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Mama Chungu, Tanzania 2009

martes, 20 de mayo de 2014

Feluccas en el Nilo y despedida encorbatado de África, Egipto




























El despertador suena a las 2:45 AM. A las 3 AM nos recogían para ir a ver el famoso templo de Ramses II de Abu Simbel. Es un templo que queda en el sur sur de Egipto, cerca a la frontera con Sudán. Así son los horarios porque es lejos, además, los turistas tienen que ir en compañía de un convoy militar. Para este paseo los franceses que habíamos conocido el día anterior nos acompañaban.

Dormir en estos buses en Egipto, si que es fácil, no hay curvas, montañas, nada que a uno lo haga mover como nuestras lindas y curvas carreteras colombianas. Después de 3 horas llegamos a Abu Simbel. Este era un templo que tenía que ver y vivir obligatoriamente, era el templo que tenía en mente sobre Egipto. Pagamos el tiquete, todas las entradas están diseñadas para miles de turistas que por estos días son pocos. Entramos, uno tiene que caminar hasta ver el templo de frente. Está bien cerca de la represa con un azul bien intenso, que le suma puntos a la experiencia.

Templo de Abu Simbel:

Estaba estratégicamente construido en este punto para asustar a sus enemigos. Yo de enemigo ni me habría acercado.

Construido hace 3400 años

Redescubierto en 1813

Dos veces por año, 3 de sus 4 esculturas internas se alumbran con el amanecer.

Cuando construyeron la represa de Aswan, el sitio donde estaba ubicada el templo se inundaría totalmente, si no querían que el templo se perdiera lo tendrían que trasladar, así fue. Muchos egipcios, cuando chiquitos, hicieron campañas para recolectar plata para esta obra y se sienten muy orgullosos. La UNESCO hizo un gran trabajo, movió todo el templo varios metros hacia arriba para así poder inundar toda la nueva represa. Toda una gran obra de ingeniería, muestran fotos como iban cortando todo el templo como un Lego para después volver a armar. Una obra totalmente poderosa. Cuántos tesoros debieron haber quedado ahí inundados y sepultados ahora si de por vida...

Es algo absolutamente impactante, me impactó mucho más que cualquier monumento que conozco hecho en los últimos 500 años, más que todos los edificios de Hong Kong juntos. Son cuatro esculturas de Ramses II sentadas de 20 metros de altura cada una. Todas están muy completas menos la segunda que después de un temblor se rompió. Hoy en día la cabeza está en el mismo sitio donde se encontró bajo la arena.

En la parte de arriba tiene 24 baboons sentados sonriendo, uno va entrando al templo, mira hacia arriba, tiene estas esculturas sentadas hechas hace más de tres milenios... Se siente muy raro, algo muy imponente. En las sillas de las esculturas hay esculturas talladas, entre las piernas tiene a sus hijas e hijos favoritos. Una vez adentro, hay varias historias exitosas de sus 67 años de poder, nubios y asiáticos a sus pies. Todavía se ven algunos colores y unos dibujos que no fueron acabados, sólo se ve la pintada inicial más no la tallada. Teníamos dos horas ahí que se pasaron como 10 minutos.

Al lado tiene el templo de Nefertiti, que fue su esposa más amada. Ramses II le hizo todo un templo, hay esculturas de ella del mismo tamaño que el de Ramses II, eso mostraba mucho respeto e igualdad de géneros que se fue perdiendo en este país a lo que es hoy en día...

Oí un par de colombianos, fui los saludé y me quedé con ellos un tiempo, creían que era árabe por mi tupida barba. Bien rico encontrarse con colombianos por estos lares del mundo.

Teníamos que devolvernos a Aswan, otras 3 horas de mini van. Todo el mundo se montó en sus respectivos vehículos y el convoy militar empezó a andar. Tocaba dormir durante ese trayecto. Almorzamos en el crucero (todo el mundo almuerza allá por lo que está incluido y se pierde de la realidad Egipcia) creo que me volveré a montar en un crucero cuando vuelva a tener 365 días de vacaciones...  Ahora teníamos que conseguir hotel. Con Pablo nos fuimos caminando buscando,  casi todos cerrados por la crisis tan terrible, llegamos a uno bien regular, Pablo dice que fue el peor sitio donde se ha quedado en su viaje, para mi es promedio, pero da duro pasar de esas sábanas ricas y blancas a estas de varios colores que huelen a todo menos a rico...

Queríamos ir a dar una vuelta a las islas del Nilo, que fueron famosas por el comercio africano de objetos como marfil, otros elementos del sur de África y visitar un pueblo nubio. Todo en una Felucca, (velero egipcio). Después de largas e intensas sesiones de búsqueda de la Felucca logramos conseguir un navegante profesional, sonriente y buena gente. Sólo sonreía. Nos montamos, abren la vela y todo lo que íbamos hacer sería empujado por el aire. Nada de ruidos de motores. Era la primera vez que navegaba de esa manera y me quedó gustando. Medio me trataron de enseñar, entendí la lógica, y que mejor que estar en una Felucca sobre el Nilo aprendiendo a navegar, clima perfecto, pájaros volando, una delicia.

El capitán principal llevaba a su ayudante también sonriente, sacan un porro del tamaño de mi mano y empiezan a fumar marihuana. Muy amablemente nos ofrecieron, yo no fumo marihuana, no entendían que un colombiano no fumara. Después de la fumada empezaron a sonreír mas de lo normal. Cantaban en árabe, canciones de Bob Marley y uno ahí, echado en un colchón mientras el viento egipcio nos empujaban a nuestro destino... Estaba en el paraíso, nada de que preocuparse, sólo que hubiera viento que nos empujara. La sesión duró dos horas más de lo planeado, no había afán, a veces el viento se cansaba de soplar y nos quedábamos quietos en la mitad del río.

Ya era de noche, comimos cuchari y nos fuimos al hotel mas lujoso de todos a conocerlo, muy lindo, sillas tapizadas con cuero de cebra, meseros vestidos con trajes típicos nubios, luz baja, techos altos y fuentes a la entrada. Eso de los hoteles lujosos es toda una experiencia positiva, así sea sólo para ir a tratar de usar el WIFI. Pablo se pidió un café, nos dieron la clave de internet y nos actualizamos con lo que teníamos que hacer. Ya era la última noche en Aswan, Pablo se iba para la costa, yo tenía un vuelo por la noche hacia Estambul, mi siguiente destino.

Dormimos, Pablo se fue muy madrugado, no me acuerdo mucho de la despedida, yo me levanté tarde. En unas horas tenía un vuelo a El Cairo para conectar a Estambul. Tenía a una gran familia en El Cairo feliz de recibirme y que mejor que volver a donde Catalina y Eduardo, cambié mi tiquete, me quedaría dos días más en El Cairo de relajación y ambiente familiar. Mi último día de Aswan fue muy tranquilo, fui a comprar una piedra pomes y crema humectante para mis pies que están en la mala de tanto uso.

Pasé por varias droguerías hasta que llegué a una donde tenían, la que me atendió fue una señora tapada totalmente muy amigable, hablaba algo de inglés. Me vendió mi piedra y casualmente ahí cogía internet. Tenía que mandar un par de mails y hacer vueltas bancarias, me senté en un butaco mientras la señora me charlaba, me quedé más de una hora hablando con ella y su amiga. En un momento la amiga sale y vuelve con un ponqué de chocolate empaquetado, (verifique que efectivamente estuviera sellado para tranquilidad de mis familiares) y me lo comí, un ponqué absolutamente delicioso, relleno de crema de vainilla por dentro, muy queridas mis nuevas amigas. Llamé a mi mamá y algunos amigos por skype. Mi amiga tapada los saludada, cuando llamé a un amigo hombre se puso nerviosa y no habló nada. Me despedí le pedí una foto juntos, me responde "I can't". esas respuestas me dan duro, sonríe y me fui.

Seguí mi camino, había un barbero, muy tierno sin clientes ni dientes en su local. Yo podría tener una sesión de barbería, nunca en mi vida había tenido una. Con señas le dije que quería que mi tupida barba se redujera en tamaño pero no del todo, me entendió y empezó su labor. Me sentó en la silla de peluquero, me puso mi bata de colores y mientras me cortaba mis barbas recitaba verbos del Corán. En un momento fue a una esquina, se puso su caja de dientes, sacó un hilo, se pasó una punta del hilo por uno de sus dientes postizos. Con la otra punta empezó a torcer el hilo, (como cuando uno torcía un caucho y se lo ponía a alguien en el pelo) y empezó una sesión de depilación muy particular en la parte superior de mi cara. Este hilo iba halando pelo por pelo y dolía, era chistoso porque me reía de la situación pero me estaban arrancando mis pelos, muy interesante. Después de 15 minutos me pasa ese cepillo blanco alrededor de toda la cara creyendo que todos los pelos se van a caer pero siempre terminan en mi camiseta, le pagó más dé o que era, me sonríe con su caja de dientes bien puesta y nos despedimos. Ya tenía mi barba lista, esa fue mi despedida de Aswan y ahora a volar al Cairo.

Para variar llegué otra vez a las 2 AM a la casa de Catalina y Eduardo después de un vuelo que empieza con una oración musulmana y el 95% de los pasajeros eran hombres, mi cama estaba ahí lista, la almohada que me gustaba, la toalla gigante y olorosa encima. Sentía que ese era mi cuarto, estar cambiando de cama tan amenudo es bien raro, llevo más de 50 camas en lo que va de viaje... Pasos a seguir en El Cairo,
dormir, levantarme y no hacer nada, nada de nada. Catalina me lavó la totalidad de mi backpack que no se lavaba hace 2 semanas...Como de costumbre un delicioso desayuno de campeones y ya. Mi día fue de relajación, los acompañé a la galería, escribí, nada más, el siguiente día sería igual disfrutar del ambiente familiar.

Por la mañana me llega un mensaje de Pablo, estaba también en El Cairo. Entra algo de remordimiento estar en El Cairo metido en un apartamento... Cambio de planes me iba a ver con Pablo. Punto de encuentro el museo. Me muevo como pez en el agua por Egipto, después de casi un mes imposible si no. Llegué, muy puntualmente estaba ahí, nos fuimos a caminar, nos tocó un personaje en bicicleta con una tabla llena de panes en la cabeza, puro equilibrio, si algún directivo del Circo del Sol lo ve, lo contrataría de una. Yo lo contrataría a ojo cerrado. Cruzamos el Nilo, pasamos a la ópera, casualmente esa noche se presentaba la filarmónica, las filarmónicas me emocionan, lo único es que se necesitaba corbata para poder entrar. Yo obviamente no tenía corbata, ni tenía planeado ponerme ninguna corbata este año. Llamé a Catalina, me podía poner una de Eduardo, compramos las boletas y me fui a alistar.

Catalina muy emocionada me sacó la camisa, la corbata y un blazer. Me los puse con mis jeans y mis tennis... Me veía muy chistoso, Catalina me decía que parecía todo un mamerto. Tenía que cambiarme los zapatos, casualmente calzo igual que Eduardo y tenía zapatos. Les quitamos el polvo, me los puse y estaba a la última moda del El Cairo muy elegante. Me despedí y me fui para el metro. Acá las corbatas no son nada comunes, me miraban más de lo normal por turista y por mamerto.

El show muy bueno, puros instrumentos de cuerda y un piano, muchos violines, a mi papá y a mi nos gustan mucho esos instrumentos. Siempre que veo estos violines pienso en integrales matemáticas (el libro de cálculo de la universidad usaba el hueco del violín en forma de integral para darle un toque lúdico recreativo al cálculo). Todo el mundo callado, el teatro muy lindo, los músicos todos muy elegantes de negro, las mujeres músicas mostrando su pelo, buena energía saliendo de esos instrumentos. Son momentos que disfruto mucho, disfrutar de la música que sacan esos instrumentos de madera, cuerdas y humanos haciéndolos sonar sincronizadamente. Pablo es experto en el tema y me iba explicando como iba funcionando todo, cada pedal del piano, que no se debe aplaudir en ciertas ocasiones.

Ahora sí me despedí del todo de Pablo, salí corriendo para poder estar un rato con Catalina y Eduardo. Me subí en un taxi directo para la casa, en menos de 3 horas, Said, el taxista, pasaría por mi para llevarme al aeropuerto.

Todo ese día estuve bien pensativo/nostálgico, me daba pesar irme de África, de la casa de Catalina y Eduardo...hice un recuento mental de lo que me había tocado, se me han cruzado personas y experiencias muy muy especiales. Podría decir que los mejores meses de mi vida. Ya llevo 3 meses en estas desde que arranqué, es el periodo de tiempo más largo que he estado por fuera de Colombia. Bueno mil pensamientos como raros, pero a su vez se me venía Turquía, Irán, varios países más, 9 meses más de viaje, de personas y experiencias que me animan. Son mezclas muy particulares de sentimientos.

Sonó el despertador a las 2 AM, no podía del sueño, buena despedida de Catalina y Eduardo, para el aeropuerto y ya de salida. Salida de este gran país y de mi continente favorito sin lugar a dudas. No puedo estar más agradecido por esta oportunidad tan increíble que he tenido, de las personas tan mágicas que se me han aparecido y a muchos de uds por sus respuestas que me sacan varias sonrisas cuando las leo.

Ahora Turquía, Irán y Medio Oriente por unas buenas semanas,

Los quiero,

CHB


Christian Byfield
byfieldp.blogspot.com


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