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Mama Chungu, Tanzania 2009

jueves, 31 de julio de 2014

Atardeceres en el "Venecia" de Asia, Kerala, India


Mi recorrido por Kerala lo disfruté mucho, el conductor y su asistente muy pendientes de mi. Paramos a almorzar, cada vez riego menos comiendo con mi mano derecha, es todo cuestión de experiencia. El paisaje muy verde, esta vez estaba bajando la montaña, rumbo a las costa oeste de India. Mi botella de agua se empieza a espichar y a calentar a medida que bajábamos. En muchas curvas, con un buen precipicio al lado, el bus tenía que hacer varias maniobras para poder seguir, todo con la ayuda del asistente que desde la parte de atrás hacia sonar una campanita indicando el "dele dele". El conductor confiaba a ojo cerrado literal (ni miraba) en la campana...

El bus no tiene ventanas de vidrio, es totalmente abierto, ponía mi brazo sobre la ventana, mi cabeza sobre el brazo para paisajear y pensar. En un momento se sienta un señor al lado mío en mi asiento que era bien estrecho. El bus desocupado. No tengo problema en compartir asiento si el bus está lleno. En el colegio me enseñaron sobre "difusión" con un ejemplo práctico (la mejor forma de aprender) poniendo un bus como ejemplo. Si hay espacio disponible las partículas/humanos van a tomar su distancia entre ellos, en este caso no fue así...

Las palmeras empiezan a aparecer en el paisaje, implica sudar pesado  otra vez. Muchas vallas de publicidad de joyerías vendiendo oro, diamantes y otras piedras de lujo, no pasaba un kilómetro sin una foto de indias lindas con sus saris y joyas despilfarradoras. Después de mis seis horas y media llegué a Allepey. Gran parte de esta zona de India está llena de "Backwaters" canales de agua muy lindos que sirven mucho como medio de transporte, hay gente que lo llama la "Venecia" de Asia. No conozco Venecia, pero aparte de moverse por canales no creo que tenga mucha similitud...

Estaba ya llegando a la estación de bus, veo a la escocesa caminando muy a su estilo. Le grito "Hey Roxy" le meneo la mano, el bus sigue andando, espero a que llegue a la estación para bajarme e irme a encontrar con ella.

Nos encontramos, la saludo de mano, ahí empiezan mis días con Roxy, escocesa, 39 años, vegetariana, tiene parálisis cerebral, su lado derecho del cuerpo no funciona como debería funcionar, muy buena gente y con muy buena energía.

Teníamos una negociación pesada por delante nuestra, si de algo sirve viajar en India es aprender la magia del regateo y negociación. Nos fuimos al puerto donde están parqueados muchos "houseboats" botes casa. Son unos barcos muy bien diseñados, hechos con muchos materiales naturales que le da un toque bien natural, se "camuflan" perfecto con su entorno. Tienen cuartos, baños, cocina, comedor, televisión (no entiendo quien viene acá pare ver televisión... Yo nunca prendo un televisor). Algunos con segundo piso donde queda un balcón para disfrutar el aire mientras se navega.

Después de una buena e intensa sesión de negociación mientras el sol se despedía y pintaba las nubes de colores teníamos nuestro barco contratado. Dos noches, dos cuartos, cada uno con su cama doble y un gran balcón en el segundo piso con unas sillas tipo asoleadoras que al sentarse sobre ellas le dan la sensación de relajación y placer. Yo tenía mi buen cuarto para mi, por la ventana veo un mamífero nadando por las aguas, veo bien y es una rata de buen tamaño nadando, me impresionó su buen desempeño en el agua...

Tenía que ir a comprar un par de cervezas para nuestros días de relajación. El dueño del barco me dijo que me las conseguía a un precio bien alto, le digo que yo voy a la tienda oficial del gobierno y las compro personalmente, me dice que eso es un circo pero si quiero ir que fuera. Así fue.

Un circo es una forma muy positiva de describir esa situación. Ya era de noche, el calor y la humedad hacen la mezcla perfecta para que uno transpire como nunca. Llegué al sitio, una fila interminable, todo oscuro, puros hombres mal mirados. Al final se ven dos rejas con huecos minúsculos y un hueco más grande por donde pasan las botellas de alcohol. Esto parecía una olla, uno se siente muy ilegal haciendo la fila. Los hombres me miraban, empecé haciendo la fila muy decentemente. A ese paso me iba a demorar unas 2 horas fácil. Mi vecino de fila, al que siempre estaba tocando por el nulo concepto de espacio personal que tienen acá, me dice que por ser blanco puedo ir directamente a la ventana sin hacer fila. No hice más análisis y así fue.

Preguntaba "beer, beer" los hombres me sonreían y me señalaban que siguiera, lo podríamos llamar una colada amigable. Llegué al sitio, en ese punto más mojado de sudor imposible, ponía mi mano sobre mi camiseta e inmediatamente quedaba marcada de todo el sudor que había en mi cuerpo. Esto parecía una cárcel, lleno de rejas y estrecho, con los "presos" yendo por su ración. La gente gritaba, les daban sus botellas de trago, sonreían apenas las tenían en sus manos, yo compré 6 botellas de 660 ml de cerveza , me miraban como si hubiera comprado un camión entero... Salí con mis cervezas directo a descansar al barco.

Nuestro barco tenía tres tripulantes muy sonrientes y buena gente.
Todos con sus "longuis" un tipo de falda que usan los hombres en esta zona del mundo. Lo había visto mucho en Myanmar pero más largas. Estas son la versión corta del longui. En Dubai hace un par de semanas lo vi mucho en los barrios indios.

Nos cocinaron una muy buena comida típica el arroz mucho más grueso del que estaba acostumbrado, mientras navegábamos a nuestro sitio de dormida. Roxy me contó sobre su parálisis cerebral. Al nacer le faltó oxígeno en el cerebro y su parte derecha del cuerpo es poco funcional. No tiene control sobre su pie derecho, no puede mover el pie ni los dedos de su pie. Para su mano  tuvo un tratamiento muy efectivo que logró que la pidiera mantener abajo y le sirva de soporte. Su pierna derecha es más como un bastón.

No puede escribir, ni usar sus dedos de la mano derecha, ni picar el ojo, mover la boca y un par de cosas más. Aprendió a usar su lado izquierdo y basarse en este para poder tener una vida relativamente "normal" para mis términos. Su cerebro funciona muy bien, hablar con ella es algo muy muy interesante, ninguna discapacidad mental, es muy inteligente. Además tiene una forma muy interesante de ver la vida.  Me fui a dormir temprano, las sábanas se ven limpias pero no dan para que duerma empeloto.

Me levanto, el sol todavía no había salido, no cerré las cortinas, desde cama veo el agua de los canales, palmeras al fondo. Abro la ventana, se oyen los pájaros cantar, esta zona del mundo se empieza a despertar. Muy buen despertar. Me subí a la terraza a escribir, después de unas horas llega Roxy con unos inciensos prendidos. Me cuenta los buenos recuerdos que le traen los inciensos, le acuerdan a su papá mientras le hacía masajes en su pie derecho cuando era chiquita.

A mi en cierta manera también me acuerdan a mi papá. Cuando era chiquito a mi papá se le ocurrió la grandiosa idea de poner inciensos en los baños para cuando quedaran oliendo mal. Desde ese entonces sólo asocio los inciensos con baños de no muy buen olor...

Roxy y yo tenemos el mismo estímulo con resultados en nuestras cabezas totalmente diferentes.

Millones de formas de ver la vida, si esto es sólo con el incienso, hay mil estímulos iguales con diferentes resultados a nivel mundial según cada país/zona/ciudad/familia/persona, eso es algo que me gusta de viajar, detectar esas diferencias. Más generales obviamente. Esto del incienso es algo muy específico pero sirve perfecto para entenderlo.

Nos llaman a desayunar, deliciosos bananos pequeños (bocadillos) sobre la mesa, huevos y chai. Todo esto sobre los Backwaters mientras un señor en una canoa al lado nuestro tira su atarraya buscando que pescados se queden atrapados en ella. Mientras desayunamos la tiró unas 6 veces. La tira, menea la atarraya, rema un poco con su canoa y muy lentamente la va halando. Pura tranquilidad, todo esto mientras nuestro cuerpo de alimentaba con nuestro desayuno.

Me bañé, en este punto ya todas mis camisetas están sucias, pero el simple hecho de cambiarse de camiseta, así la nueva esté igual o más sucia, da un sentimiento psicológico de estar limpio. Reuso mucha ropa pero me la cambió casi todos los días.

Salí a leer, al segundo piso. Me senté en mi poltrona, con mi cerveza en mano mirando los Backwaters. Palmeras meneándose con el viento, muchos pájaros volando, otros pescando sobre cultivos de arroz inundados, a medida que navegábamos podía oír al señor capitán cantando mientras navegaba. Se oye su canto, el de los pájaros y el del viento. Gran mezcla de cantos.

En esas subió Roxy, empezamos a charlar sobre nuestras poltronas. Me cuenta sobre tratamientos ayurbedicos. Una técnica muy conocida milenaria de sanación en India. Esa es una de las razones por la que ella está acá. Se hará un tratamiento de semanas para ver si puede conseguir alinear un poco su cuerpo y dejar descansar un poco su lado izquierdo que está sobre cargado por su condición. Ella le había pedido al capitán si podríamos visitar un centro ayurbédico, al cabo de un rato ahí estábamos.

Los precios tipo europeo de cada sesión, de cada masaje. Negociamos hasta mas no poder, hasta llegar a un acuerdo. Roxy me dice que ella paga su sesión completa y que yo coja el descuento de los dos para mi sesión, me dice que ella quiere que yo me haga un masaje si o si. Muy querida.

Empezó la sesión de una hora, para ella una masajista mujer, para mi un hombre. Siempre es así por estos lares. Yo estaba en pantaloneta de baño sin camiseta. Entro al cuarto, una camilla de madera grande de un sólo pedazo de tronco impecable con un ventilador en el techo a medio andar. El señor terapeuta me dice que me quite la pantaloneta, eso hice. Quedé totalmente empeloto, sólo con mi collar y pulseras puestas. El señor saca una tela, hace un tipo de taparrabo/tanga y me la amarra con una cuerda. Hala la parte de atrás, la tela se me mete por la cola como una tanga. Nada emocionante tener una tanga, nunca me había puesto una. Esta tela es mucho más gruesa que una tanga que hace que sea más incómodo, no podría estar así mucho tiempo...

Me siente en una silla, se echa unos aceites en la mano, me pregunta por mi trabajo, digo "traveller". Me pone las manos sobre la cabeza, cierra los ojos y empieza un tipo de canto/oración. Yo también cierro mis ojos.

Las manos me empiezan a masajear toda la cabeza, no sé como explicarlo pero se sienten muchas cosas, muchos estímulos al cerebro, sentimientos muy particulares pero ricos. Uno siente como sí se estuviera liberando de varias cosas. Después me acuesto sobre ese pedazo de tronco y el masaje va por todo el cuerpo con música hindú de fondo. Aceite tibió cayendo gota por gota sobre la piel y después masajes, mucho masaje por todo el cuerpo. Realmente los disfruté, todo acaba con una bañada con agua de hierbas. Salí bien renovado de esa sesión para nuestro barco. La sesión de Roxy era más larga que la mía, yo me fui al segundo piso a paisajear.

Roxy sale sonriente, quedó feliz con su sesión, igual que yo. Me dice que cuando tenga este tipo de sesiones debo tomar mucha agua ya que muchas toxinas salen de los músculos y demás partes del cuerpo cuando son masajeadas y la mejor forma de eliminarlas es por medio de la orina. Tomamos mucha agua ese día. De merienda nos trajeron unos plátanos fritos al estilo colombiano pero cargados de especies que no le daban un buen sabor (a mi paladar) no me comí ninguno, Roxy tampoco.

Nos quedamos toda la tarde charlando, le digo que este sitio es perfecto para esquiar, que a mi me gusta mucho esquiar, me dice que por su condición de parálisis es algo que nunca en su vida podrá hacer, como muchas otras.

Roxy lee mucho y sabe mucho de varios temas, aprendí muchas cosas de ella. Hablamos mucho de la energía, energía humana cosas muy interesantes que me han llamado mucho la atención en este viaje, me recomendó un buen libro que ya está en fila para empezármelo a leer. Me acabo de terminar de leer "Travels with Herodotus" un libro que habla de la vida de un viajero Polaco y de Herodotus, me encantaría poder sentarme hablar con alguno de los dos, los dos ya se murieron, el polaco hace 7 años, Herodotus hace 2,500 años. Herodotus fue un viajero de verdad verdad que viajó por lo que era su "mundo" hace más de 2,500 años. Hoy el mundo es otro, por las dimensiones conocidas y por muchos otros aspectos entre ellos las religiones, religiones totalmente nuevas a las que él conoció.

Abrimos un par de cervezas. Me pregunta sobre la piedra que tengo colgada. Es una "green stone", una piedra de Nueva Zelanda que tengo hace 8 años, me regalaron en Australia, aleja las malas energías, casi nunca me la quito, sólo en casos muy específicos. Me dice que le gusta mucho igual que a mi. Me empezó hablar sobre las piedras. Le cuento que en mi maleta tengo un cuarzo que una amiga me regaló el día antes de empezar este viaje, voy a mi cuarto y se lo traigo. Nos quedamos un rato hablando de ese tema.

El cielo se empezó a enrojecer, se empieza a ver la silueta de las palmeras, los murciélagos salen a volar. Una luna muy llena empieza a salir. Las lunas llenas si que me gustan, en este viaje si que las he disfrutado. Roxy me dice que debemos poner a cargar nuestras piedras con la luz de la luna llena. Eso hicimos, ella también está viajando con un buen número de piedras de diferentes tipos. Saqué mi cámara y mientras charlábamos y las piedras se cargaban le tomaba fotos a la luna. Los japoneses siempre ven un conejo en la luna. A mi me lo mostraron en Japón y desde ese entonces nunca dejo de ver el conejo.

Después de acabarnos las cervezas nos fuimos a dormir, última noche a bordo de nuestro barco. Desayuno con vista a un cultivo de arroz, viendo a las garzas desayunar al mismo tiempo que nosotros, se nos acabó el viaje en los Backwaters, a mi me quedaban dos días en India. Tenía que salir de este gran país lastimosamente ya que no se puede prorrogar la visa de turismo.

Me quedaban un par de días de India playera de relajación y despedida,

Me alegran mucho sus respuestas, sobre todo de los que ya han venido a este país,

Los quiero,

CHB


Christian Byfield
byfieldp.blogspot.com



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jueves, 17 de julio de 2014

Trabajo, mucho trabajo detrás de cada tasa de té, Munnar-India

Me subí en el bus hacia Hospet a las 11 AM, una media hora de viaje y desde ahí podría empezar a irme al sur. Llegué, conseguí mi bus con ventanas sin vidrios hacia Bangalore, creí que iba a encontrar algo mas express pero no. Paraba en cada pueblo posible, un recorrido que debería durar 6 horas duró 10. La gente muy querida y amigable. Mucho más que en el norte de este país. Después de mucha música y paisajes llegué a Bangalore bien de noche, mi idea no era dormir ahí sino coger un bus cama para pasar la noche.

Llegué de noche, directo a la estación de buses hacia Kerala uno de los departamentos que queda en el sur de India, pregunté un par de veces sobre mi destino y los buses no salían desde esa estación. Me encontré con dos tipos más jóvenes que yo que hablaban perfecto inglés, ellos me ayudaron. Tenía que irme a la estación satélite de Bangalore, para llegar allá tenía que irme en un bus local, que casualmente ellos también tenían que usar. Yo sólo los perseguía, llegó el bus, todo el mundo corre para subirse, la ley de mas fuerte, con mi backpack y maleta adelante no soy muy ágil. Mis amigos me ayudaron y me dieron el último puesto disponible que rechacé por el fuerte olor del vecino. Llegó la hora de pagar el bus, fui a pagar, mis amigos ya habían pagado mi tiquete, hasta en India pasan estas cosas increíbles con la gente, les di las gracias y nos bajamos.

Me llevaron hasta el sitio donde salían los buses, ya eran las 11 PM, nada de buses cama, el bus que quería estaba lleno. Mis amigos se fueron, fui a buscar un hotel para dormir, se me acerca un señor, me dice que ahora mi bus tiene un puesto disponible que me están esperando. Allá fui a dar, no era cama sino semi cama. Con aire acondicionado. Tenía que descansar, estaba mamado.

Después de 10 horas, ver un par de cabras muertas colgadas de las patas en los árboles, llegué a Kerala, un estado muy rico de India que ha sido comunista por muchos años. Tiene las tasas más altas de alfabetismo y se nota. Casi todo el mundo habla inglés. Es mucho más limpio de lo normal. Los buses son coloridos, alegres, tienen loros y pájaros pintados. Averigüe y me quedaban 4 buses más.

En ese punto el cuerpo ya quiere llegar, en especial mi coxis, le manda mensajes de cansancio y dolor al cerebro para presionar, toca saber manejar esos mensajes, aunque es complicado. En uno de los buses tenía un vecino más cansado que yo, decidió usar mi hombro de almohada después de mucho cabeceo. Me quedé quieto para que durmiera. En el último bus me tocó el primer puesto con un nuevo amigo que trabaja para el grupo Tata, un conglomerado gigante de uno de los indios más ricos del mundo. El conductor un atarbán por excelencia, muy amigo de la pitada. Las calles para llegar a Munnar son muy estrechas, hay varios momentos donde el bus para totalmente y tiene que echar reversa para poder girar. Uno siente muchos sentimientos en ese trayecto, principalmente de miedo. Hubo un par de veces donde yo "frenaba" con mis piernas por reflejo. Mi mamá de vez en cuando acostumbra hacerlo conmigo... Siendo que soy el hijo que mejor maneja de mi familia.

Los últimos buses nos transportaban por paisajes muy muy lindos, muchas palmeras, todo muy verde, zonas abiertas con niños jugando cricket, rios con señores lavando a sus búfalos, mucha vida desde la ventana del bus. Cuando no miraba por la ventana charlaba con mi vecino. Su matrimonio fue un matrimonio de amor, no arreglado por sus papás. Lo único es que su esposa era de una casta inferior y su papá casi no la acepta... Tienen un niño que nace con la casta del papá.

A medida que el bus subía la montaña, el calor empezaba a bajar, mi botella de agua de empieza a "inflar" por la diferencia en la presión y empieza aparecer una cantidad bien importante de diferentes tonalidades de verdes. En nuestros "road trips" familiares mi mamá siempre se fijaba en los verdes en la carretera, mi papá, hermanas y yo nos burlábamos de ella...muy feo. Ahora entiendo perfectamente a que se refería, fijarse en cosas importantes de la vida, ahora también lo disfruto. Estábamos llegando a la zona de los cultivos de té más grande del sur de la India. Montañas llenas de cultivos, árboles con sus inquilinos cantadores y aire puro.

Después de 30 horas de viaje y varias banderas rojas comunistas llegamos, me despedí de mi amigo. Encontré un hotel muy bueno, mi ducha y mi cuarto tenían una buena vista a los cultivos, las sábanas un poco sucias pero para eso cargó las mías, pero baño privado y agua caliente, puro lujo, lujos que uno se puede dar gracias a los buenos precios de este país.

El clima es mucho más frío que donde estaba, estamos a 1500 m, clima cafetero colombiano. Yo estaba oliendo a mico, mucha sudoración sin baño y mucho bus. Esa es ropa que ya no puedo volver a usar hasta lavarla. Prendí mi ducha con calentador a gas que "respiraba" dentro del baño. Tenían un letrero diciendo "una ducha larga de agua caliente causaría sofocación..." Mi ducha se redujo muchas canciones debido al anuncio.

Me comí algo rápido y a dormir, a las  8PM ya estaba dormido. No me vuelvo a meter estas sesiones tan largas de bus por respeto a mi cuerpo y salud mental. Ya había prometido eso en África hace unos años después de 55 horas en buses y mírenme, 30 horas en India...

Me levanto temprano, está amaneciendo, los pájaros ya están despiertos, abro mi cortina, los cultivos de té al frente, neblina sobre el campo que a medida que salía el sol iba desapareciendo. Desayune un buen par de huevos con el tradicional chai, normalmente como la comida tradicional pero para el desayuno si me gusta algo conocido. Me fui a dar una vuelta por el pueblo.

Estaba con ganas de charlarle a alguien, vi una turista caminando sola, me le acerqué y ahí conocí a Penélope. Canadiense, 24 años, enfermera, lleva 1 año viajando por 3 países, se queda semanas en pueblos como este. Charlamos un rato y me devolví a mi hotel. Me puse mis zapatos, era hora de caminar por los campos de té.

Le pregunto a la gente del hotel, estaba el papá y la hija. La hija me dice que si voy me ponen problema, el papá me dice "no le haga caso, entre y en últimas se devuelve". Así fue me fui caminando hacia los cultivos. Entré por un portón abierto y empecé a caminar. Muy buena la caminada, el paisaje lo influencia a uno a seguir caminando. Caminé bastante, llegué a una esquina de la montaña, veo a unas 20 personas trabajando en los cultivos, si o si allá tenía que ir a saludarlas.

Caminé hasta que llegué, todas mujeres, mujeres sonrientes, con muy buena energía, su tercer ojo, le podía ver los anillos de los dedos de los pies ya que estaban descalzas,  hasta ellas sabían un poquito de inglés. Me sonreían, se reían con ganas, les mostraba las fotos que les tomaba, sacaban una risa nerviosa, llamaban a las amigas para que vieran sus fotos, muy muy tiernas. Mientras ellas se reían las demás cortaban las hojas frescas y recién nacidas de la parte de arriba de las matas de té con un par de tijeras gigantes, el sonido de este proceso me gustó, algunas le ponían ritmo y todo a sus tijeras. El ritmo se oía constantemente. Si yo fuera cortador de té también cortaría las hojas con buen ritmo, así como ellas.

Yo crecí en una finca cafetera, de chiquito me gustaba ir a coger granos de café cuando había cosecha, siempre me iba a los árboles más tupidos "robándole" la cogida a los trabajadores, que ganaban un fijo más un variable dependiendo del peso recogido (igual que acá), los trabajadores no me decían nada, después mi papá me dijo que tenía que pegarme a mi fila asignada, no sólo me podía ir a los más tupidos...

Me quedé por lo menos una hora, recorriendo la montaña, cada una me saludaba, me sonreía. Que cantidad de trabajo humano tan tremendo detrás de cada té que uno se toma, ahora cuando tomo té pienso en las señoras. Después de la cortada meten las hojas frescas en un costal y para la cabeza. Ese costal lleno pesa mucho, traté de alzar uno con mi cabeza y fracasé en el intento, las señoras se me burlaban. Me despedí de mano, de las que estaban cerca al camino. Una me dijo "you are welcome".

Había oído la palabra manager antes por parte de las señoras, se ponían como nerviosas cuando hablaban del tema, yo me había cruzado con un "jefe" que verificaba que trabajaran, muy buena gente conmigo. Seguí caminando y había un tipo de mi edad de camisa y botas de caucho. Yo bien sonriente, este bacán, más mal mirado imposible, lo primero que me dice "what are you doing here" yo le respondo, "walking".

Me dice "esto es propiedad privada, leave immediately", qué tal el bacán, gente amargada que pretenden amargarle la vida a uno... Yo le sonreí y seguí mi camino. Durante mi camino de salida el manager me tenía que ver por un buen tiempo ya que tenía que darle la vuelta a la montaña, varias veces me despedía con mi mano meneandola de un lado a otro, mi amigas dejaban de cortar su té y se despedían de vuelta. El bacán del "manager" nunca se despidió. El único con botas en el campamento, ninguna de sus empleadas las usa. El más "educado" según el mundo occidental y a su vez amargado. Me quedo con el "your welcome" de las señoras, eso hizo mi tarde.

Después de un buen rato volví al pueblo, hora de comer algo, estaba bien hambriento, entro al restaurante y ahí estaba sentada Penélope con su sonrisa y sus dientes manchados de tanto té. Me senté con ella y comimos deliciosa comida del sur de India con nuestra respectiva mano derecha. La acompañé hacer vueltas, ella a mi a comprar un par de cervezas a la tienda oficial que es toda una experiencia. Durante la larga fila para comprar mis cervezas tuve la barriga del señor de atrás todo el tiempo tocándome la cola, les gusta el contacto humano, estábamos bien apretaditos haciendo esa cola.

Me despedí de la mano de Penélope, no creo que la vuelva a ver. Me fui a mi hotel a escribir. En esas recibo un mensaje de una escocesa que había conocido los días del Safari. La persona que tenía a mi lado derecho cuando vi el tigre. Me cuenta que también está en Kerala, la llamo, le propongo que alquilemos un bote casa, un plan que tenía en mente más al sur. Le parece buen plan. Ya tenía compañera. Quedamos en encontrarnos al día siguiente en un el pueblo, los dos nos quedamos sin crédito en el celular, ya que cobran roaming si  uno usa su celular en un estado diferente del que compró la SIM...

Pregunto que a cuánto queda el pueblo donde nos íbamos a encontrar, me dicen que a seis horas u media en bus, me parece muy muy cerca, acá la percepción de distancias se tergiversa por las distancias de este país, seis horas acá es como a la vuelta de la esquina. Los franceses de Humpi me habían recomendado ir a una finca de especies por acá, aunque por ser "colombian" seguro ya lo había visto todo, eso era lo que me faltaba por las montañas.

Me levanté rumbo a la finca de las especies, alquilé un rickshaw que durante las bajadas apagaba el motor para ahorrar gasolina. Cuando la apagaba, bajábamos en neutro, nada de ruido sólo naturaleza. Acá la intensidad de pitadas es mucho menor al norte.

Llegamos a la finca, ahí empezó un viaje para un sentido en específico, el olfato. Mi guía me hacía oler absolutamente todo, muy diferentes mezclas de olores, todos de origen natural. El recuerdo de los olores es algo que el cerebro guarda muy muy bien.

Había un árbol muy grande, tenía abandonados a los árboles, me quité mis sandalias, puse mis manos sobre el tronco, cerré los ojos y me conecté, se siente muy muy rico. El guía me miraba bien raro.

En mi tour mientras los insectos cantaban y los loros volaban vi el árbol/planta de:

Clavos
Café,
Anturios,
Mango,
Papaya,
Cocos,
Cacao,
Maracuya,
Mata de la insulina,
Árbol de canela (su tronco es el que huele a canela, sabroso, un perfume natural para él)
Fresa,
Guayaba,
Caucho, (cuando uno lo corta empieza a "sangrar" un líquido blanco que es el caucho)
Tamarindo,
Pimienta, (que es una enredadera)
Dormidera,
Rosas,
Aloe vera,
Piña,
Maranja,
Cardamomo,
Corindar spice,
Lemon grass (el olor de este pasto pudo haber sido de mis favoritos)
Menta del chicle (huele exacto al sabor de Chiclets adams, me impresionó)
Hena para pintar

Efectivamente conocía gran parte de estas plantas por el hecho de ser colombiano, los franceses tenían toda la razón.

Había buena cantidad de mosquitos, yo me consideraba un experto matando mosquitos en África y en Colombia pero acá fracaso, vuelan más rápido, son más ágiles... Me picaron un par, le di la mano al guía y devuelta al hotel, tenía que empacar para encontrarme con la escocesa en el sur para buscar nuestro bote casa.

Llegué a la estación, todos los trabajadores bien uniformados, con buen inglés y muy pendientes de mi. Se preocuparon por que me subiera en el bus que era. Muy puntualmentea las 11:40 am mi bus salió rumbo a Allepey,

Los quiero

CHB




























sábado, 12 de julio de 2014

Pissing but not kissing in public, Humpi-India


La llegada a Humpi es bien amigable, pura naturaleza por doquier, palmas llenas de bananos, cultivos de arroz, lagos con canoas redondas con señores y señoras pescando muy artesanalmente. Muchas piedras redondas, estilo Parque Tayrona, de todos los tamaños que adornan las montañas, lagos y ríos, todo tipo de pájaros cantando y volando. En estos meses mucho calor y humedad, por ende mucho sudor.

Llegué a un pueblo de cuatro cuadras por cuatro cuadras, nada mejor que un sitio pequeño. Me fui a buscar mi hotel, encontré uno perfecto, el baño y el cuarto tenían una vista espectacular, miraba al río con muchas piedras y por las mañanas un Martín pescador que venía siempre a la misma hora a saludarme y a pescar su desayuno.

Mis dotes guerreros y de quedarme en los sitios más baratos posibles en India, puedo decir que han culminado, si hay un país para darse unos lujos este es. Estaba algo cansado, con hambre, me subí al restaurante a comerme algo, misma vista con todas las mesas mirando hacia el río. Había un par de franceses ahí sentados, los saludé y ahí empezó la charla.

Etienne, 36 años, vive en París pero no es parisino (siempre lo aclara), lleva 3 semanas en India, le quedan un par de días y vino con su novia. Aura, 29 años, alta, viven juntos en París y su objetivo de este momento encontrar un sitio en el mundo para vivir. Están el la búsqueda. Personas con muy buena energía y buena vibra. Les conté sobre los tigres, no se la creían, Etienne era feliz con el Martín pescador todas las mañanas. Hablamos mucho de la vida, me preguntaba cosas y siempre asumía que lo había visto o vivido por lo que yo era colombiano. Siempre decía "youve seen/been/heard/lived that, because you are Colombian" así por un par de días. Ellos serían mi nuevo parche en Humpi.

Ya empezaba a anochecer, el sol y yo nos teníamos abandonados, hace rato no tenía una tarde de ver el sol caer. Esta sería una de esas. Nos fuimos con los franceses hasta a un punto sobre varias de estas piedras gigantes, con cientos de palmeras al fondo. Había muchos micos (monos para los no colombianos), en un punto mucho más alto que nosotros, esperando el anochecer como nosotros pero con mejor vista. Llegó el momento, todo el mundo callado, pensando cosas de la vida, yo analizando mi viaje, sólo se oye el viento y los pájaros. Llegan cinco indios bien ruidosos hablando y gritando duro, menos mal caminaron rápido y los sonidos humanos se fueron. El sol se fue, nubes y piedras anaranjadas por la luz.

Humpi es un pueblo muy religioso para los hindúes y el trago está prohibido, (los hindúes no deberían tomar). En la búsqueda de restaurantes los locales nos ofrecían marihuana, hongos mágicos (nacen en el popó del elefante, en Villa de Leyva en el popó de las vacas), nosotros les pedíamos cerveza, abrían los ojos, nos decían en voz baja "eso es ilegal". Muy chistoso, yo les decía que si la marihuana y los hongos eran legales y pensaban... Un pueblo donde no se consigue cerveza pero si todo lo demás.

Fuimos a comer con los franceses pura comida India, mi estómago la rechazó por completo, me tocó salir corriendo a mi hotel. Casi no llego, pero llegué justo a tiempo, me lavé las manos y todos los pies se me mojaron. Este lavamanos simplemente tiene un hueco que cae al piso y después se va por el único grifo del baño, no es raro acá... Estaba cansado, a las 9 PM ya estaba dormido.

Me levanté apenas salió el sol, al río viene todas las mañanas el elefante del pueblo a darse su baño diario, baño que también se da una una buena cantidad de gente del pueblo. Las mujeres en sus saris (ni pensar en un bikini son muy reservados con ese tema), lavándose el pelo con shampoo, también lavan la ropa, hay todo tipo de telas y ropa al lado del río secándose y poniéndole color al ambiente.

Desayuné, en compañía del Martín pescador, una buena porción de banana porridge, avena muy típica de acá que me encanta, endulzada con miel y el dulce del banano.

El banano, uno de mis mayores aliados de todos mis viajes, gran fruta, gran sabor, al quitarle la cáscara siempre está limpio adentro, perfecto para mi estómago y salud. Lo consigo en cualquier país al que voy y es una gran fuente de energía. En la universidad me comía mi banano diario con un buen amigo viajero que lee mis mails con atención.

El origen del banano es en las selvas indomalayas y australianas, que los humanos empezaron a cultivar en Papúa Nueva Guinea hace unos 8,000 años, por la maravilla y sabrosa que es, se fue esparciendo por el mundo entero especialmente sembrada en los "banana countries" como mi país.

Me encontré con una vecina de mi hotel, inglesa. Me cuenta que contrató un rickshaw para darle la vuelta a las ruinas de Humpi, si me quería unir podíamos dividir costos. Así fue, ya tenía planes para mi día. Me preparé y el tour empezó. Nuestro conductor llega puntualmente por nosotros, tiene su marca hindú pintada sobre su frente, empezamos el tour por Humpi. Estaban en las ruinas del imperio de Vijayanagara, contruidas hace más de 500 años.

El guía me pregunta si estoy casado, les parece raro que tenga 25 años y no esté casado. Le pregunto de vuelta si él está casado. Me dice que sus papás le están buscando su esposa. En las zonas rurales todavía es muy común los matrimonios arreglados, los matrimonios de "amor" son raros. Los pasos a seguir a para que sus papás le consigan su esposa.

Tiene que ser de su misma casta.

Hacen un chequeo si los nombres coinciden astrológicamente.

Una vez los papás le digan cuál será su esposa se prepara el matrimonio. Los matrimonios en India son cosa sería, varios días de festejo. Sobre el divorcio nos contaba que no es nada común, no es bien visto. Si la astrología se equivoca nada que hacer, vivir así... Noviazgos ni hablar, me decía que no tiene amigas mujeres de su edad. Yo en este viaje en India sólo me relaciono con hombres, de los locales con los que he hablado más del 90% son hombres. Las mujeres están en sus labores del hogar.

Nuestro tour siguió, le pregunté por muestras de afecto en público entre parejas, totalmente prohibido, tienen un dicho que es "pissing but not kissing in public". Interesante.

Humpi muy lindo, hay miles de ruinas de las cuales visitamos un par, muy interesante toda la historia de este país, puede tener su parecido a Angkor en Cambodia. Ruinas en la mitad de mucha naturaleza, mucha distancia entre ellas y uno va en su rickshaw conociéndolas. Hay esculturas de sus dioses en piedra bien grandes, la gente llega, se quita lo zapatos, cierran los ojos al frente de Ganesha (dios con cabeza de elefante), rezan y siguen. En una de las ruinas hay una "pesebrera" para 11 elefantes, con las proporciones de esos animales. Las ruinas están muy bien tenidas, tienen pasto verde y cuidado. Algunas ruinas tienen unos carritos de golf para acortar distancias, quedé impresionado.

Para el almuerzo fuimos a comprar cerveza con la inglesa en el pueblo vecino, la miraban muy raro. Para ellos que una mujer esté en un bar es algo sumamente raro, almorzamos con nuestras cervezas ilegales y para la cascada. Una cascada de la que nos habían hablado mucho.

En camino a la cascada el rickshaw paró y se subió una niña de Ukrania que lleva un año en India, ahí conocí a Alwa, ukraniana, 23 años, llegó siendo modeló de vestidos de baño a la India, muy buena vibra, muy pendiente de mi, linda.

Parqueamos el rickshaw, empezamos a caminar, paisaje perfecto, piedras gigantes una sobre la otra, agua pasando por debajo, podría tener su parecido a Caño Cristales, huecos por donde uno ve el agua pasar, cero basura, pájaros y naturaleza. Llegamos a un sitio con una piscina natural bien grande, un par de locales adentro, nada de basura. No me imaginé metido en un río en India pero este me llamaba. Me quité mi camiseta y salto directo a la piscina, temperatura perfecta. Una delicia de plan, la inglesa se metió, la Ukraniana sólo una parte del cuerpo.

Al tiempo llegaron los franceses, ellos sabían que por la tarde iba a estar allá, llegaron con cervezas y muy buena vibra. Nosotros tomábamos cerveza mientras el guía y sus amigos fumaban marihuana. Los franceses me decían que yo debí haber nadado en muchos ríos "because you are colombian" tenían toda la razón. Nos fuimos nadando a una de las esquinas de la piscina.

Estábamos los franceses, la inglesa y yo. La Ukraniana se había quedado, me devolví nadando por ella, me dice que no sabe nadar. Que sabe flotar. Una vez en Botswana traté de enseñarle a un amigo de 30 años a nadar y fracasé totalmente. Esta vez no le propuse enseñarle pero le propuse que flotara y yo me encargaba de llevarla halada hasta donde estábamos todos, estaba nerviosa, le sonreí, le dije que yo era un nadador profesional para darle confianza. Confió en mis habilidades y se puso a flotar mientras yo la halaba al otro lado. Hice un buen trabajo, mis piernas también, quedaron bien ejercitadas.

Nos quedamos un buen rato charlando y filosofando de la vida, me fui a nadar un rato solo, a un punto donde no veía ni oía a ningún ser humano. Me quedé un buen raro concentrado sólo en mi respiración, se oye el agua correr, bien rico, uno se desconecta un poco. Ya empezaba a atardecer, ahora íbamos a el último templo, nadamos de vuelta y a ver el atardecer en camino. En una de las piedras había un pavo real salvaje, con su vestido muy bien puesto en plena sesión de coqueteo, movía sus plumas seduciendo a un par de hembras que no lo miraban de a mucho. Nos quedamos viendo el cortejo un buen tiempo, el atardecer no nos esperó y el sol se fue. Cuando uno tiene que incumplir una cita por estar en otra igual o más importante.

Devuelta compramos otras cervezas y para el hotel, los franceses nos estaban esperando, nos quedamos charlando, fuimos al "roof top"(muy común en muchos hoteles acá) de uno de los hoteles a ver las estrellas. Ahí estaba Alwa, la Ukraniana, estaba con un sari amarillo y su tercer ojo también puesto. Me vio llegar, se paró, puso sus manos juntas en forma se rezar y me dice "Namaste". Nos quedamos hasta tarde viendo las estrellas. Se despidió de la misma manera. Me gustaría quitarle un sari a una mujer, halar y halar, ni un solo botón o cierre, pura tela rodeando en cuerpo de una mujer.

Me levanté temprano para ir a ver el elefante bañándose, desayuné con los franceses y el Martín pescador. Con la vista del restaurante. El elefante se bañaa las 9AM. Fuimos lo esperamos, llega un señor y nos dice que el elefante está trabajando en otro pueblo, que no habría baño... Nos quedamos sentados viendo el río, las familias bañándose, lavando su ropa, los franceses se fueron, yo me quedé debajo de una acacia florecida escribiendo. La gente pasaba, me miraban, algunos me sonreían.

Me dio hambre, fui a buscar un restaurante, me encuentro con Alwa mientras caminaba por el pueblo, me saluda con sus manos juntas diciendo Namaste, le pregunto sobre su mañana, me responde que tuvo una mañana "full power", mejor respuesta imposible, toca estar rodeado de gente así.

La invito a almorzar. Almorzamos juntos, me contaba con su inglés entre cortado que aprendió acá, que lleva un año en India, es modelo de bikinis y le pagan muy bien, en un mes se puede llegar a ganar 800 USD. El arriendo le cuesta 40 USD mensuales, con ese sueldo puede vivir muy bien.

Antes de India, tenía un trabajo en Moscú vendiendo té donde le pagaban 200 USD mensuales. Se puso hablar con un cliente, le contó que quería conocer India, este señor llegó al día siguiente con el tiquete en mano y se vino. Poco o nulo inglés, 100 USD y las ganas. Muy interesante hablar con ella, tiene una perspectiva de vida muy chévere. Yo le decía que no tenía muy claro lo que iba hacer los días que me quedaban en India, ella me respondía que no sabía que hacer con su vida, pero no ella no se estresaba vivía en el momento...

Su sueño era tener una puerta por la que ella se metiera y saliera al otro lado en la parte del mundo, donde ella escogiera. Me decía "you know Christian, everything is possible", me gusta esa manera de pensar. Me lo dijo varias veces.

Me terminé mi soda con limón, pedimos la cuenta y le cuento que voy alquilar una moto para pasear por la tarde, la invito, sonríe y acepta mi invitación. Me pregunta si sé manejar moto, le digo que soy semi profesional para darle confianza, no me cree sobre mi profesionalismo pero aún así se montó.

Fuimos alquilar la moto, ni el nombre me piden, ni mucho menos licencia de conducción. A esto es lo que estoy acostumbrado, no como mi última alquilada en Grecia con mil papeleos, seguros y firmas. Me preguntan si sé manejar, si no sé, me enseñan rápido, acá lo que les importa es facturar, nada más. Hice una prueba, mi equilibrio está bueno, Alwa se montó y arrancamos.

Me gusta manejar moto, era una moto muy pequeña, sin cambios y bien ruidosa. Nada de cascos obviamente, aire semi puro sobre nuestras caras, naturaleza por todas partes, bueyes empujando su carro, micos en los árboles y sobre las casas. Tenía que manejar al costado izquierdo de la calle, mis reflejos están al revés de los de acá, me confundo con el lado de la carretera en el que tengo que andar, mi copilota me acordaba cuando estaba desubicado. En Sur África fui el conductor elegido con mi familia, teniendo que sobre pasar todas estas dificultades, e hice una grandiosa labor, así mi familia no lo acepte.

Tenía que ir al pueblo más cercano para comprar mi tiquete de tren para irme al sur. Mientras manejaba charlábamos de la vida, acá si uno no pita nadie mira, es una señal de acá voy. Esa tarde pité más de lo que he pitado en toda mi vida. Búfalos, cabros, vacas, bicicletas, todo tipo de obstáculos para sobre pasar. Lagos grandes donde paramos, gente pescando en unas canoas redondas, un papá con sus dos hijos enseñándoles a pescar y a remar, se reían bastante.

Seguimos nuestro camino, empiezan a caer gotas, pocas gotas no es tan grave, más y más empezaron a caer. El retrovisor de la moto lo pusimos para podernos ver las caras, no para ver hacia atrás. Cuando mis gafas estaban con muchas gotas, Alwa me pasaba sus dedos sobre el vidrio como todo un limpia Brisas de mis gafas, que mejor limpia Brisas que ese. La carretera se puso bien resbalosa, mucha agua caía, paramos debajo de un árbol a escampar, había una casa al lado. Los dueños nos ven, nos sonríen, con señas nos dicen que entremos, así fue.

Entramos a esperar a que escampara, comunicación nula, ni siquiera hindú, acá uno cambia de estado/pueblo/zona y hablan idiomas totalmente diferentes, eso me parece loco. Las gotas caían, teníamos un cabro mirándonos. Los locales sacaron sus celulares, nos tomaban fotos, yo tomé una foto grupal, escampó, agradecidos com señas y seguimos nuestro camino.

Gran plan, el tren estaba totalmente lleno incluso para la cuota turista, figuraría bus. Nos devolvimos, había un grupo de niños jugando con piquis (maras, esferas de cristal, marbles). Un juego muy común en algunos estados de India, en mi colegio había temporadas de piquis, yo no podía ser más feliz con las potas, súper, cuatri potas y otros términos de mi infancia. Todo el mundo con su canguro jugando piquis. No sé si hoy en día los "smart phones" les deje tiempo suficiente a los niños para jugar piquis.

Agradezco en el alma haber crecido sin smart phones, hasta los 15 años crecí sin celular. Preguntar en mi casa alrededor de las 9:30 PM si esa hora era decente para llamar, llamar a la casa de mis amigos, saludar a la mamá, ir con mi papá al Telecom del pueblo para avisar que todo estaba bien por la finca, toda esa cultura asociada al teléfono fijo se perdió con el celular. Y ahora con los famosos smart phones...

Nunca he tenido un smart phone, soy fiel a Nokia, en mi trabajo pasado mucha gente se me burlaba por mi celular, las porteras muy queridas de una aseguradora con la que trabajé me decían "todo un consultor con ese celular y se me reían". Me parece que la gente tiene una enfermedad y adicción por estos aparatos, hoy en día los restaurantes, universidades, oficinas, el mundo, están lleno de gente mirando a su pantalla, desconectados de la vida, una conversación es mucho más que un chat, es sonreír, mirarse a los ojos, el lenguaje corporal, todo lo asociado a una interacción humana como debería ser... De este tema me podría quedar hablado horas...

Volviendo a la India y a temas agradables, estos niños jugaban y saltaban de la felicidad ganando sus piquis, me trajo muy buenos recuerdos. Llegamos ya de noche al pueblo, algo de lluvia. Fui a entregar la moto, había un indio al lado de donde alquilé la moto, me dice que su papá es el dueño de las motos, que le de las llaves a él, le pregunté al vecino y me dice que no es el hijo, puras mentiras. Acá para lograr su objetivo pueden decir cualquier tipo de mentiras. Odio las mentiras con mi alma.

Alwa caminaba descalza para no matar los sapos que salen en el pueblo. Salen muchos, miden unos 8 cm de largo y saltan alto, yo pisé un par sin querer. Caminar por las calles de este pueblo descalzo es caminar sobre muchas cosas. Mucho popó de vaca y de vez en cuando de elefante. (Acá usan en popó de las vacas como fuente de fuego, lo prenden y produce buen fuego). Gente fresca y descomplicada. Me gustan las mujeres así, frescas y relajadas.

Los franceses se despidieron, estoy seguro que los volveré a ver, franceses con muy buena vibra.

Fui a comer con Alwa, puedo quedarme hablando horas con ella, hay una conexión muy interesante, me cuenta de su mamá, de su país, de lo que piensa, es muy franca y dice lo que piensa literal, eso me gusta. Me pregunta muchas cosas de mi viaje, así se nos pasó la noche. Se despidió con su sonrisa, manos en el centro como rezando y un Namaste.

Esa ya sería mi última noche en Humpi. Tenía que bajarme al sur hasta Kerala. Varias horas en cualquier medio de transporte en este país, las distancias acá son impresionantemente largas.

Me levanté fui a desayunar, ese día algo me pasaba no estaba en el mejor estado de ánimo, la gente estaba más viva de lo normal, me decían mentiras para convencerme que comprara su bus, taxi, servicio. Me cobraron más por todo lo que pregunté, hasta unos pinches micos me robaron unos bananos que había comprado, se metieron a mi cuarto, oigo unos ruidos y estos animales encima de mis maletas con los bananos en sus manos. En cualquier momento me hubiera parecido chistoso, ese día no. Me encontré con Alwa, en el momento cero me dice que me siente raro, que algo me pasa que lo puede sentir. Increíble como uno irradia lo que está sintiendo. A mi se me nota mucho cuando algo me pasa...

Me dio ánimos, almorzamos juntos al otro lado del río, mucho más tranquilo que el pueblo, para pasar el río uno va en una canoa pública, uno paga su tíquete en tierra firme, una vez en la canoa el encargado pide los tíquetes, los recoge y los tira al río... Así todos los días varias veces...

Me despedí de ella, yo me quedé durmiendo siesta al otro lado, Alwa se devolvió. Alquilé una moto y me puse a manejar. Muy bueno para mi estado anímico, mucha naturaleza, ejercicio, los locales me paraban para tomarse fotos conmigo, pareciera que les gusta tocarme, me tocan los brazos, la espalda.

Cruce el río de vuelta, papeles para sus aguas, fui por las maletas al hotel y me fui caminando a la estación de bus. Se me venían unas 20 o 30 horas de buses para llegar a mi próximo destino. Mi bus estaba ahí parqueado, el señor conductor me pidió el doble de lo que costaba el viaje a Bangalore, empezamos mal. Le pedí a un señor que si me podía cargar mi iPod en su tienda, me dice que si pero que le tengo que pagar, todo el mundo con este pinche interés económico, mis ánimos regulares. No me podía meter en una jornada de 30 horas en buses triste/aburrido. Me dio casitis, ganas de oír a mi familia que hace mucho no oía.

En la estación había un turista, un turista español de unos 50 años, nos pusimos a charlar como una hora, todo sin afanes, yo ya había decidido quedarme una noche más en Humpi viajar por más de 20 horas por tierra afecta el ánimo, si me iba así llegaría muy mal. Era su primer viaje a la India, me decía que llevaba un par de días acá y no era lo que esperaba. Buscaba espiritualidad y gente bondadosa en cada esquina... Me alegró el rato oirle sus cuentos y percepciones de este país, definitivamente le faltaban unos buenas días de aclimatizada.

Me fui a mi hotel, les mande un mensaje a mi familia diciéndoles que quería hablar con ellos. Primera llamada, mi hermana Denisse. Es increíble el efecto que tuvo esa llamada en mi ánimo, me sentí acompañado, por mi hermana desde Colombia, el poder de las comunicaciones y de los miembros de una familia. Hablar con ella 5 minutos me cambió el ánimo totalmente, después llamó mi mamá, mi papá, al día siguiente mi hermana Liza de Australia. Todo el soporte que uno necesita... Me alegraron mi rato. Mi momento de bajonaso emocional se superó sin contratiempos, viajar en India puede ser intenso...

Me levanté, el Martín pescador vino a desayunar conmigo, me comí mi porridge y ahora si con toda la actitud para mi viajecito de 20 o más horas hacia el sur,

Los quiero

CHB