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Mama Chungu, Tanzania 2009

viernes, 13 de junio de 2014

Sesiones de baile familiar ilegal en Esfahan, Irán







































Nos levantamos con mi celular que vibra mientras despierta. Sara nos avisa que nos tenía desayuno que bajáramos. Desayunamos, Sara, Furu, Caio y yo. Té, pan iraní (totalmente plano), miel, quesos, mermeladas. Seguíamos hablando, Furu entiende inglés, de vez en cuando habla algo con nosotros o Sara le traduce. Sara dice que se despertó por una vibración, por la vibración de celular. En ese momento nos miramos con Caio con una risa nerviosa... Si la despertó la vibración de un celular, una mezcla de nervios y pena. Nunca supimos si tuvo que presenciar otro tipo de vibraciones...

Nos alistamos, Caio se puso su ropa islámicamente correcta, Sara nos da instrucciones de como ir al centro de la ciudad, nos presta su tarjeta para pagar los buses y salimos. Casualmente el papá también estaba saliendo y nos llevó en su Toyota burbuja blanca hacia la estación de bus. Muy buena gente nos da la bienvenida a su casa y se fue, esa fue la única vez que lo vimos.

La gente nos miraba raro sin sonreír, uno los mira, sonríe e inmediatamente recibe una sonrisa devuelta. Llegó el bus, nos montamos, las mujeres me miran raro, me hacen señas, resulta que las mujeres tienen que ir en la parte atrás del bus y los hombres adelante. Hay una barrera dentro del bus que no deja que los hombres y mujeres se mezclen. Me bajé, me subí por la puerta del frente y me senté.

Llegamos después de media hora a la estación de bus de Esfahan, una ciudad bien importante de Irán, dos millones de habitantes, en el siglo XVI era considerada una de las ciudades más grandes del mundo. Tiene un clima templado en estas fechas y árboles con muchas hojas verdes recién nacidas. Caio no estaba muy bien de ánimo, ella es muy pro derechos de las mujeres y el hecho de haberse tenido que ir atrás, estar con una ropa bien particular con su pelo tapado le dio duro. Acá las mujeres son mucho más tradicionales que en Teherán, muchas vestidas totalmente de negro, una ciudad mucho más religiosa. No me gusta el color negro de vestimenta diaria, parecen oscuras, apagadas, de luto todos los días de su vida, no entiendo las intenciones de querer una sociedad así... Es bien común que uno esté en su anden y tenga que esquivar a un par de motos que prefieren el andén que la calle... Empezamos a caminar hacia el centro de la ciudad. Tomamos jugo de naranja, todos nos miraban, sobretodo a Caio. Pasamos por frente de una panadería, le mostré a Caio como hacían el pan acá, el señor panadero muy querido nos regaló un pan y seguimos nuestro camino cogidos de la mano.

Caminamos bastante hasta llegar a Iman Square, patrimonio mundial de la UNESCO. Es una plaza que cuando uno entra queda impresionado con todo lo que la compone. El palacio de la familia real, la mezquita de las mujeres y los hombres, con los típicos colores alegres y formas de las mezquitas de este país. Tiene unas piscinas decorativas en el centro, niños jugando en el agua y varios carruajes con caballos bien tenidos y gordos. Todos los caballos con unos cascabeles que suenan constantemente mientras galopan. Un sonido que asociaré siempre con esa plaza.

En los jardines había varía gente haciendo pic nic, sentados charlando, un par de parejas demostrándose algo de amor cogiéndose la mano, mirándose a los ojos y sonriendo. En el centro un espejo de agua bien grande con agua totalmente azul. Una plaza bien linda, en este momento no había ni media nube entonces azul por todas partes. Entramos al Palacio, la conservación bien regular, la conservación de monumentos antiguos definitivamente no es el fuerte de los iraníes, los que he conocido están en estado bien precario, como este palacio.

La mezquita de los hombres bien grande, imponente, colorida, varias columnas, hay un sitio que dicen que uno oye doce ecos, pegué un par de gritos y no los detecté todos. En cuartos cerrados, sin cámaras ni humanos nos metíamos, nos dábamos un beso en la boca rápido sin que nadie nos viera, por limitaciones de Caio nunca con lengua, sólo picos muy rápidos e ilegales. Es raro ponerse nervioso por darse un beso... Pobre gente aparte de todas las limitaciones que tienen, no poderse dar un beso en público. Caio me enseñó un dicho, "si la vida te da la espalda, tócale el culo". Cuando se podía lo aplicaba cuando Caio me daba la espalda, principalmente subiendo escaleras.

Nos fuimos caminando hacia el río para ver los famosos puentes de Esfahan, llegamos y el río no tenía ni media gota de agua, resulta que desviaron toda su agua para los cultivos de la zona, ya lleva un tiempo sin nada de agua. Los puentes siguen ahí, son varios y muy lindos, varios arcos, la gente se sienta en los bordes, a charlar, nos tocó un grupo de gente cantando, sólo los hombre cantaban, los demás sonreían y aplaudían. Esta zona tenía muchos cafés donde los jóvenes se conocían y el gobierno los mandó a cerrar por esa misma causa... El plan muy rico, ya estaba anocheciendo, el río es bordeado por un parque lleno de árboles con buen pasto, nos sentamos en unas escaleras semi abrazados, viendo el puente de los 33 arcos y el atardecer. A medida que atardecía las luces el puente y la ciudad se iban prendiendo, los pájaros dejaban de volar, dejándole el cielo libre a los murciélagos. A Caio le daban miedo los murciélagos que volaban cerca a nosotros, tenía una creencia popular que los murciélagos se le pegaban al pelo a uno, menos mal ella tenía su pelo bien tapado (ver todo desde el lado positivo).

Esa tarde me llega un mensaje de texto del alemán del avión del primer día en Irán, estaba en Yazd, una ciudad desértica muy linda y famosa. Había cuadrado un Safari por el desierto con dormida en una cueva, había dos cupos, para mi novia y para mi. Nos pareció buen plan, le dijimos que nos esperaran. Ya teníamos planes para los siguientes días.

Esa noche, Sara tenía una clase de alemán en la ciudad,  nos estaba esperando para tomarnos un café. Fuimos con unos amigos de ella a un café local, nos tenían una rosa rosada a cada uno de regalo. En la mitad del camino había un señor con un instrumento local de acá, un cuero completo de cabra, que lo inflan de aire como una bomba (en Etiopía lo llenan de agua como termo), cierran los agujeros de las patas y cabeza con nudos. Ponen unos implementas que hace que suene como una gaita escocesa de aire. Todo un instrumento musical muy bien preparado. Caio les dice a las niñas que en el colegio les daban clases de baile escocés y no le gustaba ni cinco, Sara responde que acá les prohíben bailar...

Ese día traté de ser vegetariano, sólo fue ese día... Salí del café un rato a la calle, se ven los carros de policía pasando, mirando hacia adentro verificando que todo esté bajo control, preocupados por delitos graves como que las mujeres no tengan algo sobre la cabeza, veo esos carros de policía con líneas verdes, me da rabia, pesar por las personas que están acá, total incomprensión. En el café había una mujer con unos ojos que tocaba mirarlos, hay muchos persas con ojos absolutamente espectaculares, ojos claros grandes, es bien bien común.

Nos quedamos un buen rato ahí, nos devolvimos en taxi, Sara, Caio y yo. Sara para su apartamento y nosotros para el nuestro, emocionante tener apartamento en Esfahan para nosotros, esta vez no unimos las camas sino bajamos los dos colchones al piso. Esa noche Caio me dice que su ropa interior del paseo la compró para verme, yo le dije que había lavado toda mi ropa para verla, se me burló de mi piropo. Nunca lo había dicho, pensándolo bien si es chistoso pero cierto. Los primeros días con ella toda mi ropa estaba recién lavada... Como cambian los piropos de acuerdo a la situación de uno.

Desayuno familiar en el apartamento de Sara y su mamá, nos dicen que el bus que queríamos no salía ese día sino el día siguiente, nos teníamos que quedar una noche más en Esfahan. Les pregunto que sí hay problema si nos quedamos en nuestro apartamento, las dos muy serias se miran entre ellas y me dicen, "si que pena pero no se pueden quedar acá..." Miro a Caio, las volteo a mirar otra vez y no podían de la risa de ver mi cara, se ríen, me dicen que me puedo quedar el tiempo que yo quiero. Nos quedaba una última noche con ellas.

Sentido del humor de los iraníes: Check

Ese día nos habían planeado un día familiar en la ciudad, Sara se había puesto unas medias pegadas, todo el tiempo estaba preocupada por la policía, que sus medias estaban muy pegadas a su cuerpo, decía que se iba hacer pasar por una turista si la paraban (tenía su vestido y gabardina cubriéndole la cola). Pasamos a recoger a dos pasajeras más que habían estado el primer día en la casa. La iraní que vive en Italia y su mamá. Éramos seis en el carro, Furu como pilota, con sus guantes negros manejando. Las dos mamás adelante y los cuatro jóvenes atrás, mi pierna quedó totalmente dormida al final del trayecto, aparte de eso todo perfecto.

Nos quisieron llevar a un restaurante muy rico, llegamos, subimos al segundo piso. Las mesas no eran mesas sino tapetes en el piso, donde a uno le pone el plato en el centro mientras todos alrededor comen. A Caio se le burlaban por ser vegetariana, yo les dije que me pidieran algo típico, al cabo de un rato llegó un plato de cordero a mi pedazo de tapete. El cordero es perjudicial para mi estado de salud de mi estómago, me cae muy pesado, normalmente no me importa pero estrenando novia complicado...

Fue una comida muy emocionante, ellas tomaban su yogur salado, yo cerveza sin alcohol con sabor a limón, charlábamos de nuestra vida y sobre todo de nuestro noviazgo de 4 días de duración. Las señoras quedaban boquiabiertas con el cuento que Caio se hubiera venido hasta Irán para vernos. Nos preguntaban sobre la opinión de nuestros, papás, familiares, vecinos... Acá tristemente todo es por lo que piense la gente y no por lo que sienta cada cual... Yo decía que el amor no tiene fronteras (estoy más cursi de lo normal en este paseo) nos preguntaban sobre la confianza, que como confiar en alguien que uno conoció 3 días y ahora una semana viajando y durmiendo juntos... Me encantan estas conversaciones, ver el punto de vista de ellas en el contexto que han crecido y en el que crecimos Caio y yo.

Llegó un poeta de unos 60 años con barba blanca, recitó unos versos. Irán fue muy conocido un tiempo por su poseía, en especial por un poeta llamado Hafez que todavía es muy recordado en este país. Mientras el poeta recitaba su poema, miraba por la ventana por la que podía ver muchos árboles, árboles con miles de hojas cayendo cuando el viento pasaba. Hojas pequeñas que parecían confeti cayendo de los árboles, por lo pequeñas y redondas. Muy emocionante, ese día estaba particularmente feliz con mi vida, las personas y la naturaleza se alinean para hacerle feliz cada momento a uno. Terminamos de comer, nos paramos, les puse un poco de Joe Arroyo.

Llegó el momento de cometer otro crimen: Bailar.

No había nadie más en el segundo piso, sólo nosotros, la amiga de Furu empezó a bailar conmigo, me quité mis zapatos para azotar la baldosa del restaurante como toca, bailamos toda una canción, vueltica iba y volvía, las espectadoras aplaudían y hacían sus sonidos con los dedos mientras bailábamos "Las Cajas". Tiene muy buena vibra esta gente sin importar la edad. Pidieron que bailara con mi novia, sólo les mostramos como hacer el ocho y mi novia no quiso bailar más conmigo. Se acabó la canción y bajamos.

Esta vez yo quería invitarlas al almuerzo, casi no me dejan pagar, finalmente accedieron, la administradora del restaurante les dice que que bien bailo yo, que de dónde soy. La administradora nos estaba viendo por la cámara de seguridad... También les dijo que estaba preocupada por que alguien viera la sesión de baile que implica cerrarles y multar el restaurante por permitir que se cometan delitos tan graves como el de bailar en público... Tengo serios problemas con eso, que a uno lo controlen a ese nivel, que a uno le prohiban bailar. El baile me ha traído mucha alegría a mi vida y muchos besos... Qué les pasa por la cabeza, los gobernantes no  quieren bailar y quieren tener esta vida que la tengan ellos, no los 77 millones de personas que tienen bajo este régimen.

Seguimos con el tour, nos querían llevar a varios sitios de la ciudad, en todo el recorrido tuvimos cuatro estrellones leves, la manejada no es el fuerte de Furu, daba algo de nervios con cada impacto del carro, todos muy leves eso si. Había momentos que ellas iban caminando, adelante, mi argentina y yo atrás charlando. Como me gusta el acento argentino, sobretodo viniendo de mi novia porteña. Nos comimos un postre muy típico del país, jugo de zanahoria con una buena porción de helado en el centro, nada mal...

Llegamos al parque al frente de los puentes, pusimos una tela de picnic, sacaron el termo del té, todo tipo de postres para nuestra sesión de tarde. Estábamos hablando los jóvenes en un momento, le pregunto a Sara por el motivo de su mail "sarabala69" me dice:

Sara=su nombre
Bala= significa traviesa
69= el año que ella nació (en su calendario ahora es 1393) menos mal no dije nada imprudente respecto al 69 porque para allá iba...

Así se nos pasó todo el día en ambiente familiar iraní.

Llegamos a nuestro apartamento, ducha larga, nos echamos en nuestros dos colchones juntos, pusimos algo de música, yo no podía estar más contentó y tranquilo, Caio estaba con la cabeza en mi pecho encima de mi brazo izquierdo. Me puse a pensar de mi viaje, mi vida, lo que estoy viviendo, empecé a llorar, lágrimas saladas salían de mi ojos, bastantes, Caio toda preocupada me limpia las lágrimas, me dice "felicidad" y si era pura felicidad.

Increíble todo lo que he vivido en este año, cruzarme con gente espectacular de todo tipo de religión, país, color, estrato que se me aparecen todos los días. Momentos, experiencias y sitios que nunca en la vida se me van a olvidar y que no los puedo "perder". Como dice mi tía abuela, nadie me quita lo viajado...  (Adjunto el video de una amiga de Pitalito, Huila sobre este tema, vivir la vida. De dónde nació la idea entera de este viaje) Toda esta felicidad con 12 kg de equipaje/pertenencias materiales que tengo, cosas que me ponen a pensar mucho sobre el concepto de felicidad de mucha gente que estaría seguro que están en el camino equivocado, o que la felicidad para ellos sea distinta a la mía, que podría ser.

https://www.dropbox.com/s/1lso12ynn7psr0i/IMG_1086.MOV

Dormí como un bebé esa noche, la última noche en nuestro apartamento privado.

Nos levantamos con alarma, Furu nos tenía desayuno listo, ella nos iba a llevar a la estación de bus para irnos a Yazd, estaba vestida totalmente de negro, con su pelo totalmente tapado. Furu es profesora de niños con incapacidades, para ir al trabajo tiene que ir de negro o colores oscuros, tristes, apagados... Sara estaba durmiendo, eso hizo que pudiéramos hablar mucho con Furu y compartir quality time con ella y su sonrisa. (Ese término se usa mucho en mi familia)

Furu se puso sus guantes negros, nos montamos en su carro con nuestras maletas, nos lleva a la estación, nos bajamos, se despide de Caio, tres besos, abrazo, sonrisa. Era mi turno de la despedía, esperaba mínimo ese combo para despedirnos, o mínimo una dada de mano. Mi despedida una sonrisa, nada más. Nada de contacto, por el qué dirán. Quería una abrazo apretado/apichichado y ni siquiera una dado de mano... Le sonríe de vuelta, le di las gracias y me despedí en Farsi.

Buscamos nuestro bus, en este país, el color de la empresa y el counter/tiquete no coincide con la del bus, mi Farsi en este punto no da para entender nada más que el color del tiquete. Siempre tenía que pedir ayuda de algún persa buena gente. Entramos al bus, no había nadie, había cortinas. Cerramos las cortinas, mientras no había nadie adentro cometimos varios crímenes de amor, oíamos cualquier ruido y parábamos. Se subió la primera persona, con eso se acabaron los delitos.

Nos esperaba un bus de 6 horas rumbo a Yazd para nuestro paseo en el desierto,

Los quiero,

CHB


Christian Byfield
byfieldp.blogspot.com

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