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Mama Chungu, Tanzania 2009

jueves, 15 de septiembre de 2016

Buongiorno principessas!!!, Milan, Italia







Cuando monto en mi bicicleta en Bogotá siempre trato de chocar cinco con las personas que sacan el brazo para parar el bus. Hoy por primera vez una mujer me correspondió la chocada de cinco!!! Detalles que alegran la vida.

La semana pasada monté 24 de mis "obras" en mi primera exposición de fotografía que me tiene muy emocionado que durará dos meses!!

Volviendo a Italia.

Por obvias razones duermo todo el vuelo, me levanta el aterrizaje. Me dan la bienvenida a Milan, estaba oficialmente en territorio italiano, donde:

Saludan con dos besos, primero el lado izquierdo, después el derecho 
Los semáforos peatonales tienen amarillo 

Italia:

Población: 60 millones

PIB per cápita: USD 36,000

Porcentaje de personas que sonríen cuando uno sonríe: 72%

Número de helados que me comería por día: 2 o mas 

Comprensión mía de una conversación en italiano: 34%

Palabras favoritas del idioma italiano: 

Copeta
Piccolo
Nono/nona
Maquina (carro)
Tata
Prego
Biglieto

Me voy en el bus que mi amiga me dice que debo tomar. Me lo duermo todo hasta que me levanta el conductor, eso de dormir una hora de un día para otro no es sostenible para mi cuerpo. Estaba en el centro de Milán, me pongo mi backpack miro hacia todos lados como todo un turista, las construcciones algo grises. Tengo mi dirección en mano, caminaría hasta ella. Le pregunto a un señor con mi leve italiano y me responde en español, un ecuatoriano buena gente. Me da indicaciones, me dice que queda muy muy lejos. Tip de viaje: siempre preguntar qué es lejos, esa medida es muy relativa de país en país, una vez en kenya me pusieron a caminar casi 2 horas diciendo que era muy cerca.... El muy lejos de este señor eras 1,500 metros. No son cuadras porque en Italia no hay cuadras, las ciudades no son cuadradas. Esa distancia es totalmente caminable. A medida que uno camina se va dando cuenta del país en el que está, veo a gente saludándose de beso, sonríen, se abrazan. Siento una conexión mucho mayor con los italianos que con otros europeos, son mas latinos, relajados, folclóricos. Sigo caminando, veo muchos anuncios que dicen Vittorio, me acuerdan a mi amigo italiano que conocí con su familia un año y medio atrás en Djibouti. Me vería un par de días con mis amigas y de ahí pasaría a la casa de Vittorio y familia. 

Se ven muchos africanos vendiendo selfie sticks (el palo con el que uno se toma las fotos), días después me enteraría de la causa de tantos africanos en este país. Se montan en barcos en el norte de África rumbo a Italia, en especial en esta temporada el mar es mas amigable así que la cantidad de barcos aumenta, hasta que llegan a este país y una vez adentro se van yendo a otros países de la Unión Europea para conseguir plata para mandar a hogar...

Encuentro mi calle, ver la calle físicamente que uno tiene en medio digital produce felicidad, ahora a buscar el número 41 que encontré con facilidad. La puerta del edificio está abierta, entro, esculturas romanas en la entrada. Ahora a buscar el número 22. El número no le dice a uno nada con relación al piso. En mi país si empieza con 4 significa que es en el cuarto piso, acá no, con un agravante, las puertas ni siquiera dicen el número. Veo a una persona regando las matas en el jardín, le pregunto con mi poco italiano por el número 22, me da indicaciones. Timbro en la puerta, la voz de una mujer dice "Ciao", yo me emociono, uso una de las pocas frases que me sé en italiano que aprendí de una película digo "Bongiorno Principessa", la voz no entiende porque le estoy diciendo así, me dice que ella no es la Principessa, por lo visto había timbrado en la casa que no era. La señora abre, se ríe, le pregunto por mi amiga y me señala la puerta. Me acerco, oigo la voz de mi amiga, abro la puerta, entro, ella está en plena conversación. Espero a que cuelgue para darle mi saludo. Ella cuelga, digo "Bongiorno Principessa, mi amiga emocionada dice "amigo, estaba preocupada por Ud, bienvenido", la veo con su bata italiana puesta, nos abrazamos. Daniela, 27 años, colombiana, diseñadora, buza, bailadora, viajera de este mundo. Nos conocimos varios años atrás y con ella hice mi primer viaje backpacker de mi vida hace 9 años por Sur América. Fue mi excelente guía en mi primera visita a Nueva York. Le apasionan los viajes, el chocolate y la naturaleza. Siente especial aprecio por el aire acondicionado. Siempre me ha tratado de usted así yo le pida que me tutee. Hace unos shows de canto y baile memorables que me alegran. Quiere que le propongan matrimonio en una cascada llena de agua. Es de las personas mas cercanas a mi en vida colombiana, me conoce bastante bien y casi siempre estábamos juntos los fines de semana en Colombia. Se vino hacer un master en diseño a Milán y acá estábamos los dos, juntos en Milán. Era su primer visitante en este año de estudios en esta ciudad. 




Mucha emoción, increíble lo que estoy viviendo. Me dice que me preparará desayuno, eso hizo, la Dani se ha convertido en una chef de alta cocina preparando comida con muy buena vibra, para esta ocasión me tenía arepa de yuca, algo muy colombiano que ella sabía que a mi me encantaba. Desayunamos y directo a la cama de ella a recordar viejos tiempos. En mis días laborales almorzaba frecuentemente en la casa de Dani, después de nuestro almuerzo, dormíamos siesta en su cama en Bogotá. Esa escena se repetiría en Milán. Caímos los dos muertos, yo estaba con cansancio extra acumulado y Daniela también, así que a dormir. 



Dormimos horas, la roomate, Susana, de Daniela no entendía como no estábamos aprovechando los pocos días de Milán. Les cuento que mi chaqueta de viaje, que me ha acompañado durante todo este año había sufrido de un hueco en la espalda. La muy bacana va sacando hilo y tela para arreglarme mi chaqueta. Susana, 27 años, paisa, diseñadora de modas, trabajó para una marca gringa de jeans muy conocida y tenía que viajar a sus diferentes plantas a nivel mundial, dice que en las de China revisaban los carros de salida para verificar que ningún chino se estuviera "escapando" de la planta.... Le gusta mirar por la ventana de la cocina en especial cuando llueve. 

Salimos a caminar por la ciudad, la Dani y yo, ella hace todo en bicicleta o caminando. Me va contando datos de los que me gustan de su vivida acá. Apenas llegó tenía que aplicar para su residencia e ir a varias oficinas oficiales donde los empleados le coqueteaban mientras trabajaban, una vez tuvo un problemas de tuberías y el plomero al final le pidió el celular para invitarla a comer. Esos datos me gustan, la Dani dicen que los italianos son muy metrosexuales que ahí hay un gran problema como ella. Paramos en su universidad, en el Duomo y otros puntos importantes de la ciudad. Uno de ellos la "Gelateria" favorita de la Dani. Pido varias pruebas, me voy con mi combinación por excelencia "limón con chocolate", me preguntan una pregunta que me harían varias veces en este país "cono o copeta?", pido cono. Brindamos con nuestros helados (un poco del sabor de la Dani quedó en mío) y a comer. Helado extra sabroso fiel representante de este país, los disfruto sobre manera. En mi época universitaria también me comía uno diario, algunas veces con un banano que compraba en la tienda y mis amigas heladeras me hacían una banana split. Se ven muchas motos por todas partes, turistas, el bus de dos pisos rojo con puro turista encima. Paramos en un par de ópticas, hago un análisis de mercado de donde comprar mis gafas, las necesitaba ya que por la noche mis ojos se me cansan y si quiero escribir no los tengo que forzar mucho. Dani era mi traductora oficial con su perfecto italiano que me dejó anonadado. Muy sabroso estar caminando con la Dani en este continente. 


Seguimos rumbo a un castillo muy conocido de la ciudad, nos tiramos en el pasto a reposar, sin zapatos puestos a charlar. Se ven parejas enamoradas, dándose besos con lengua, familias, amigos tomando en el parque. Pasan varios vendedores ambulantes insistentes en que les compremos, del este europeo y africanos. Veo algo que me alegra, Dani apunta algo con su boca, algo que yo hago mucho y este año varias personas (no colombianas) se me han burlado. Veo unos soldados con unas plumas negras pegadas a sus sombreros, casi todos con barba, me parece raro. Creería que en mi país no es permitido ya que nunca los he visto con barbas. 

Volvemos a hogar a esperar a otra amiga, una muy especial. La vemos llegar por la ventana, timbra, yo me bajo corriendo a esconderme detrás de la puerta del edificio, veo a mi amiga entrar. Me emociono, le digo "Bongiorno", mi amiga sonríe, nos abrazamos, Laura, 27 años, colombiana, chef, panadera, administradora empresarial experta en restaurantes, nos conocemos desde que tenemos 4 años, la estuve visitando en Australia muchos años atrás. Le encanta montar en moto, hacer kitesurfing, otra de las personas mas importantes de mi vida. Mi compañera de viaje por excelencia en centro, sur América y el Caribe. Me conoce a la perfección. De vez en cuando me manda vídeos de ella bailando que me alegran mi vida. Le encanta el chocolate Kínder. Quiere que le propongan matrimonio en una moto en las montañas de Suiza. La invité a este paseo antes de empezar, lo pensó mucho y decidió empezarlo después. Renunció hace un par de semanas y hoy empieza su recorrido por el mundo. De acá sigue a Turquía, India y después no hay planes. Mas vale tarde que nunca. Estaba sin maletas ya que la aerolínea las dejó en Alemania. 

Le muestro como es la movida en el edificio, Laura estaba en shock, muchas cosas pasando por su cabeza, era su primera visita a este continente, le impresionaban cosas que a mi me impresionaron en mi primera venida. Vamos subiendo las escaleras, Daniela esta con su bata beige puesta saludando, meneando mano como una modelo. Laura se reía, la saluda, se burla de la bata de la Dani. Estábamos los tres en Milán, si señores, el día se ponía cada vez mas emocionante, esa noche llegaría nuestra última integrante de combo milanés. 

El timbre suena, la tercera y última integrante había llegado, bajo otra vez. Veo la puerta abrirse. Saludo a mi amiga, sonríe, me dice "Kikín", Lina, colombiana, 27 años, ingeniera industrial al igual que yo, estudiamos juntos en la universidad y colegio, está haciendo un MBA en Madrid. Muy buena vibra, buena rumba, sonriente, cuando canta con emoción cierra los ojos, nos conocemos muy muy bien, le encantan los palmitos de cangrejo con vinagre balsámico. Es bella como una estrella y baila lo mas de bien. Me sé su celular y su teléfono de la casa de memoria. Quiere que le propongan matrimonio en una finca de clima frío con una chimenea y un vino. Nos conocemos hace muchos años, hemos estado en varios continentes y países de este mundo juntos por largos periodos de tiempo. Fue mi guía oficial de París en mi primera visita a esa ciudad. En una intervención quirúrgica que tuve en un pequeño pueblo de Colombia, me dio su mano y apoyo mientras me abrían mi brazo en busca de espinas. Su primer viaje backpacker fue conmigo a Asia por meses, para este viaje me regaló su backpack, maleta donde he cargado mis pertenencias durante estos meses por este mundo. Me alegra mi vida. 

Se ríe al verme, me dice que parezco Tarzan de la selva, nos saludamos, subimos, ve a Laura y Daniela. Lina solo decía, "que es esto, no me la creo, todos juntos en Milán". Estaba en lo cierto, yo estaba con mis tres mejores amigas de mi vida, con las que me conozco desde chiquito y hemos compartido muchos momentos juntos, muchos. Un encuentro de amigos en Milán, Italia... Que le pasa a mi vida. Por esa misma razón yo estaba ahí parado, para verme con ellas. Desde que salí de Colombia no las veía, más de 540 días sin verlas. Nunca había pasado tanto tiempo sin que no nos viéramos. Hago quiz de mis mails, ninguna pasa ninguna pregunta, la lectura no es lo de ellas.

Caminamos por la ciudad, montamos en un tram que hace vibrar las calles cuando pasa, ya el sol se había despedido, la ciudad estaba bien apagada, Lora dice "que le pasa a esta ciudad, está muerta", uno acostumbrado a Bogotá, es un cambio brusco. Nos tomamos unos vinos y a dormir, todos en el mismo cuarto en dos camas. Lin fue la ganadora del concurso de dormir conmigo. Todos a dormir bajo una sábana por el calor que hacia en la cuidad por ese entonces. 

Levantada con amigas de infancia a bordo en Milán, si señores. Cada cual cuenta sus cuentos. Nos alistamos con buena vibra, charla e historias varias. Lora era la encargada de la música, siempre tiene buena música con ella y la pone en donde esté. Yo me preparo mi desayuno en hogar, las niñas se irían de brunch a un sitio muy sabroso de la ciudad. Yo las acompañaría, en este punto de mi vida no me puedo dar el lujo de desayunar en restaurantes en Milán. Propongo llevar huevo duro para el almuerzo, se me burlan de mi opción de almuerzo. Todas se ponen muy lindas, a la última moda de Milán, yo si iba bien gaminudo, como diría mi cuñado, a la última moda de Melgar. Todos listos. A caminar por la ciudad. Primera parada el restaurante, las niñas piden. Acá cobran por los cubiertos adicional a la comida. Me enseñan técnicas de cocinada de huevos mientras charlábamos. 

Seguimos nuestro camino al Duomo, las niñas hicieron algo de shopping, yo esperaba afuera tratando de escribir algo. Al estar siempre acompañado y con distancias tan cortas entre país y país estoy mas atrasado de la cuenta con mi escritura.

Llegamos al Duomo, es de lo mas famoso turístico que tiene Milán,  la iglesia principal de la ciudad, subimos por escaleras y no por ascensor. Buen ejercicio para todos, charlábamos de la vida, de cosas de amigos de toda la vida. Las niñas hablaban de efectividad de desodorantes, de temas que uno habla entre amigos de hace años. Una vez arriba, sesión de fotos, fotos con mis amigas del alma. Para entrar a la iglesia nos piden un código de vestuario, Laura no podía mostrar hombros ni piernas. Si pienso eso racionalmente no tiene sentido alguno. Porque tenerse que cubrir los hombros, las piernas, ya culturalmente hicieron que la desnudes sea un tabú, no entiendo porque los hombros y piernas... El mundo, su gente y sus creencias. Lora su puso la pantaloneta de la pijama que compró minutos antes para poder entrar... Salimos, estábamos todos contentos, felices en Milán. Por petición de las niñas nos tomamos la foto saltando, todas unas profesionales.

Dani nos mostraba su ciudad adoptiva. Seguimos caminando, yo charlaba con cada una, Lora me decía que quería ver si me había enloquecido, por lo visto no. No creo que me enloquecí, todo lo contrario diría yo. Comimos helado y caminamos. 

Esa tarde iríamos a la Expo, la feria del mundo que está exhibiéndose en Milán por unos meses. Anteriormente era tan importante que para la feria de París construyeron la torre Eiffel, creo que la importancia ha bajado un poco. Daniela, Lora y Lin se irían a bañar y después a la feria. Yo me iría directamente y nos encontraríamos allá. Nos separamos, empiezo a caminar, oigo un grito conocido "Kikannnn", volteo y veo a Lin corriendo, me dice "me voy contigo". Ahí tenía a mi compañera de viaje hasta la Expo. Nos montamos en el metro, Lin prefiere sentarse en mis piernas y no en el asiento del metro. Después de mucha charla, un violinista tocando su instrumento pidiendo plata y un par de fotos llegamos a la feria. Me alegra estar con Lina María, ella estaba muy linda vestida a la última moda de Milán (literal) que hacia que entre los dos en conjunto yo no estuviera tan mal vestido. Algo que poco me importa en este momento de mi vida. Suena una canción, le pregunto ella como bailaría esa canción, sin pena empieza a bailar al ritmo de la música con entusiasmo. Detalles que alegran la vida. 

La feria gigante, uno requiere muchos días para poderla ver entera. Entramos al pabellón de Colombia, muy bien hecho, se nota que le metieron su buena plata. Me da nostalgia, pienso en mi país, increíble país donde nací, viví y crecí. Solo muestran algo que no es cierto, vídeos de Bogotá con los carros moviéndose rápido, sin trancón, de pronto lo filmaron un primero de enero o algún día similar. Comimos patacón con ahogao. Seguimos a otros países, muchos de los que he visitado, practico mis idiomas locales, gente de todo el mundo en esa feria de exposiciones, algunos se emociona al saber que he estado en sus países. Ya se imaginarán el tipo de países de las personas que se emocionan al saber que uno fue. 

Esa noche habría un show del Circo del Sol, esos shows me gustan bastante, allá fui a dar. Las niñas se fueron al pabellón de México a comer. Yo vi todo el show, conocí a dos suizos buena gente que me invitaron a su casa en Zurich si decidía visitar su país. Todo el mundo que ve ese show sonríe, es increíble ver lo que el cuerpo humano es capaz de hacer. La música suena, las vibraciones se sienten en el cuerpo, mucha emoción, momentos donde sonrío, respiro, miro al cielo y vuelvo a sonreír. Días emocionantes, muy emocionantes en mi vida. Como no mal acostumbrarme al tener cientos de días así. Me despido contento de mis amigos suizos, voy al pabellón mejicano. Ahí están sentadas mis amigas, contentas, con un par de tequilas encima. Ya era hora de volver. 

Nuestras piernas cansadas, los días de turismo en Europa cansan mucho, caminar desde que amanece hasta después del atardecer, eso implica unas 15 horas. El metro llenísimo, nos metemos, obviamente no había puestos libres, yo aplico la de los estudiantes en transmilenio. Me siento en el piso, Lin se ve provocada, me pregunta si se puede sentar en mis piernas, respuesta negativa. Sentado en una silla no tengo problema, en el piso se vuelve mucho mas incómodo. Muy inteligentemente Lin saca un mapa de papel, se sienta sobre el al lado mío y cae muerta. 

Una hora después estábamos ya todos empijmados listos para dormir. Nuestra última noche juntos, Lin se tenía que devolver a Madrid, yo me iría a la casa de mis amigos italianos en Milán, Dani y Lora se irían en un road trip hacia el sur de Italia. Hora de descansar en este lado del mundo.

Los quiero,

CHB 

1 comentario:

  1. Viejo, felicitaciones por tu Blog, de verdad me parece lo máximo poder disfrutar de ese estilo de vida, me gustaría contactarte para obtener más información en especial del tema finaciero de una aventura como esta, te dejo mi correo por si puedes brindarme un poco más de información, muchas gracias, jaimecardon@gmail.com.

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