustador. Las ciudades grandes africanas que conozco, aparte de Cape Town, no son nada atractivas ni amigables.

La gente se acercaba a mirarnos, hasta que llegó el house keeper. Y nos llevó a la casa. Ese trayecto tuvo un impacto importante en los ánimos del equipo. Uno en estos casos se arma mil vídeos de cosas malas que pueden pasar, no sé si es por los cuentos que uno oye... El CS nos dio nuestro cuarto le pregunté si tenía Wifi para reportarnos y me dice, "Off course not, welcome to Africa". Nos metimos en la cama y es como raro no poder estar conectado, uno en Bogotá en cualquier sitio tiene internet y muy bueno, acá ya uno se va acostumbrando a poderse meter a internet cada dos días por un par de minutos.

Esa noche ya estábamos en el país con la gente más amable y sonriente que he conocido. Hacen todo lo posible para que uno esté tranquilo, se preocupan por uno.

Etiopía es un país de 91 m de habitantes y es de los que más rápido esta creciendo en población que es un problema serio para el gobierno.

Promedio de hijos por mujer 5.4
Meses en el año 13 (todos los meses de 30 y uno de 5)
Porcentaje de mujeres entre 15 y 49 años mutiladas genitalmente (sin clítoris) 75%
PIB per capita USD 1,100
Expectativa de vida 56 años
Sueldo diario de un obrero USD 2,5
Precio de un burro USD 100
Porcentaje de personas que sonríen cuando uno sonríe 98% (cifra calculada por mi)

Y acá estamos en un país que nunca fue colonizado del todo por los europeos y son muy orgullosos de eso. Italia estuvo un par de años tratando de invadirlos y no lo lograron.

Esa noche mi estado de ánimo no fue el mejor, Valentina ha sido mi apoyo emocional importante. Estar un año en estas esa noche lo veía complejo, nos levantamos y es increíble lo que hace la luz del día, el barrio no era tan feo como habíamos pensado, la gente sonreía y nos miraba. Ya todo estaba cambiando. Ahora lo importante era poder salir de esa ciudad y empezar a conocer Etiopía.

Las distancias son largas y no se pueden perder días enteros en transporte porque Valentina sólo tiene dos semanas. Los vuelos estaban sobrevendidos y logramos estar en lista de espera para Labilela. Teníamos que estar al día siguiente en el aeropuerto a las 5 am para ver si nos montaban. Esa noche era Navidad para nosotros, en Etiopía es el 7 de enero, y la gran mayoría son cristianos ortodoxos.

Fuimos a comer a un restaurante típico, sin ningún otro blanco y pedimos. La comida no gustó mucho, es algo parecida a la India pero el pan que usan es ácido. A mi no me gustó y a mi estómago tampoco. A mi estómago no le gusta mucho viajar. Pero la gente muy especial, sonrientes buena gente, nos enseñaron palabras en Amharic y el saludo típico. Primero de mano y después los hombros se tocan mientras uno sigue cogido de la mano. Nos tomamos un par de cervezas, a la salida un café típico, el café es originario de Etiopía, y para el hotel.

Buena presión de agua y a dormir se dijo. Muy madrugados llegamos al aeropuerto a las 530 am a nuestra lista de espera y nos montaron. Acá hace buen frío, es una cadena montañosa y no hemos bajado de 2,300 msnmm. Los vuelos tienen precio de local o extranjero, siendo los de extranjero muchísimo más caros. En el avión ya empecé a ver uno que otro backpacker y para mi salud mental fue muy positivo. El vuelo era un lechero que paraba y recogía gente, como uno de Satena, y finalmente llegamos Labilela. Nos estaban esperando de nuestro hostal, nos subimos a una buseta y ahora si África África.

Es un camino de una media hora en el carro con un paisaje muy basto al fondo y cientos de chozas al lado de la carretera. Los niños cuidando sus vacas y cabras, las señoras con sus timbos de agua en la espalda llevando agua a sus casas. (uno abre una llave y ahí tiene agua y toda la que uno quiera) los hombres cultivando su trigo y moviendo su leña con ayuda de varios burros que no llegan al metro de altura (del piso al lomo), en ese momento ya me di cuenta lo que me esperaba y me emocioné bastante. Los niños saludan a los carros ya que son muy esporádicos, no existen cercas y las carreteras siempre están llenas de animales y gente. Los animales caminan por donde su pastor los va guiando. En estas carreteras uno para unas 3 veces cada 5 km por los animales y personas caminando en la calle. Acá es bien normal caminar muchos km diarios para todo, ir por agua, ir por comida etc etc.

El hostal una delicia, sábanas limpias y sin muchos rotos y mucho forengi (extranjero como nos llaman acá) por la zona. Es un pueblo muy pequeño que a los dos días ya lo conocen a uno. Les encanta jugar futbolín y Ping pong, tuve un partido de Ping pong muy reñido pero perdí.

Y seguimos caminando y conociendo el pueblo. La gente es muy amable, los policías sólo tienen un bolillo, uno entra a un banco y tienen todo tipo de fajos de euros, usd, birrs sobre la mesa sin nada de seguridad. Acá todo es muy tranquilo y eso da mucha tranquilidad. En Labilela quedan unas iglesias que fueron hechas en el año 1200 en piedra. En teoría igualando un Jerusalén para evitar que la gente tuviera que hacer su peregrinaje tan largo. Originalmente era una sola piedra y la van tallando hasta crear cada iglesia. Son 10 las más importantes y son muy impresionantes por fuera, ya uno entra y están bien deterioradas, algo parecido con los templos de Bagan en Myanmar. Adentro tienen pinturas originales, sin ningún tipo de protección, la gente los toca, les da besos. En unos años no creo que se puedan seguir conservando.

Nuestros guías estuvieron muy buenos le cuentan varios cuentos, muchos inventados por ellos y a uno lo obligan a quitarse los zapatos para entrar a cada iglesia. Moraleja para una vuelta al mundo, no traer medias blancas que fueron las que me traje. Y seguir caminando. Acá son muy muy creyentes y se cree que todas las iglesias fueron hechas con ayuda de los ángeles.

Todos con sus túnicas blancas, los padres de cada iglesia con sus cruces y turbantes, es una experiencia bien interesante.

La vida rural en estos países es bien dura, las condiciones en las que viven las personas. Lo niños desde que tengan unos 5 años empiezan a ayudar con el ganado. Llevando agua a la casa. Es algo que mucha gente debería ver y entender para que valoren en las condiciones que viven.

Nuestra próxima parada es Siemen Mountains National Park, queda en el norte y vamos para allá para hacer un buen trek.

Les estaré contando,

Los quiero.

CHB


Christian Byfield 



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