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Mama Chungu, Tanzania 2009

miércoles, 25 de febrero de 2015

Corriendo en la selva para no llegar tarde a una reunión muy importante, Sumatra - Indonesia

Fotos all final...

Oigo algo caer sobre el techo, me levanto, hay un árbol lleno de fruta encima con muchos micos desayunando. Al dejar caer la pepa. pega contra el techo produciendo ese ruido, bonita forma de despertarse. Me acuesto en la hamaca, veo la pared de selva del otro lado del río, tendríamos un día de relajación antes de internarnos tres días en la selva en busca de nuestros primos lejanos.

Era día de mercado, todo el pueblo se pone su mejor pinta para ir de compras, para esta ocasión yo no me puse mi pinta elegante. Mucho caucho que no huele nada rico siendo cargado a los camiones, niños y niñas montados en buses en su interior y en el techo. Mucha vida en un mercado de estos, la gente sonríe, interactúa entre ellos, piden descuentos, ñapas, mucha interacción humana. Nos miran por ser blancos, nos sonríen, compramos frutas, platos típicos excesivamente dulces, tomamos fotos. Natalia se compra unas finas sandalias por 1 USD, ahí uno empieza a entender de donde saca plata Nike, Adidas y demás marcas para pagarles millones de dólares a sus "deportistas" para hacer publicidad de sus marca, algo que les cuesta menos de 1 USD se vende por 100 USD en otros países por la publicidad que tenemos en la cabeza. Publicidad que nos dice cuales marcas que tenemos que comprar, que hacen se Nadal juegue tan bien tennis.

Seguimos a nuestro siguiente destino, una cueva llena de murciélagos, en el camino nos encontramos con un amigo que Natalia había hecho un día antes. Stefan, 22 años, inglés, su papá francés, muy buen malabarista, lleva viajando sólo por 5 meses, va rumbo a Australia con su visa de trabajo por dos años, buena onda, todavía no tiene carrera. Prefiere viajar, disfrutar de la vida a esa edad y después volverse profesor de colegio internacional. Se come el maní con cáscara y todo. Dice mucho que uno viaja para conocer personas, no sitios. (Muy cierto)

Entramos a la cueva por nuestra cuenta, una cueva muy linda oscura y llena de murciélagos, su guano (popó) no olía a olor que tengo en mi cabeza del guano, quién sabe por qué será. Stefan me alumbraba con su linterna, tratábamos de tomarle fotos a los mamíferos voladores, Stefan los alumbraba, mi cámara enfocaba con mayor facilidad y los fotografiaba. Son tres compartimientos diferentes, cada cueva con un tipo de diferentes diferente. Unos bien grandes, otros más pequeños. Me gusta la vibra dentro de una cueva, paz, tranquilidad, solo se oye el"cantar" de los murciélagos.

En la última cueva veo algo raro, Stefan alumbra, es un nido con una mamá arriba calentando huevos, mamá golondrina. Eso me alegró mi día, no sabía que había golondrinas que hicieran sus nidos en cuevas, había muchas. En el techo murciélagos, en las paredes golondrinas, así les queda más fácil avisarse mutuamente si es de día para que ellas vuelen o de noche para que ellos lo hagan, no debe haber muchos estrellones entre las dos especies... Las dos tan rápidas, poderosos ojos tienen que tener esos pájaros para poder volar y hacer sus nidos en esas oscuridades. Stefan me cuenta que que al oír un click click producido por los murciélagos es el sonido que usan para localizarse y moverse.

Salimos contentos de una cueva de la que no esperábamos tanto, se nos cruza una poderosa culebra venenosa con alguna presa dentro de su cuerpo. Comimos cacao recién sacado se la fruta, Natalia sabe mucho de estos temas y aprendo mucho de ella. Las pepas son como pepas de guanábana y es originario de Sur América. Gracias a esa fruta se produce mi preciado chocolate que alegra día a día mi vida.

Nuestro hotel era atendido por una holandesa inmamable que decidió dejar todo y venirse a vivir acá. Para su visa de trabajo tuvo que sobornar a muchas personas, me decía "sin sobornos nada se mueve en Indonesia" en Indonesia y gran parte de este mundo...

Conocimos al guía, un tipo buena onda y sonriente, empezaríamos a caminar con él al día siguiente. Nos dice que por esta época hay mucha fruta en la selva, haciendo que los orangutanes estén muy dispersos, eso hace que verlos sea más difícil. Esa noche Natalia me actualizó con los últimos hits de música colombiana que me alegraron mi rato. Yo soy el encargado de mantener actualizada a mi hermana musicalmente cuando ella está en Australia y yo en Colombia, desde que salí no había tenido actualización musical. Estoy muy agradecido con la música en este paseo, me ha alegrado mucho mi año, mi vida.

Me levanto después de haber soñado toda la noche con los orangutanes, Natalia no estaba en la cama, había madrugado, horas antes me había despertado a media noche veía las estrellas desde nuestra ventana.

Finalmente el día había llegado, muchos vuelos, buses y caminata se requieren para tan importante encuentro. Me pongo a escribir, empacamos nuestras maletas que cada cual llevaría en su espalda por los tres siguientes días. Desayunamos como campeones para alistarnos para el trek por tres días por lo que queda de selvas del Norte de Sumatra, desde 1970 han tumbado el 70% de la selva para sembrar palma de aceite y cultivos de caucho.

Esta caminata fue el regalo de cumpleaños de mi hermana Denisse, yo la llamo "el amor", 35 años, colombiana, administradora empresarial, dedicada a sus dos hijos. No puede estar mas pendiente de mi, siempre recurro a ella cuando tengo cualquier problema. Cuando me metieron la tumbada en India en mi primer viaje ella me regaló todo mi tumbe. Nos reímos a carcajadas, es la que siempre le pone entusiasmo a mi familia a mi vida. En nuestra infancia nuestra relación no era la mejor, hace varios años no podemos ser más amigos ya que los dos maduramos. Cuando escribí contando que la cola de Liza era la más fuerte de las mujeres de mi familia, Denisse me responde: "Y que me dices de mi cola??? Hace rato no la coges porque yo estoy regia… y me describo a mi misma como:

Joven y bella
Fresca y descomplicada
Elegante y chick
Sexi y moderna"

Ahí me dio una buena ayuda con su descripción con la que estoy totalmente de acuerdo y podría agregar muchas cosas mas.

Empezaba la caminata gracias mi hermana linda que acabo de describir.

Nos encontramos con Baik, nuestro guía de cabecera, de Indonesia pero él se hace llamar que es de la selva, 39 años, tiene una risa pegajosa que usa todo el tiempo y lo hace reír a uno también, fuma como el 98% de los hombres de este país. Dice que la gente fuma para no vivir muchos años, él con 50 años vividos queda tranquilo, tiene dos esposas de siete que la religión le permite, habla siete idiomas, 6 idiomas de Indonesia e inglés. Se conoce esta selva como la palma de su mano. Guías que me han alegrado mi vida y él.

Habíamos pedido que metieran a Stefan a nuestro grupo y así fue, aparte de Stefan tendríamos unas compañeras más, dos alemanas de 18 años, una de ella con alguna enfermedad no identificada. Empezamos a caminar, Baik adelante y nuestro otro guía atrás. Pasamos un par de ríos puros, nos adentramos en la selva, pasando por cultivos de caucho. Baik nos cuenta que están tratando de cambiar los cultivos de caucho por palma de aceite ya que es mucho más rentable. Nos dice que Unilever es la que controla casi todo el norte de Sumatra, impresionante elpoder que tienen esas multinacionales. En esta zona de cultivos cientos de mosquitos lo atacan a uno, quieren chupar de mi sangre y un par efectivamente lo logró.

Entramos a la selva de verdad, el típico sonido selvático empieza a oírse, melodía que me alegra y no pararé de oír por los próximos días y noches. Empezamos a ver más grupos, un guía llamaba a su grupo de "smiley group" se nos acerca y nos dice, "no smile, no luck", de acuerdo con él. Más adelante dice "my smiley group in a couple of hours will be the smelly group", más adelante pensé en él.

El inicio de caminata fue intensa, serán días intensos, no hay planicies, son montañas que suben y bajan con pendientes fuertes. Es húmedo más no muy caliente. Mi maleta hace que la espalda y la zona de las tiras siempre este empapadas de sudor, mi camiseta verde siempre se vería verde oscuro. La selva muy bien conservada, nada de basura, árboles gigantes dándonos sombra, sombra de selva, hojas y raíces grandes en el piso. Las hojas las podemos pisar, las raíces esquivar. Empieza a sonar un sonido muy fuerte, un animal, cantando, gritando, más de uno. Nos cuenta que son gibones, una especie de monos. Los árboles son muy altos, hay varias capas y los gibones cantaban desde las alturas, difícil verlos. Llegamos a un punto con buena visibilidad, siguen cantando fuerte, muy fuerte. El guía señala, se ve el gibón, un mono sin cola muy muy ágil. Tiene sus manos blancas, parece un mono con guantes muy elegantes blancos, elresto de su cuerpo café. Cuelga todo su cuerpo sobre un brazo, después desde el otro, se pasa de rama en rama con toda la tranquilidad del mundo, es placentero verlo mover, toda la suavidad del mundo, su cuerpo se mueve, para, canta un rato y sigue. Es todo un debut, dan ganas de aplaudirle después de esa agilidad y canto.

Seguimos con el intenso recorrido, la alemana estaba mal, vomitó, se cogía la cabeza, le esperaban tres días intensos y si el cuerpo no le respondía bien la iba a pasar mal. Paramos un rato para ver si se recuperaba, nos dieron maracuyá muy dulce y sabrosa para que comiéramos. Deciden devolverse, Baik les dice que no habría ningún tipo de reembolso del trek, eso las hace cambiar de opinión, la alemana se toma una pepa. Se ve muy enferma, difícil situación, en mi punto yo me devolvería y volvería un par de días después, tengo libertad de tiempo, pero si uno tieneel tiempo contado en Sumatra, difícil no seguir para tan importante encuentro. Nos separamos, nosotros seguiríamos en busca de los orangutanes y ellas seguirían directo al campamento, cada grupo se quedaría con un guía.

El recorrido sigue, Baik nos señala, nidos, nidos grandes hechos de plantas que ya había visto este año, iguales a los nidos de los gorilas de espalda plateada. Me emociona ver eso, los orangutanes también hacen sus nidos a diario para dormir, nidos que se ven sumamente cómodos si fueran de mi tamaño. Son nidos de la semana pasada, por lo visto no están cerca, da emoción verlos, es como ver una huella o popó de tigre, señal que uno está cerca.

Empezamos a bajar, bajada empinada, Baik se agarra de una liana larga, gruesa y se manda, Baik vuela, aterriza más adelante. Yo tenía que hacer lo mismo, le pregunto si él cree que esa liana me soportara a mi, sonríe y dice que soporta su peso, él no sabe del mío. La cojo me mando, empiezo a volar, vuelo que duró muy poco por que esa pinche liana se soltó de donde estuviera agarrada, me voy para el piso, caigo parado con la liana entre mis dos piernas, nada de dolor, caída perfecta, pero no pasé la prueba de Tarzan. Baik no paraba de reírse, se reía a carcajadas, nosotros también, el recorrido siguió.

Pasamos un grupo que se habían encontrado las plumas más lindas que he visto en mi vida, unas plumas de unos 70 cm, llenas de diseño y varios tipos de formas, son del "great argus peason" un pájaro del que no sabía su existencia, la miramos, la tocamos y seguimos montaña abajo.

Llegamos a nuestro restaurante, el río, Baik empieza a preparar nuestro almuerzo, yo me quitó los zapatos las medias, meto mis pies en esa agua pura que fluye, sentimientos ricos y ese. Mis pies quedan agradecidos de la refrescada. Mi sudor en estas caminatas huele diferente, es un olor que se repite cuando estoy con maleta en estas condiciones, me acuerda mucho a otras caminatas de varios días que he hecho, sobre todo a Ciudad Perdida y al Kilimanjaro, no es un olor que me incomode, es un olor que me trae buenos recuerdos y que me recuerda que estoy haciendo algo que me gusta.

En ese río sería nuestro almuerzo, me dan mi arroz frito con huevo, me lo como con mi mano mirando al río, sin hablarle a nadie, conexión total con la madre tierra. Sólo sonidos naturales, al agua fluyendo entre los dedos de mis pies.

Acabamos el almuerzo, me pongo a escribir, en sitios como estos me inspiro pesado, era hora de ir montaña arriba. Escaladas intensas, siento mi corazón en el cuello palpitar, lo oigo, mi sangre está fluyendo a máxima velocidad al igual que mi corazón, estaba trabajado a 150 pálpitos por minuto, (cuando me despierto es de 65 ppm) eso se podría considerar casi sobrerevolucionado, es por una buena causa. Llegamos a la cima, por lo visto no están por la zona... Lo difícil de ver vida salvaje. Baik decía que para darnos garantía de ver un orangután, él nos llevaba al zoológico más cercano. En estado salvaje hay que ser "lucky", yo le respondía, "I'm lucky, very lucky".

El otro grupo manda un mensaje de texto, vieron a una mamá con su orangután, nosotros estábamos en la cima de otra montaña, lejos. He criticado mucho tanta adicción a estos celulares, en este caso fue nuestro aliado.

Le pusimos velocidad a las piernas, mucha velocidad. Corríamos por la selva, esquivando raíces, lianas, yo detrás del guía. Ahí mi cuerpo tiene que responder, caían gotas de sudor de mi pelo, muchas. Sentía la piel de mi cara hirviendo. Sudaba, estaba empapado. El guía nos dice que tenemos que caminar/correr 15 minutos. Estoy seguro que fueron por lo menos 30 o 45. Es de las veces que más le he pedido a mi cuerpo. Es muy intenso, pero con un objetivo muy enriquecedor, una mamá y un bebé orangután. Seguimos, Stephan y Natalia iban detrás.

En esas le meto un rodillazo a un tronco, corrientazos pasan por mi cuerpo, me tengo que sentar un rato, Baik se devuelve me dice que me la tome suave, la adrenalina de mi cuerpo hace que siga caminado, la rodilla me duele, prioridades de la vida. Seguimos, finalmente llegamos al río abajo de la montaña en la que estábamos, vemos a dos turistas, estaban contentos sonrientes, ya habían visto orangutanes. Los vieron montaña arriba, nos desearon suerte con la subida. Ellos estaban tomándole fotos al río y a sus tortugas, tortugas que espero volver a ver porque no les paré ni cinco de bolas por no perderme la cita con los orangutanes. Empezamos a subir esa montaña, son montañas muy empinadas, suben y bajan, poco terreno recto. Montañas llenas de vida con primates pelirrojos esperando por nosotros. Pasan muchos minutos, veo a muchos humanos con sus cámaras, me emociono.

Veo un animal negro, grande, de las familias de los monos, para mi no era un orangután, pregunto "esto es un orangután?" Me responden no es un gibón negro, los orangutanes ya se fueron. Se fueron, muchas cosas pasan por mi cuerpo, Baik nos dice, "dejen sus cosas acá, el otro guía los llevará para buscarlos". Dejar las maletas es un gran alivio, 5 kg menos en mi espalda. Mi cámara con sus lentes si tenía que seguir colgada a mi. La bajada muy empinada, el guía hace ruidos para llamarlos, nada de respuesta. Hay mucha tensión colectiva en ese momento, no podemos dejar que caminen mucho. El guía nos dice si queremos verlos tenemos que apurarle, difícil, íbamos a máxima velocidad y llevábamos a ese ritmo un buen tiempo caminando por una selva que está llena de obstáculos naturales y piso resbaloso, nadie habla, todo el mundo a la expectativa.

Pasa un buen tiempo, el guía para, dice "I hear an orang-utan", momentos que nunca se me van a olvidar, caminamos rápido, el guía para, sonríe, señala, miro a donde señala, veo un animal pelirrojo moviéndose de árbol a árbol, muy alto. Corro para estar cerca del árbol, si señores tenía un bebé orangután encima mío, al lado la señora y mamá orangután. Si quisiera tener una prueba de resistencia o iron man, debería tener un orangután de aliado esperando por mi, así quedo de finalista seguro.

Dan ganas de llorar, momentos muy emocionantes, me quedo quieto, escalofríos por mi cuerpo. Muchos, el bebé y su mamá. En las selvas del norte de Sumatra en Indonesia, qué le pasa a este año mío, mucha emoción en un solo año, amo mi vida, no puedo decir nada mas. Se empiezan a mover, de rama en rama, el bebé se le acerca a su mamá, la mamá nos mira con tranquilidad, yo sonrió, disfruto estar ahí parado.

El orangután:

Orang significa: hombre
Utan significa: selva

Orangután significa: (les dejó ese análisis a ustedes)

Yo sería Orang-Colombia

Comparten el 96,3% de nuestros genes.

Son el único gran primate afuera de África

Tienen una cris cada 8-9 años que hace muy difícil recuperar su población

Se pueden encontrar en Sumatra y en Borneo, son dos especies diferentes, los de Borneo son más grandes

Había dos personas más, personas sonrientes y emocionadas. Nos quedamos ahí un rato. Cada cual disfrutando de los orangutanes, juegan con las ramas, con las lianas, pasan de liana en liana con toda la agilidad del mundo. La mamá tranquila, nos mira, se queda en los árboles gruesos que la soportan. El bebé mucho más activo, con ganas de vivir, salta a donde sea, se rompen ramas que caen pero él nunca se cae. Tiene una cara muy achatada, un color de pelo espectacular (color que a mi hermana Liza le gustaría tener en su pelo). Hace varios sonidos, uno de ellos como mandando besos.

Muy tranquilizante, era en la punta de una de las montañas, más abajo pasaban ríos, ríos que sonaban y le ponían melodía a la película. Nuestro guía nos pregunta "ok, are you ready, enough orangutan?". Yo me río, las probabilidades que yo diga que estoy "enough" de orangutanes son nulas. Pasa un buen tiempo, son animales iguales a nosotros, las manos son exactas, las expresiones, los pezones de la mamá (iguales  a los de un hombre gordo). El bebé se acerca, estoy a menos de tres metros de él, su mamá baja hasta el piso, camina un poco y empiezan a irse montaña abajo por caminos que los guías no me dejaron seguir por seguridad a caerme.

Se fueron alejando lentamente, los árboles se movían a medida que ellos se iban, yo estaba tranquilo, contento, respirando aire puro, del mismo aire que nuestros primos lejanos, los orangutanes respiran. Ya no tenía ningún afán, si teníamos que caminar horas hasta el campamento para mi no era problema. Los dejamos de ver. Natalia emocionada, Stefan sonriente, choqué cinco con Natalia, sonó y todo. Sólo buena vibra en estas selvas. Respiraba miraba hacia el techo verde llenos de hojas de la selva, sonreía, respiraba, vivía.

Ahora teníamos que volver a donde habíamos dejado las maletas, una subida empinada poderosa, ahí ya hablábamos, comentábamos lo que habíamos vivido, nos reíamos. La caminata se puso intensa, llevábamos por lo menos cinco horas de caminata fuerte, el cuerpo empieza a pedir reposo. Pasamos un trancón de hormigas muy chévere, miles de hormigas marchando sobre un tronco, creaban la ilusión de un cinturón de hormigas andante. Oímos un ruido muy particular y fuerte en el cielo, miramos hacia arriba, pasan 10 "horned billed birds" volando, patrullando los cielos de esta selva. El mundo se confabula para hacerlo feliz a uno.

Caminamos casi una hora más, llegamos al final de la montaña, donde pasa un río por el centro. Baik dice, "men sleep with men, women sleep with the guide" todos nos reímos, él también con su risa contagiosa.

El río lindo, agua clarina clarina, se ven pescados nadando, el piso muy resbaloso, tan resbaloso que yo me fui de cabeza contra el río, mi cara tocó agua y todo, menos mal fue agua y no piedra. Ya mi cuerpo tenía que descansar, mis piernas estaban rayadas por los diferentes obstáculos, mi rodilla izquierda palpitando y los demás músculos cansados. Cansados pero por una justa causa, más que justa causa, el fin justifica todo el trabajo que se requiera.

Desde el río vemos humo salir, yo le había pedido a Baik que quería dormir sin más humanos cerca, de eso se había encargado a la perfección, llegamos después de seis horas de intensa caminata, vemos nuestro hotel/campamento. Dos ayudantes que se habían venido desde antes con los plásticos y comida, armaron el campamento y estaban esperando por nosotros. Elcampamento en la mitad de la selva con el río al frente, consistía de dos carpas hechas con un solo pedazo de plástico, un comedor y una zona para dormir.

Cascarás de fruta caían de los árboles después de ser abiertas por los micos. La zona de dormir es una "carpa" si así se le puede llamar, para nosotros cinco. Cinco mini mats de yoga que serían nuestros colchones y una vista privilegiada, al río y árboles. Hecha con pedazos de madera, plástico y amarres de cabuya.

Desde ese mini mat estoy escribiendo en este instante, con la vista que les acabo de contar, además está lloviendo, las gotas caen sobre nuestro techo de plástico negro y yo escribo. Los días intensos como este, los escribo el mismo día, los demás, máximo, una semana después.

Mi cuerpo necesitaba dos cosas apenas llegamos, quitarse los zapatos y un chapuzón en ese río. Estaba en un punto que salía vapor de mi camiseta, estaba empapada de sudor y mi cuerpo estaba caliente. Me quite mi camiseta, los zapatos, las medias, los pies están blancos, mucho más blancos que el resto de la pierna, me puse mi vestido de baño y nadar. Hay cascadas en elrío que le hacen masaje hídrico en la espalda muy sabroso y relajante, pasa un sapo, me da un saludo con sus cuatro patas en mi espalda y sigue su camino.

Algo me pasa en estas selvas, siento una conexión muy fuerte, me conecté con muchos árboles, me siento muy cargado, mucha gente dice que estos son los mejores sitios del mundo para cargarse energéticamente, yo lo podría confirmar. Dan ganas de vivir así por un tiempo, mucho mas que los tres días que me voy a quedar.

Nos avisan que el té y las galletas están listos, me salgo del río, directo a comer, mi cuerpo necesitaba energía, me como muchas galletas, me sirvo mi té con extra azúcar. Empieza a llover, gotas grandes empiezan a caer, algunas caen sobre mi té, rebotan, salen de mi tasa y pequeñas gotas de mi té caliente caían en mi pierna. Eso nunca me había pasado, creo que nunca había tomado bebidas calientes bajo la lluvia.

Me estaba mojando, mojando con agua que también estaba mojando a esta selva viva con todos sus habitantes, entre ellos el hombre de la selva, el orang-utan. Me quedé un buen rato ahí, me acosté sobre una piedra redonda grande, muchas gotas caían, caían en mi boca, en los párpados de mis ojos, me quedé hasta que me entró frío, hora de ir a mi cama, me cambié, me puse ropa seca, me puse a escribir esto que están leyendo. Viene Baik, pregunta que como está el hotel, yo le digo que perfecto, mejor imposible. Un buen entrenamiento tuve en Australia durmiendo sin colchón. Natalia dice "5 star hotel", Baik responde "a thousand star hotel, look at the sky and you will see" todos nos reímos. Este a sido de los sitios más mágicos donde he dormido este año. Nos espera comer algo lleno de calorías. Era hora de poner a nuestro cuerpo, que hizo una gran labor el día de hoy, a dormir, a descansar para que funcione bien los siguientes días.

Los quiero,

CHB