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Mama Chungu, Tanzania 2009

martes, 1 de julio de 2014

Colores, olores y sabores en Mumbai, India

Fotos al final,


Entrar al avión en camino a Mumbai es una buena introducción a India, iba tranquilo haciendo mi fila y un par de indios se cuelan, la comida totalmente India, una opción vegetariana, otra de pollo. (No hay carne de res por lo que las vacas son sagradas). Durante el vuelo me puse a leer mi guía de viaje que habla de varios casos no muy buenos de viajar en India que lo predispone a uno un poco. Mar abajo todo el tiempo, antes de aterrizar el azafato echa un spray para desinfectar el avión, (como en la época de la fiebre aviaría) en mis vuelos entrando a India siempre han hecho el mismo procedimiento.

Aterrizamos, diferencia horaria, la azafata da la bienvenida a Mumbai, dice "para los viajeros internacionales bienvenidos a la India, a los Indios, bienvenidos a hogar" me gustó esa bienvenida, chévere que aterrizando en Colombia me dijeran bienvenido a hogar". Para bajarme una lucha para que me dejaran salir al pasillo, en India la ley del más fuerte es bien útil. Ya estaba en territorio Indio, lo que en su momento fue la colonia más importante de Inglaterra, tierra de:

Buena energía que se siente en el ambiente (después de un par de días de adaptación)
La democracia y burocracia más grande del mundo
Colores, muchos olores y sabores
Comida picante
Bebidas muy dulces con extra azúcar
Vacas sagradas
Millones y millones de personas
Cientos de lenguajes, religiones y dioses
Castas (que no entiendo)
Matrimonios arreglados
Mahatma Ghandi
Pavos reales, elefantes, tigres y leopardos
Gente muy viva
Letrinas, baños sin papel higiénico y bien olorosos
Maharajas
Himalayas, desiertos, montañas y selvas
El río Ganges
Yoga
Bolywood (producen 1,200 películas  año. Hollywood 500 aprox)
Mano derecha para comer, izquierda para limpiarse la cola (es ofensivo tocar a alguien con la izquierda)
Ese listado si que es infinito...

Estaban entrenando (esta palabra no existe en inglés) aeropuerto, absolutamente impecable. La última vez que había estado en este aeropuerto era bien precario. Lo inauguraron en febrero del 2014, todavía está muy nuevo y en buen estado, ojalá lo logren mantener así... Pasé por migración, el policía me dice que mi visa se vence en 20 días y que no se puede prolongar... Tenía planeado uno o dos meses en este país pero no se pudo, tengo que salir en máximo 20 días. Me pone el sello, de nuevo por India.

Independencia del Reino Unido: 1947

Población: 1,200 millones de personas (17% de la población mundial)

Ratio mujer hombre: 940:1000 (hay menos mujeres, tradicionalmente en las zonas rurales, las familias de la mujer tienen que pagarle un dote al la familia del esposo, por ende hay abortos cuando se enteran que es mujer. Los exámenes de identificar el sexo del bebé son prohibidos)

PIB per cápita: 1,500 USD (me lo imaginé mucho más bajo, la distribución entre ricos y pobres tiene que ser exagerada)

Porcentaje de persona con acceso a un baño/letrina en su casa: 47%

Religión:
80% hindú o alguna de sus derivaciones
14% musulmán
2% cristianos
2% sicks
1% budista
1 % otros

Porcentaje de personas que sonríen cuando uno sonríe: 63%

Combo Mac Pollo con papas y gaseosa(no sirven hamburguesas de carne): 2,5 usd

Costo de trayecto en tren en sleeper class (barata) de 13 horas: 3 USD

Partes de mi cuerpo que no le gusta viajar en India: estómago y coxis

Porcentaje de conductores que disfrutan pitar : 88%

Interés de las personas de 1 a 10 que las calles/campos/sitios afuera de su casa estén limpios y lindos: 0,8

Porcentaje de veces que a uno le cobran más que el precio real por un producto/servicio : 96%

País del mundo para obtener un PHD de cómo viajar solo: India (mi primer viaje solo fue acá en el 2009 y quedé bien entrenado, a la fuerza, pero bien entrenado, mis papás lo sufrieron)

Salió mi maleta, acompañada de muchas cajas de cartón, mucho equipaje empacado en cajas, me fui al counter de taxis prepago del aeropuerto, mi destino la casa de Laura Amaya.

En Bogotá sólo me movía en bicicleta, uno de los muchos beneficios de usarla es que uno se encuentra con personas conocidas en los andenes, para, charla un rato y sigue su camino. Gracias a eso estaba en camino a la casa de Laura. Me encontré con un amigo de la universidad en mi bicicleta en Bogotá, paré lo saludé, le conté de mi viaje y me puso en contacto con ella. Una de mis metas del año pasado era que alguien que estuviera esperando un bus me chocara cinco mientras yo estaba montando bicicleta y nunca se cumplió, nadie me chocó cinco.

Le di la dirección al señor de la cabina prepago de taxis, me cobra un precio, le pago y sigo. Leo el recibo más adelante, el precio no era muy visible, era mucho menor a lo que me había cobrado. Me devuelvo, le pido la diferencia al vivo ese, me la da y sigo al taxi, desde el aeropuerto dándome la bienvenida a la gente viva de este país.

Salí del aeropuerto, ya era de noche, calor y humedad pesada muy típica de mayo en India, me esperan meses de viaje pura calentura y sudor. Me confundí de lado para subirme al taxi ya que manejan al lado inglés rumbo a la casa de Laura.  El aeropuerto se podría considerar un oasis de India, poco representa de su país, salí por una calle buena y pavimentada, unos metros más adelante está la India que tenía en mi cabeza. Camiones y buses con letreros que dicen "Horn please" Carros, motos (obviamente sin cascos), rickshaws, bicicletas, personas, muchas personas, vacas, pitos, muchos pitos, ruido, un olor a exhosto muy típico, murciélagos bien grandes volando, caos. En mi primer viaje acoplarme a India me tomó unos buenos días, esta vez menos. Todo es diferente, nada funciona como uno creería que debería funcionar.

Burocracia pura y dura, les encantan los pasos inútiles, sellos, firmas, procedimientos que se tienen que cumplir. Para cambiar 20 Euros me piden teléfono, dirección, fotocopia de pasaporte, firmar, el trámite se demora 20 minutos. Qué van hacer con esa mano de información... Guardarla de por vida, nada más. Así es prácticamente con todo...

Después de una leve perdida llegué a la casa de Laura, llegar a India es impactante, llegar de noche es más impactante. Hay mucha mucha gente durmiendo en la calle, en Colombia uno ve un par de indigentes, pero acá es muy normal, eso me impresiona mucho, se ven mosquiteros puestos en los andenes con las personas durmiendo adentro, viejos, jóvenes, niños.

Me subo al ascensor, quedé mal acostumbrado con las velocidades de los ascensores se Dubai, se abre la puerta en el octavo piso, timbro, Laura me abre. Que alegría llegar. El apartamento bien lindo, con buena vista, buena vibra y con Laura y tres roommates más. Me estaba esperando con Lora (se llama Laura pero facilita la escritura y entendimiento de uds), pasta y una botella de vino. Nos presentamos, empezamos a charlar y a tomarnos unas copas de vino. Me bañé, son esas bañadas que uno se seca y no se siente seco del todo por tanta humedad que hay.

Abrí mi sofá cama, Laura me dio sábanas, una cobija y a dormir. Estaba bien cansado.

Me levanté temprano, las niñas de la casa ya estaban en camino a sus oficinas, las dos Lauras me propusieron un itinerario de los sitios de Mumbai que no conocía, me alisté sin afanes y salí preparado con cámara y mi buen rollo de papel higiénico.

Mumbai anteriormente Bombay

Mucha influencia portuguesa e inglesa
Mucho más amigable y linda que Delhi
Población: 18 millones
Originalmente eran 7 islas que hoy en día están unidas

Caminar por las calles de Mumbai es toda una experiencia, los indios tienen una forma de mover la cabeza muy particular para decir que si, la mueven como diciendo que no de lado a lado, me trae muy buenos recuerdos ese movimiento de cabeza. Varias mujeres con sus coloridos saris, su tercer ojo bien pintado o pegado, todo tipo de anillos en los dedos de las manos y los pies, aretes largos, pulseras, piercings en la nariz, collares, muchas de ellas con flores frescas, que huelen rico en sus largas colas de caballo, otras musulmanas totalmente tapadas y de negro, con sus manos pintadas con hena.

Los hombres vestidos bien occidentalizados, algunos con un tipo de "falda" corta, o pantalones camisa y pura sandalia. Muchos hombres cogidos de la mano entre ellos como amigos, (a mi me gusta abrazar a mis amigos), acá la homosexualidad es ilegal, pero se ve mucho afecto entre hombres.

Las calles son sucias, hay mucha basura, es bien común que la gente tire sus papeles al piso, escupa. Hay muchos olores, inciensos, flores, frescas, sudor local (es de los que menos me incomoda), a cañería, a pipí, basura, a letrina sucia, una mezcla de olores que los reviví perfectamente de mi primer viaje a este país, una mezcla de olores intensos que asocio con este país y me trae recuerdos, muy buenos recuerdos. Viajar en India hace que todos los sentidos estén mandando muchos impulsos al cerebro cada segundo, buenos y malos, constantemente. Todo el cuerpo se percata que está en India.

Tenía que ir hacia el tren para ir a mi primera parada, Dhobi Ghat, me fui caminando al lado de la calle, acá el respeto por el peatón es nulo. Tuve que hacer una fila, decirle a la señorita a que estación iba a ir, comprar mi tiquete e ir a buscar mi tren. Llegó el tren, es toda una experiencia estos trenes, nada de puertas, la gente se tira antes de que pare, si el metro del Cairo me impresionó por lo lleno y atarbanes, lo podríamos considerar Estocolmo comparado a lo que es esto. Ley del más fuerte, se meten porque se meten al vagón sin que les importe nada. Hay anuncios que porfavor no se suban al techo del tren para viajar, es un caos, que una vez uno aclimatizado con el país, empieza a disfrutar.

Esperé un rato a que la hora pico pasara, me subí a uno no tan lleno, nada más rico que sacar todo el cuerpo por la puerta del tren mientras este anda, aire no muy puro pasa sobre la cara de uno, un sentimiento muy rico que me alegraría mis mañanas si viviera acá. La montada en tren en ese país es obligatoria, es toda una experiencia. Mucha basura, es bien común ver a gente haciendo popó acurrucados, parados sobre la carrilera del tren que les sirve de escalón, se le ve en pipí a los señores acurrucados si están mirando hacia el tren. Gente con sus carpas (pedazo de plástico formando un techo) al lado de la carrilera donde viven, gente cultivando, limpiando sus cultivos, eso si es mucha creatividad, mucha vida asociada a los trenes en este país.

Llegué a mi estación, famoso sitio por la lavandería hecho a mano, desde la estación se ve toda la ropa colgada, me fui caminando hacia la ropa. Hay un puente desde el que uno puede ver una imagen semi global del sitio. Se me acerca una mendiga niña, de unos 10 años. Son bien comunes en las ciudades grandes, hacen la seña de comer con la mano. Hacen algo que me incómoda en el alma, me cogen, me halan. Que me halen los vendedores o mendigos me pone de muy mal genio, entiendo que acá el espacio personal es muy reducido pero que no me halen.

Bajé hasta el sitio, desde afuera empieza a oler a detergente, entré sin pagar nada. Empecé a caminarme el sitio, hombres lavando la ropa a mano, se meten en unas mini piscinas llenas de agua, una piedra que usan para pegarle y restregar la ropa, es un sonido que nunca había oído, el sonido de la ropa mojada contra la piedra. Ese es su trabajo de todos los días, increíble que sea más barato tener a un ser humano haciendo este trabajo manual que poner una lavadora para hacerlo. En India se ve todo tipo de trabajos que uno nunca creería que existen. Saqué mi cámara, a todos se le abren los ojos, para muchos un turista acá es una bolsa de plata y hay que exprimirla. Me empiezan a pedir plata por las fotos. No me gustan las fotos por las que tengo que pagar, creo que son medio falsas. Guardé mi cámara y seguí. Veo un grupo de tres chiquitos jugando, me piden que les tome fotos, se emocionan mucho con sus fotos.

Uno me pedía rupias (la moneda local) el papá lo regañaba, que no me pidiera plata. Ellos fueron mis guías de la lavandería, me llevaban por todos los recovecos, me enseñaban como eran las técnicas de lavado. Me quedé mucho más tiempo del esperado, lavan, secan en tendidos, planchan con planchas calentadas por carbón, todo un proceso industrial impulsado por humanos.

Seguí mi tour diseñado por Laura, otra vez para el tren, esta vez mucho más desocupado, hacia otra estación. El calor y humedad en esta temporada en Mumbai es bien fuerte, siempre estoy sudando, y bastante. Tenía que caminar bastante, pasé por la mansión más cara del mundo, la casa de Ambani, el indio más rico del país, tiene un costo de USD 1,000 millones, una cifra que es difícil de imaginar. Es un monstruo de edificio de 27 pisos donde viven 3 personas, el papá, la mamá y el hijo, me imagino que varios empleados deben dormir también ahí. Loco que al lado de esta casa de estas dimensiones económicas, cientos de personas duerman en el piso de la calle porque no tienen donde dormir...

En las calles están las vacas, con su tercer ojo bien pintado también, sagradas, algunas gordas, con buena vida, mis cáscaras de bananos siempre van para ellas, tienen a sus propietarias al lado con pasto para vender. La gente compra un poco de pasto, se lo dan de comer a las vacas, le tocan la cabeza, cierran los ojos, rezan, le piden a la vaca sagrada sus deseos. Son acciones que me impactaron la primera vez y me siguen impactando. El mundo, su gente y sus creencias.

Otro cuento que me impacta mucho son las castas de este país, las castas son un rango social que la gente adquiere al nacer, los matrimonios deben ser entre personas de la misma casta. La casta más baja es la de los intocables. Personas que tienen los trabajos más incómodos, como limpiadores de letrinas, limpiadores de letrinas en India... Es muy diferente limpiar una letrina en India a una letrina en Irán.

Hace años, los intocables no podían salir de sus casas de día, las personas de castas superiores, no los deberían tocar, de ahí viene su nombre. En las ciudades grandes ya no es muy común, pero en los pueblos todavía se puede ver esto. La única forma de dejar de ser un intocable es "portarse" bien en esta vida para que en la siguiente, reencarne en una casta superior, desde mi punto de vista lo llamaría manipulación de por vida.

En mi viaje a la India, en el 2008, varias experiencias como esta, la forma de vivir, de ver la vida esperando a la siguiente, hizo que me cuestionara mucho sobre esta y todas las religiones, con el nombre que sea. Las diferentes historias de dioses, de poderes, de guerras, las diferentes explicaciones del origen de la humanidad y como los humanos deberían vivir. Varias historias, que así quisiera, no podía creer, no le veía nada de lógica, más que una excelente forma de controlar a la gente. Si nacen siendo intocables crean que así es la vida, que si reencarnan depronto en la otra vida les toca algo mejor, pero en esta no fue... Otro tema que no entiendo es la limosna. Que los templos religiosos pidan limosna, a gente que no tiene con qué comer, que por sus creencias, lleven parte de su ingresos a su templo... La mezcla de todo esto y mucho más fue lo que me hizo alejarme totalmente de la religión con la que fui criado. Cada religión con sus diferentes historias y creencias. El mundo, su gente y sus creencias.

Uno de los grandes beneficios del induismo y sus vacas sagradas, es la presión de los humanos sobre el medio ambiente. Imagínense a 1,000 millones de personas comiendo carne todos los días, sería casi fatal para nuestro planeta, la cantidad de tierra que se necesitaría, aún así yo sigo comiendo carne casi todos los días, irónico...

Retomando a Tonja, la belga que conocí en Egipto, sobre los beneficios de las religiones. Tienen un efecto de esperanza para un gran porcentaje del mundo que no tiene muchas oportunidades ni beneficios, y en un país de la dimensiones de India mantiene a gran parte de la población "tranquila" esperando a su siguiente vida...

Seguí mi camino, tomando agua tibia de mi botella de agua, es algo que asoció mucho con mis viajes a la India, el otro también fue en esta época y el agua de mi botella siempre estaba tibia. Como todo, uno se termina acostumbrando. Me fui a unos parques muy lindos, en el camino vendedores de pescado, muchos tiburones bebés, para que la gente coma. Subiendo están las Torres del silencio, unas Torres donde los parsi ponen los cuerpos de sus parientes una vez mueren para que sean comidos por los buitres. En vez de enterrarlos este es su ritual ya que consideran el cadáver humano como impuro que contaminaría fuego y tierra. Suena impactante pero eso era lo que pasaba con nuestros antepasados antes que nos creciera tanto el cerebro. (Para los que creemos en la evolución)

En la cima de una montaña, había buen viento, árboles, pocos pitos, buen sitio para sentarme, relajarme. Me senté en una banca donde llegaba el viento, me puse a escribir, me quedé un buen tiempo ahí, la gente me miraba, unos chiquitos se me acercan, me preguntan mi nombre, si estoy casado, pregunta muy común acá.

Me monté en un taxi, acá toca pedir que sea siempre con taxímetro para que no le cobren precios de extranjero, muchos dicen que está dañado. Me llevó hasta la zona donde me había quedado en mi estadía en Mumbai. Durante el recorrido, pitaba, eructaba, cantaba los versos del Corán, manejaba como un loco, en un casi estrellón le digo "holy cow" un dicho en inglés que me di cuenta que en este país tiene mucho sentido.

Llegué a Colaba, es una zona con mucha arquitectura inglesa, empiezo a reconocer las calles de mi viaje anterior, buses de dos pisos. Hay una especie de malecón, fotógrafos vendiendo la foto instantánea, familias indias posando sin sonreír para la foto. Varias embarcaciones y basura flotando en el mar, poca o ninguna pareja enamorada demostrando su amor, es ilegal darse besos acá, tiene una multa de 500 rupias (USD 8).

Hay un arco muy imponente, Gateaway of India, donde llegaban los barcos ingleses con sus "ilustres" pasajeros. Carruajes con caballos y turistas locales y extranjeros montados, por las noches los prenden, muchos bombillos de colores alumbrando la carroza, parecen los carruajes del show nocturno de Disney, guardando proporciones.

También está el hotel más tradicional de la ciudad, el Taj Mahal Hotel, una construcción inglesa grande e imponente al frente del mar, tiene varios pájaros volando alrededor, 560 habitaciones de puro lujo y baños espectaculares en el lobby. Baños que en mi última estadía en la ciudad eran los que usaba para mis necesidades diarias. Era hora de volver a usarlos, poner la mejor cara, actuar como todo un huésped de tan importarte hotel, caminar recto con elegancia y entrar. Lo que más aporta es el color mío. Acá el hecho de ser blanco abre muchas puertas, sobre todo de hoteles lujosos.

Entré sin problema, directo al baño, que buenos recuerdos los de ese baño, es algo que toca vivir en un viaje a Mumbai, sobre todo si uno se esta quedando en una ratonera (que era mi casó la vez pasada). Huele a ambientador de cítrico de limón, baños amplios, obviamente con tasa y no letrina. Flores frescas adornando el impecable baño, dos hombres adentro encargados de abrirle la llave a uno y secarle las manos. Es un digno trabajo para los señores, así me sienta mal que me abran la llave para lavarme las manos... Así es la vida acá.

Ahora tenía un reto más grande, entrar a la piscina, ese es mas retador que el baño, mejor postura de huésped, para adentro, con propiedad, coger una toalla, ponerla sobre una asoleadora, acostarse y a disfrutar. Tuve éxito, me traían botellas de agua gratis de vez en cuando para hidratarme mientras me relajaba y escribía con una de las vistas más exclusivas de la ciudad. Me quedé unas buenas horas ahí.

Empezó a atardecer, salí del hotel, esa noche tenía una comida con Laura y sus amigos pero nada que me llamaban. Ya tenía hambre, me metí a un restaurante con gente adentro, me senté en una mesa solo. El mesero me dice que me tengo que mover para una mesa compartida para no usar cuatro puestos. Me llevó a otro puesto donde estaba sentado otro indio. Ahí conocí a Bryan. Un indio de 20 años que da clases de música a domicilio en su moto, nos pusimos hablar, me dijo que tenía su moto ahí parqueada que si quería me podía llevar a pasear en su moto por Mumbai. Cuando pagó la cuenta dejó propina. Mi análisis, un atracador nunca dejaría propina. Hice mi test de seguridad, pasó la prueba, tenía una buena vibra y acepté.

Fue al parqueadero, me recogió en su moto amarilla, bien poderosa para lo que sé de motos que es nulo. Empezó el tour, Bryan estaba emocionado, me quería mostrar su ciudad, me llevó al malecón, obviamente yo sin casco, le gustaba la velocidad, a mi también pero no en calles indias, sin casco, y con el manejado indio. Apretaba las piernas como un caballo, le dije que podíamos ir más despacio, un hueco y ahí quedaba yo. La velocidad del tour disminuyó. Rico sentir aire de la moto en la cara, lo único es que en Mumbai el aire no es que sea muy puro. Estuvimos un buen tiempo recorriendo la ciudad,  me llevó a comer Pan Puri, una comida típica de acá.

Un stand en una playa llena de kioscos, varía gente, me pasan el pedido en un pedazo de papel periódico que usan muy comúnmente como plato, el vendedor obviamente no diferencia manos entre plata/comida/rascarse la cabeza, todo con la misma. El Pan puri tiene una mezcla de sabores bien particular pero rico. En ese momento mi estómago empezó a tener problemas con el país... Día 1 y mi estómago ya flaqueando...

Laura me llamó, ya teníamos planes, Bryan me llevó hasta donde estaba ella, nos despedimos, le di las gracias y se fue. Laura me da una gran gran noticia. Ella y Lora tenían planeado ir a un parque nacional en el sur de India a un hotel espectacular en busca de tigres y leopardos salvajes en dos días.

Era una hospedada de cortesía para ellas, no se tenía que pagar nada, sólo los safaris que quisieran. Laura llamó al hotel, le dijeron que podían poner una cama extra para mi sin problema. Tenía nuevos planes, irme de Safari, con las Lauras, a un hotel estilo africano de pura comodidad, si señores. La vida sonriéndole a uno, bien amenudo en este viaje. Personas y oportunidades que se la aparecen a uno. Al instante, compré tíquete en el mismo vuelo que ellas rumbo sur. Coincidía perfecto con mis planes, en mi primer viaje a India estuve por el norte, en esta ocasión sería por el sur.

Fuimos a comer con otros amigos ingleses de Laura a un restaurante muy elegante de la ciudad, aire acondicionado, servilletas de tela, vino, delicioso pulpo..., música de fondo, meseros bien arreglados. Muy buena comida y sesión de charla. A la hora de pagar, Laura me invitó, muy querida, de bienvenida a la India. Después de tres botellas de vino entre siete comensales a dormir. Llegamos como a media noche a la casa, a esa hora había muchas más personas durmiendo en la calle que la noche anterior.

Era mi último día en Mumbai, por la mañana me la tomé relajado, ni me di cuenta a la hora que las niñas salieron de lo dormido que estaba. Laura me hizo unos mapas muy profesionales para mi segundo día de tour, con varios colores, guía, puntos de interés y atajos. Ella será la encargada de los mapas de Vaová. Ducha acompañada de música de mundial que oía en Dubai. Me tomé toda la mañana, me fui almorzar con Laura a su oficina Dabbawala.

Es un almuerzo que lo preparan señoras en sus casas y los envían con un sistema de "relevos" por Mumbai, de la casa al tren, del tren a la bicicleta, de la bicicleta al comensal se estima que diariamente se venden 180,000 almuerzos movidos por 5,000 personas. Dicen que hay menos de un error por cada 6 millones de pedidos. Seguí las instrucciones para llegar a la oficina de ella, ya me sé mover por los trenes de Mumbai, después de una hora llegué, una zona llena de árboles, arquitectura inglesa bien chévere. Es increíble como muchas edificaciones se ven feas y dejadas por fuera, uno entra, abren la puerta y es algo que uno nunca se imaginaría, poca relación entre lo que uno ve por fuera y lo que es por dentro.

Por la tarde tenía una agenda apretada, le había escrito a mis amigos indios que conocí en Turquía y me organizaron una buena tarde. Shloc, pasó a recogerme, una hora más tarde de la hora acordada en el centro, en su carro nuevo con aire acondicionado manejando a máxima velocidad, muy play. Una pequeño figura de  Ganesha (el dios con cabeza de elefante) está como amuleto en el carro, (casi todos los carros lo tienen). Nos saludamos, ahora empezó mi tour en carro, muy emocionante volverse a encontrar con viajeros que uno conoce en otros países. Shloc es un indio de clase alta muy viajado que se va a estudiar en Londres, muy interesante ver su punto de vista de su país. Le impresionó que me hubiera subido al tren de Mumbai, él nunca en su vida lo ha usado, como algunos amigos míos que nunca han montado en Transmilenio ni bus público en Bogotá. Seguimos el recorrido con buen aire acondicionado, música de lounge de fondo hablando de India.

Fuimos a varios sitios chéveres, diferentes a los que me mostró Bryan en su moto. Las diferentes caras de una ciudad/país dependiendo como uno y con quien lo vea. Shloc tenía sesión de gimnasio, mientras tanto le dije que me iba al mercado del pescado, estaba impresionado con que quisiera ver el mercado que huele feo. Me dejó cerca y me fui al mercado.

Caminé por toda la costa y playa de Mumbai, dan ganas de todo menos de meterse por la cantidad de basura que tiene. Hay un par de enamorados cometiendo crímenes de amor, dándose besos esperando que los policías no los vean, según Shloc esa ley hace que los niveles de violación se reduzcan, ya que muchos violadores se pueden excitar, viendo eso...

Finalmente llegué al mercado de pescado, estaba a media marcha, con el típico olor a pescado, pero no picho, puro mercado de pescado, un techo, garzas esperando un bocado y un par de gatos caminando. La gente especialmente amigable, les tomaba fotos, se las mostraba, sonreían, nulo inglés por parte de ellos. Una vendedora muy sonriente sacaba tiburones pequeños, eso me impacta, pero acá lo difícil es alimentar a esta cantidad de personas que supera cualquier pensamiento de conservación, ni les interesa ni piensan en conservar nada...

Seguí mi camino, afuera del mercado quedaba un mercado de cosas varias, todo muy colorido, saris, flores, frutas, había una señora vendiendo verduras muy sonriente, sari amarillo, pelo pintado anaranjado, muy tierna. Le pedí si le podía tomar una foto, me sonrió, le tome la foto, se la mostré, estaba muy contenta, me quedé más tiempo de lo normal ahí sentado con ella. En un momento se para, me lleva de la mano a una caseta cercana de té chai (acá toman té como un tinto colombiano), pide uno me lo da, yo le digo que se pida otra para ella que yo la invito. No aceptó, ella me estaba invitando a un té a mi. Así o más divina, una vendedora de verduras India invitándome a un té, momentos que le alegran la vida a uno. Muy especial, me lo tomé, siempre lo sirven hirviendo, me quemo la lengua con mucha facilidad, este tenía más cardamomo de lo normal. Era mi primer chai del viaje, el té no me gusta mucho pero el chai indio si, e invitado por la vendedora de verduras, cómo no, ella volvió a su negocio.

Al lado de esta caseta había un cuarto con unos hombres jugando carrom, un juego típico de la India que es como un billar pull de mesa. Consiste en meter unas fichas redondas en diferentes huecos que están en las esquinas del tablero. El ambiente era muy particular, 10 hombres sentados alrededor de 2 mesas, fumando y sudando. Todos tenían muchas gotas de sudor en su cara, una vez entré yo era el que más sudaba. Las temperaturas en esta época pueden pasar los 40 grados. Me tenía que limpiar las gotas de sudor de los ojos, mucho sudor.

Me enseñaron a jugar, no tuve un buen debut, tengo que seguir practicando, se me acababa el tiempo, tenía mi siguiente plan en la agenda con mis amigos indios, ir a ver la obra de teatro de uno de ellos. Me iba a ir con Schloc, él ya había acabado su sesión de gimnasio, quedamos en encontrarnos en su casa para que se bañara y salir.

Al lado de la casa de Schloc queda una iglesia católica que tiene varios letreros diciendo "favor no quitarse los zapatos para entrar a la iglesia" ya que en muchas religiones toca quitarse los zapatos la gente se confunde...

Llegó Schloc en su carro blanco, entramos, un conjunto muy lujoso, Mercedes, BMW parqueados con sus conductores adentro, es uno de los barrios de la clase alta de Mumbai. Piso 8, timbra, abre la puerta el empleado (acá el trabajo doméstico casi siempre es hecho por hombres y no por mujeres). Entra sin decir nada, sin saludar, yo saludo al empleado y sigo. (Acá no es muy común la cultura de la cordialidad, dar las gracias etc etc) El apartamento muy lindo, tiene vista al mar directo, entra buen viento marino por la ventana de Schloc, Schloc se baña, se viste y arrancamos. Anocheció, todas las banderas del país también se van a descansar, ya que por la noche no puede haber banderas trabajando en India.

La obra era a las 7:30 PM, salimos de la casa a las 7:40 PM nos faltaban 40 minutos de camino... La puntualidad India es peor que la colombiana, cuando lo llamaban, se estaba metiendo a la ducha y decía "estoy ya montado en el carro". Laura me decía que para las reuniones con sus clientes era bien común esperar horas...

Nos fuimos con buena música de lounge y aire acondicionado sobre el sea link, una "circunvalar" que hicieron sobre el mar para aliviar un poco los trancones de la ciudad, toca pagar un peaje cada vez que uno la usa. La vista de noche desde esta calle a la ciudad es bien linda. Llegamos una hora tarde al show, ya era hora el intermedio, sale Pratik, mi amigo actor emocionado, nos abrazamos de saludo, me pregunta sí me había gustado su actuación... Le dije que acababa de llegar, su cara de felicidad pasó a cara de decepción... Regañó a Schloc por haber llegado tan tarde, él ya no volvía a aparecer en la obra.

Acá ya estábamos todos los del combo de Turquía, me impresiona como se ven de diferentes, acá están en su ciudad, con su closet y demás comodidades, mi amiga India en su carro, con el pelo perfecto, su reloj, sus joyas, a la última moda de Mumbai, todos impecables, afeitados. Schloc estaba preocupado por que su camisa era gris y se le iba a ver un mapa de sudor si no entrábamos al aire acondicionado. Todos se la montaban con lo "guerrero y descomplicado" que era durante su viaje de 4 meses por el mundo.

Están totalmente diferentes a lo que yo los conocí, yo sí seguía con mi misma pinta, con la que llevo 130 días... Increíble como se transforman y se empiezan a preocupar por cosas que no tienen nada de relevancia cuando uno está viajando, Pratik hacia mucho énfasis que acá tienen mucha gente conocida y por eso Schloc se preocupaba por verse siempre impecable... Esto me puso a pensar mucho.

De la obra nos fuimos a comer comida India, muchos sabores diferentes a los que estoy acostumbrado, siempre pido con poco o nada de picante y casi siempre me pico. Fuimos a tomarnos unas cervezas a una bar de música occidental con música bien duro y mucha vibra física, todo vibraba con la música, no sólo uno sino las mesas, sillas todo. Mucha vibración, nos quedamos charlando un buen rato de la vida, era ya mi despedida de Mumbai por esta ocasión, muy buena energía y que mejor forma que despedirme de Mumbai y de ellos.

Me llevaron a mi casa a las 2:30 AM, me quedaba hora y media de sueño ya que teníamos que salir al aeropuerto a las 4:30 AM hacia el sur, juventud divino tesoro...

Ya me voy medio acoplando a este gran país, se me vienen safaris en busca de los gatos salvajes de India, leopardos y tigres,

Los quiero,

CHB




































1 comentario:

  1. Hola!
    me ha gustado leer este relato y las fotos, gracias. Muy interesante tu blog.
    Suerte y saludos!

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