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Mama Chungu, Tanzania 2009

viernes, 4 de julio de 2014

En busca de tigres, leopardos y pavos reales salvajes, Nagarahole​-India


Fotos al final,

Dura levantada, todavía tenía los ojos inflamados de una hora y medio de sueño, no es suficiente para mi. Normalmente duermo ocho horas al día, si que me daban duro las trasnochadas de estudio universitario. Salimos a las 4:30 AM rumbo al aeropuerto. Me quedo con la estación de buses cualquier pueblo colombiano, a un aeropuerto nacional en India, la gente se cuela no hace la fila, empujan es un caos total.

Nosotros muy juiciosos y civilizados haciendo fila como debería ser, después de larga espera llegamos al counter, en esas, un indio que había acabado de llegar, se nos pone al frente ultra colándose y le da su carnet de identidad a la niña del counter.

Persona a la que uno nunca se le debe colar: Laura Amaya

Quien dijo miedo, Laura se pone bien brava, le dice al tipo que respete, alega con las manos, le dice que nosotros madrugamos y llevamos esperando mucho tiempo, que haga la fila. El tipo la mira raro, me mira a mi y se va hacer su fila. Muy buena la actitud de Laura frente a estas situaciones, le puso los puntos sobre las íes a este indio, se ganó sus buenas felicitaciones de mi parte.

Laura, bogotana, arquitecta, 24 años, políglota, nunca había venido a la India, la contactaron para un trabajo en Mumbai le pareció interesante, se montó en un avión y llegó acá, sin conocer el país ni a ninguna persona, mucha berraca, poca gente haría eso.

Nuestra otra compañera de viaje, Lora, inglesa, trabaja para una revista en Mumbai, 27 años, conoce África bastante bien, tenemos gustos viajeros muy similares y buenas charlas. Se pondría muy triste si en la pedida de mano para su matrimonio el hombre no se arrodillaría. Detalles culturales que me alegran mi vida. Nunca había contemplado arrodillarmegrw para pedir matrimo.

Idioma oficial de las conversaciones: inglés (poco practiqué mi español colombiano)

Después de varios procedimientos de seguridad, sellos en el pasabordo, pasos de más de los que gustan acá, entramos al avión. Todos estábamos bien bajos de sueño. Dormida de absolutamente todo el vuelo, llegada después de una hora y media a Bengaluru, una ciudad muy importante al sur de la India muy conocida por todo lo relacionado con tecnología lo llaman el sillicon Valley de Asia.

Afuera del aeropuerto había un cartel con el nombre de Lora, pocas veces alguien tiene un letrero en un aeropuerto esperando por mi. Nos subimos las taxi, 7 horas con aire acondicionado muy cómodos rumbo
a Nagarahole National Park.

Muchas personas por todas partes, muchos tienen los dientes medio rojos o cafés por mascar paan una preparación de una nuez y tabaco que es estimulante y psicoactiva que se comen y les da energía, una vez se "acaba" el sabor lo escupen. Pareciera que estuvieran escupiendo sangre, escupir es bien bien común, sin importar el sexo. Hay muchos letreros se prohibido escupir en varios sitios que nadie respeta.

Las carreteras medio amplias, Laura se da cuenta que los letreros no están escritos en indú sino en kannada el idioma local. Es bien común estos cambios de idioma dentro del país. Los ingleses usaron el inglés para "unificar" el país que después de unos años usaron para "unirse" y luchar por su independencia.

El clima perfecto, cero húmedo un clima "templado/caliente" para términos colombianos. Todo muy verde, muchas acacias florecidas anaranjadas poniéndole bastante color al paisaje, todo tipo de cultivos, búfalos pasteando, mujeres caminando con sus timbos de agua en la cabeza, tractores halando remolques cargados de gente parada, donde no cabría ni media persona más. Nosotros con aire acondicionado bien cómodos charlando de la vida. Soy una persona muy muy privilegiada.

Dormimos mucho, varios trancones, después de varias horas llegamos a nuestro hotel. El manager, un inglés de 28 años. Trabajaba en Los Ángeles, se ganó una lotería de 10,000 usd y decidió venirse a viajar por 6 meses a la India, conoció al dueño del hotel y se quedó. Nos hizo el tour del hotel, hay varias fotos de leopardos y tigres tomadas por el dueño, le pone emoción a la situación. Paraíso absoluto. Son carpas muy bien dotadas tipo campamento africano. Aire puro, piscina de perfecta temperatura mirando a un lago natural, amplia variedad de pájaros practicando su canto, perfectas condiciones para un ser humano.

Nos llevan a nuestro cuarto caminando sobre un camino elevado de madera por el que se comunican todas las carpas, abren la puerta de la carpa, una cama doblé impecablemente blanca con cuatro columnas donde se cuelga el mosquitero, sábanas suaves deliciosas que huelen rico, carta de bienvenida con unos pétalos de flores al lado, balcón con dos sillas y vista al lago. Baño gigante sin puerta, ducha amplia, dos lavamanos de cobre, poca luz, los jabones y cremas están puestos sobre hojas de árboles naturales, toallas y batas de baño blancas esperando para ser usadas. Que más le puede pedir uno a la vida.

Al frente de la cama doble estaba la tercera cama, mismas sábanas, sin mosquitero. Las niñas insistían que durmiera en la mitad de ellas dos en la cama doble para que los mosquitos no me picaran, yo nunca acepté tan interesante invitación. Empezó a anochecer, los pájaros dejaron de cantar para cederle el turno a los grillos, ranas y demás animales nocturnos. El calor se fue y las niñas venían preparadas para puro calor, por ende no trajeron nada de ropa abrigada. Desde ese momento todos usábamos mi ropa, medias, zapatos, pantalones, camisetas, sacos, chaquetas incluso sandalias. Afortunadamente todo venía bien limpio oliendo a rosas de la casa de Marielita en Dubai.

Era hora de la piscina, nos pusimos los vestidos de baño y para el agua. El agua tibia perfecta, muchas nubes y poco sol. Lora y yo nos metimos, empezó a llover, es bien rico nadar mientras llueve, se ven y oyen las gotas caer, apenas una gota de lluvia cae, otra gota de la piscina rebota en el agua, me quedé mirándolo un buen tiempo, me estaba hundiendo mucho, paré de botar burbujas de mi respirada mientras estaba abajo, el sonido del agua lluvia caer es algo que nunca me había dado cuenta, le conté a Lora, los dos nos hundíamos sin respirar para oír el agua caer, absolutamente relajante.

Comida muy local, picante y rica, velas prendidas sobre las mesas, luz baja, empieza a sonar una guitarra, entra el manager tocándola, dice en voz gruesa "good evening". Comimos bajo la luz de las velas mientras el manager tocaba su guitarra y las ranas cantaban. Llegó la hora de dormir, seguía lloviendo, el camino de madera estaba todo iluminado con lámparas con fuego adentro en el piso, absolutamente espectacular, entramos a la carpa y a dormir bajo el sonido de las gotas y ranas.

Nos levantan con café y té chai a las 5:45 AM, para recordar mis safaris africanos les puse a las niñas la canción el rey león, nada mejor que despertase con esa canción para un Safari. Empezaba a amanecer, nos fuimos caminando hasta nuestro carro descapotado de Safari. Por regulaciones del gobierno hay limitaciones en el número de carros para entrar al parque. Por ende íbamos con mas personas en el carro. Entramos al parque, hay anuncios que dicen bienvenidos a Nagarahole tiger reserve. En India quedan cerca de 1,000 tigres en estado salvaje, no me cabe en la cabeza que todavía usen esos animales para saltar sobre arcos de fuego en circos alrededor del mundo, un atropello total contra estos animales.

Un carro de Safari (ya todos en este punto deben saber que significa Safari en Swahili y su origen) es de los sitios más emocionantes para yo estar en el mundo. Hay mucha expectativa por ver vida salvaje, en este caso tigres de bengala, leopardos, elefantes asiáticos y demás animales en su estado natural. El conductor hizo todo el papeleo, se subió, ya estábamos adentro del parque, letreros de alerta por elefantes cruzando la calle en la entrada.

Ya estaba amaneciendo, buena neblina en el ambiente, los rayos del sol se veían entrar por los árboles, entre la neblina, ambiente perfecto. Primer Safari de Laura. Tener a "vírgenes" de Safari aumentan la buena energía del grupo. Aire puro en India, cosa que no es muy fácil de conseguir en este país. Respiraba profundo, muy buena sensación. Muchos árboles, todo muy verde, un par de mariposas volando en tierra de tigres, muchos pájaros de todo tipo y tamaño volando, cantando, viviendo. Nosotros estábamos visitándolos, seguimos nuestro camino, empiezan a aparecer venados con puntos blancos, el macho con sus cuernos bien puestos, su harem de hembras comiendo cerca, perfecto alimento para los felinos que estábamos buscando.

Muy buena variedad de pájaros y mucha diversidad de cantos, mi nuevo lente se portó a las mil maravillas. Seguimos con el paseo, empezamos a ver pavos reales, el pájaro nacional de India. Tienen el color azul más espectacular que uno puede conseguir en la naturaleza, por lo menos de los que yo he visto. Ese pájaro es espectacular, me acuerda mucho a mi abuelo que le gustaban y tenía un par. Se oyen los cantos del pavo, vimos una hembra más adelante, toda café, bien feita. Si Laura fuera pavo real macho le gustarían los otros machos, la diferencia estética de esta especie entre macho y hembra si es bien bien marcada. En uno de los palacios del jeque de Dubai hay más de 2,000 pavos reales. Nos quedamos un rato mirándolo, empezó a volar hacia otro árbol y se fue. Pavos reales haciendo una demostración de vuelo a nosotros en su casa...

Varios pájaros carpinteros con su cresta bien roja sobre su cabeza martillando varios árboles, imposible no pensar en la canción en honor a este gran pájaro. Parábamos constantemente para ver todo tipo de pájaros, es un estado perfecto. No teníamos ningún guía interesado en guiarnos, es bien importante tener uno para aprender sobre el ecosistema y lo que estuviéramos viendo. El paseo siguió, el conductor para, miramos al piso, huellas frescas de tigre, un tigre había pasado recientemente por ahí. Es estar cerca al tigre. Seguimos las huellas con mucha expectativa, nunca llegamos al tigre.

Fuimos a un punto con una buena vista a un lago bien grande, había un grupo de 6 elefantes asiáticos quietos, es la primera vez que veo elefantes asiáticos en su estado salvaje. No hay nada mejor que eso. Los elefantes asiáticos tienen las orejas más pequeñas que los africanos y son menos agresivos.  Sus orejas son una excelente técnica de enfriamiento de la sangre ya que están llenas de venas, la sangre al pasar por ahí se "refrigera" naturalmente. Lastimosamente por estas características de nobleza son los elefantes que usan principalmente para los circos.

Nos contaban que hace unos años la población de elefantes en el parque era mucho más alta, resulta que el bambú florece cada 50 años aproximadamente, una vez florecido se muere y después vuelve a nacer. Hace un par de años floreció, por ende se murió, los elefantes se fueron a otro lugar ya que para ellos el bambú es muy importante. En China tienen el mismo problema los pandas.

Se nos acabó el Safari mañanero, de grandes gatos nos quedamos con su huella, eso es lo más cercano de ver un tigre que he estado, hace un par de años en el sur de Nepal fue lo mismo sólo la huella..., el gobierno tiene muy controladas las horas y números de los carros que permite un ambiente más "natural" para los animales residentes.

Desayuno en el hotel, siesta larga de desayuno, estábamos cansados, me gustan las siestas de desayuno. Bañada con música en ese baño, una delicia, me puse la pantaloneta y a nadar, nadada con el lago al frente y clima perfecto, almorzamos bien indio y para nuestro Safari en lancha. En camino a la lancha mi barriga manda varios mensajes de tener que expulsar todo lo que tiene adentro de inmediato, es bien común esos impulsos en este país. Esos mensajes para mi se traduce en unos retorcijones tremendos, sudor, dolor, necesitaba un baño si o si. En esos casos no puedo esperar, a los pocos minutos llegamos cerca al,barco y pude correr a una letrina, descanso absoluto y la felicidad volvió a mi. Menos mal no nos habíamos montado a la lancha, me hubiera tenido que meter al río con cocodrilos si me hubiera dado el ataque, si o si.

El Safari desde el agua es otro cuento, uno ve a los animales desde el río, venados, elefantes, un cocodrilo. Todo tipo de pájaros, volando, cantando, pescando, tranquilidad, había muchos niños locales en la lancha que no daba para tranquilidad total. Teníamos un guía que nos mostraba y explicaba algo mínimo de los animales. También se encargaba de sentarnos cuando nos parábamos a ver animales. Desde el río del Safari es poco común ver tigres y leopardos, en este recorrido tampoco fue.

Llegamos a nuestro campamento, Shaz, el dueño del hotel, había llegado de Bangalore, un indio de 26 años, estudió economía en Holanda, se iba a trabajar a un banco en Nueva York. Le pareció buena idea hacer un hotel tipo africano ya que los animales eran su pasión, se lo propuso al papá y hace tres años montaron este campamento, donde él vive y no le puede ir mejor. Apenas llegó saludó de abrazo a sus empleados, los empleados sonreían al verlo.

Sabe mucho sobre felinos, tuvimos una buena conversación sobre gatos, la India y la vida. Conversaciones que le aportan mucho a la vida de uno. No es religioso y nos contaba que inicialmente el induismo nació con un dios, Bhrama. Pero los líderes religiosos en aquel entonces necesitaban una manera de tener más poder, entonces crearon tres dioses más, eso fue pasando con el tiempo los dioses se fueron multiplicando y hoy en día tienen cientos o miles de dioses...

Esa noche se cayó el cielo literal, rayos rosados y blancos cayendo, después sonando, gotas grandes, lluvia muy dura. Pura tormenta tropical del Amazonas o pacífico colombiano, bien larga. Mucha gente dice que las tormentas de este tipo limpia mucho energéticamente el sitio que las recibe. Tratamos de esperar a que escampara, no pasó. Teníamos que ir a nuestro cuarto. Nos prestaron dos sombrillas que no fueron muy útiles. Lora y yo adelante, Laura atrás. Compartir sombrilla tiene mucha ciencia, que sí uno no la sabe los dos terminan bien mojados. Lo único que me importaba era mi cámara. Empezamos a caminar, rayos caían, acompañados de muchas gotas que nos mojaban a nosotros. Laura estaba bien asustada que un rayo nos cayera encima, gritaba, "faster", "walk faster". Llegamos más mojados imposibles a la carpa, dejé todas mis cosas y salí a mojarme.

Quería ver los rayos caer, pocas oportunidades tiene uno de tener una tormenta de este tipo, temperatura perfecta que no le da frío a uno estando mojado, una ducha caliente a menos de 5 metros. Salí, empecé a sentir las gotas caer sobre todo mi cuerpo y mi cara. Si las tormentas limpian energéticamente en el sitio donde caen también tienen que limpiarlo a uno. Me tocaron muy buenos rayos, rayos que iluminan todo, gran cantidad de luz natural, que vienen acompañados de un sonido bien duro, que Corcho Javier, mi perro en Colombia odia.

Me quedé un par de minutos ahí, abría la boca mirando hacia arriba,  como cuando era chiquito o como los niños en Luxor con el par de gotas que cayeron cuando yo estaba allá, o pedí... Varias gotas cayeron adentro de mi boca, me dio frío, suficientes gotas, rayos y truenos. Para adentro, ducha caliente, larga y a dormir bajo el sonido de la lluvia.

Levantada con "the Circle of life" para no perder la costumbre, a Laura si que le da duro la madrugada, fuimos directo al carro. Shaz sería el guía del Safari de la mañana. Iba acompañado de una cámara de casi un metro de largo, es todo un fotógrafo, tiene unas fotos espectaculares y me dio un mini curso antes de arrancar.

Entramos al parque, nos da instrucciones para aumentar las probabilidades de ver leopardos o tigres. La más importante estar callados todo el tiempo.

Un Safari con Shaz parece una película de suspenso, todo el mundo callado, Shaz se para afuera del carro, binóculos en mano oyendo los llamados de los micos y los venados que son los nuestros mejores aliados para localizar leopardos y tigres. Es un momento de mucha expectativa, esperando el llamado que ya estoy empezando a reconocer. La dinámica es muy parecida a los safaris nocturnos en África. No había llamados. El carro andaba bajo las instrucciones de Shaz, todo el mundo callado, los pájaros cantaban, no había ni medio llamado. Todo el mundo con mucha expectativa.

El carro se movía con las señas de la mano de Shaz, hace parar el carro, se baja del techo del carro, oyó un llamado. Decía "estoy 100 % seguro que hay un gato por esta zona, los micos están avisando, confíen en mi y sean pacientes." Las expectativas siguen, los micos hacen estos llamados para alertar a los de su manada de peligro y de paso a nosotros para encontrar a los grandes felinos. Shaz señala, dice leopardo, un leopardo sale caminando por las matas, con sus típicos puntos negros, mucha emoción en el grupo. Caminaba como nervioso, paró en un charco, tomó agua y siguió hasta desaparecer entre las matas. Acabábamos de ver un leopardo salvaje en India, momentos de mucha felicidad. Shaz nunca había visto este leopardo antes, contaba que estaba en territorio de un leopardo alfa que si lo veía el alfa lo mataría por estar en su territorio.

Que diferencia tener de guía a Shaz a los otros que tuvimos, acá uno ve perfectamente el beneficio de "atendido por su propietario" o el ojo del ganadero engorda en ganado. En este safari recorrimos mucha menos distancia que el primero, pero muchos más enfocados buscando los grandes gatos, teniendo un resultado mucho mejor, todo por el empeño de Shaz.

Moraleja del Safari: no es distancia recorrida sino calidad recorrida. Que aplica para muchas cosas, una de ellas nuestras vidas.

Esa tarde nos íbamos para Mysor, una ciudad al norte del parque. Si nos quedábamos una noche más acá, podríamos hacer el Safari de la tarde con Shaz, para ver si lográbamos ver tigres. Había disponibilidad en otra carpa, cambio de planes, nos quedábamos otro día. Almorzamos, las niñas estaban preocupadas por mi estómago que ya estaba bien.

Arrancamos nuestro segundo Safari rumbo al parque. Nuestro guía de cabecera, Shaaz, que diferencia cuando una persona hace su trabajo con pasión. Por él cambiamos los planes y nos quedamos un día más. Íbamos bastantes en el carro. Más de las personas que quisiera, además había 7 niños muy chiquitos. Para la búsqueda de gatos toca ser muy silencioso, con los niños de esa edad es bien complicado. Había muchas expectativas. La noche anterior había llovido muy fuerte, esta zona tiene muchos huecos que se llenan de agua y son un sitio favorito para los tigres refrescarse y meterse un chapuzón.

Misma dinámica que el Safari de la mañana. El carro andaba bajo las instrucciones de Shaz, todo el mundo callado, los pájaros cantaban, no había ni medio llamado.

Pocos venados por esta zona, pájaros carpinteros martillando, pavos reales caminando, mariposas coloridas volando. Clima perfecto, aire puro entrando a nuestros pulmones, el sol en camino a despedirse. Shaz hace parar el carro, esos momentos son muy importantes. Señala el piso, huellas frescas de tigre, no un par, muchas. Se baja, las toca, las analiza son muy recientes, habían pasado por acá hace menos de dos horas. Son momentos muy muy emocionantes, uno sólo piensa en poder ver al tigre de bengala. Seguimos las huellas hasta un punto donde se meten por un sitio donde no hay carretera y el carro no está autorizado a seguir.

Intersección, punto donde el carro de apaga, Shaz asoma su cabeza, con las orejas bien puestas en busca de los llamados de nuestros aliados. Ningún llamado, seguimos, los ánimos se ponen medio bajos, ya era nuestro último Safari, hay mucha expectativa. Pasamos por un par de elefantes comiendo, en este punto los elefantes pasan a un segundo plano. El carro sigue andando, todos muy pendientes. Los niños no podían ser más juiciosos y callados. Compañeros perfectos para Safari. Poca vida animal en esta zona, ya no había ni media huella.

Shaz hace parar el carro, todo el mundo callado, la naturaleza cantando, se oye un llamado de nuestro aliado el mico. El conductor acelera en dirección al llamado. Todo el mundo con sus ánimos y cámaras listas para ver un gran felino. Llegamos al sitio del llamado, seguían llamando. El llamado pasó de un mico, al llamado de un tigre. Si señores teníamos un tigre se bengala rugiendo. Un rugido grueso y constante. Yo no podía de la felicidad, levantaba los brazos como ganando un partido de volleyball. Un sonido que nunca en mi vida se me va a olvidar. Laura lo comparaba con el sonido del hielo del Perito Moreno caer, me pareció una gran comparación, ese también es un sonido que me marcó. El señor tigre estaba buscando a una hembra, de paso sirvió para llamarnos a nosotros. Estábamos ya con el carro parado, los rugidos seguían, Shaz dice que él cree que que tiene que pasar por donde estábamos.

Los llamados pararon, los ánimos bajan. El conductor señala, se empieza a mover las matas, unas rayas anaranjadas y negras empiezan a aparecer. El tigre empieza a salir, adrenalina pura, escalofríos, felicidad, satisfacción con mi vida. Mejor estado anímico de la vida. Se siente esa vibra en el ambiente de toda la gente en el carro, respirando, sonriendo, emanando buena energía, viviendo el momento. Tenía un tigre salvaje de 280 kg saliendo de la tupida selva para saludarnos. Uno de los animales más amenazados con extinguirse. Es un momento absolutamente único, nunca había visto un tigre salvaje. Se aleja, el carro se prende, nos acercamos, apagan el carro. Tenemos al tigre muy muy cerca, increible ver a ese animal caminando al frente nuestro en su casa.

La caminada del tigre es muy especial, camina muy imponente, relajado con nosotros, nos ignora, sigue su camino. Pasa por la mitad de un charco, para, se voltea, nos mira, lo miro. Mi corazón no podía estar latiendo más rápido, empiezo a temblar exagerado, mis piernas, mis brazos, mis dedos no paraban de temblar. Satisfacción total, sigue su camino, empieza a rugir buscando a su hembra, no sólo lo vemos sino que lo vemos y oímos rugir. Sigue caminando lento, su cola se mueve lentamente de lado a lado. Empieza a subir una montaña, empieza a bajar, se empieza a desvanecer, se va lentamente hasta que lo dejamos de ver. Me siento, me tenía que sentar, muchas cosas estaban pasando por mi cuerpo. Se me burlaban de mi felicidad, creo que era la persona más feliz o por lo menos la que más lo demostraba del Safari.

Ese es el punto donde una analiza lo que acaba de vivir, agradecer a la vida por esto, por cada momento de poder respirar y vivir. Vivir verdaderamente. Había una muy buena energía en el carro, todo el mundo sonreía, habíamos cumplido nuestra misión. Nuestra cita con el tigre se había cumplido. Los rugidos siguieron a lo lejos, tratamos de seguirle el rastro pero no lo volvimos a ver. Ya teníamos que salir del parque. No nos podíamos quedar más tarde de las 6:15 PM.

Choqué cinco con las dos Lauras. En camino a la salida tenemos a un pavo real totalmente abierto, sus plumas afuera, en pura sesión de baile y coqueteo con alguna hembra cercana, colores azules y verdes se meneaba muy profesionalmente. Nos estaba dando la despedida del parque, que mejor forma que acabar el día. Respiraba profundo, muchos sentimientos pasaban por mi cuerpo.

Salimos del parque, hasta la intersección de nuestro campamento, felicité a los niños por su excelente comportamiento, todo el carro aplaudió. Caminamos todos juntos, yo me quedé solo atrás. Un par de locales me saludaban, me sonreían, alegraban aún más mi día. Me pedían fotos, les tomaba, las vacas también tienen pintado su tercer ojo, acá son sagradas. Les mostraba las fotos, quedaban impresionados, no creo que tengan acceso a cámaras digitales, en una aldea bien remota. El cielo ya estaba rojo por el atardecer, pocas nubes. Llego a mi campamento tipo africano, piscina y lago al fondo. Oscurece, prenden las lámparas de gas para alumbrar los pasillos y zonas comunes, estábamos bajo la luz del fuego.

Mostramos fotos, nos reíamos, hablamos de lo afortunados que habíamos sido de haber vivido el momento. Shaz, también estaba más que emocionado, me encanta que se le note esa felicidad 6 años después de estar trabajando en esto. Nos contaba que los primeros tres años ver a los felinos era lo que más lo entusiasmaba, últimamente lo que alegra su vida es ver la cara de sus huéspedes, la energía y vibra cuando ven algo interesante. Gracias a toda su experiencia tuvimos el día que tuvimos.

La noche siguió, los grillos e insectos empezaron a cantar, la luna se empieza a llenar, un par de truenos al fondo para ponerle mejor ánimo y algo de luz a nuestra noche, llegó la hora de dormir, dormir relajado y emocionado.

Gracias por las respuestas, me alegran mucho mi camino,

Los quiero,

CHB








































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